Stockholm ||Destiel||

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También adoro este gif con todo mi ser
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¿Cómo reaccionaría Dean a la decisión de su mamá con respecto a su nueva vida amorosa?

Pues, era algo en lo que no quería pensar Mary. Y mucho menos cuando es hombre atractivo le invitaba una hamburguesa.

Esperaba que el tipo no fuera policía, o que al menos cuando la atrapara, le diera la pena mínima o la muerte inmediata. No quería pasar sus días en otra cárcel más, suficiente tenía con su casa.

Ketch le sonreía a la mujer ajeno a todos los pensamientos que revoloteaban en esa mente; estaba idiotizado por la belleza de Mary, y más allá de quererla para pasar el rato y conseguir el dinero de su trabajo, también esperaba pasar una larga temporada a su lado.

Era una lástima saber que probablemente lo más cerca que estarían sería en la sala de visitas de la cárcel.

***

Por otro lado, Sammy, estaba en el taller reparando unos autos que Bobby le había pedido que le echara una mano. Para ser un estudiante de leyes, tenía mucho conocimiento acerca de la mecánica y el funcionamiento adecuado de los motores.

Tal vez sí servía para muchas cosas más y John se había equivocado cuando le gritó eso a los cuatro vientos; aunque después de todo, el hombre estaba ebrio hasta decir basta. Y bueno, no era momento de pensar en justificaciones por acciones de su difunto padre.

Ahora estaba enfocado de dar con el problema y salir a almorzar...

Pero entonces dejó todo en donde estaba y se secó la grasa de motor con un trapo que había por ahí; se extrañó bastante al darse cuenta de lo mucho que echaba de menos a Jess.

Y no sólo a ella, sino a todos. A Ruby, a Charlie,al insoportable de Gabriel; hasta echaba de menos a todo el ruido que armaba Lucifer con sus bromas estúpidas. De repente le dieron ganas de ir a visitarlos a todos y ver como andaban las cosas por allá.

Así que, con una sonrisa tímida y llena de felicidad, continuó arreglando el motor para esa noche comprar un pasaje a California e irse a visitar todo. Hasta extrañaba a los profesores irritantes.

***

Lo increíble de la decisión de Sam fue más que todo el hecho de que no lo descubrieron.

No es como su hubiera estado escapando de algo o alguien, pero tampoco estaba en la plena libertad de irse de la casa sin consultarlo con Mary... o con Dean.

Pero ahí estaba, con una chaqueta abrochada hasta el cuello por el frío de las primeras noches de un invierno abrumador; tenía un bolso con algunas pertenencias, dinero en la cartera y un termo con una bebida caliente. Estaba inseguro cuando hizo el equipaje, sobretodo porque no tenía ni idea de por qué metía esa cantidad de ropa si se iba a quedar un día a lo mucho; pero algo le decía que pasaría algo malo muy pronto, así que hizo caso a su instinto y se fue con lo suficiente.

Así que ahora, cuando se subió al bus lleno de personas que también estaban abrigadas y dormidas, se despidió de Kansas como si no fuera a volver más nunca en su vida y se sentó hasta el último puesto que encontró con vista a la ventana. Se sentía feliz y nostálgico, era casi como un nuevo comienzo sin haberlo previsto.

—Hola. Disculpa... El asiento... ¿está ocupado? —Sam despegó la vista de la ventana y vio a una mujer con cabello castaño largo y suelto, hablaba con dificultad, como si no estuviera acostumbrada a usar su voz siempre, y tenía una mirada de ligera incomodidad.

Sam no pudo dejar de pensar en lo hermosa que se veía, y tartamudeó un poco, se sentó más recto en el siento y quitó el bolso de los otros dos puestos que lo cubrían. Le sonrió con las mejillas ruborizadas, y negó con la cabeza; la chica asintió y se sentó al lado de Sam.