Capítulo 10

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Los días fueron muy emotivos, llenos de amor y pasión desenfrenada. Enserio extrañaba a mi hombre, lo extrañaba tanto que no entiendo cómo pude haber aguantado tanto tiempo sin él.

Hablamos y decidimos que debemos volver a nuestra casa, es difícil regresar después de todo lo que paso; de todos los secretos y recuerdos que guardan esas paredes, de todas las cosas que hice y presenciaron.

El ruido de sus pisadas acompañadas del ruido que hace el tacón de una zapatilla al chocar contra el suelo, provoca que abra los ojos... Me siento sobre la cama y la puerta se abre, entra él sonriendo...

—Lamento molestar, cariño... Pero después de dar la noticia de que regresaremos a casa, no pudo esperar...

Pamela se asoma por la puerta y tras un asentimiento de cabeza por parte de Theo, entra; su larga cabellera rubia va suelta de manera desordenada o al menos eso aparenta.

—Es excelente saber que están juntos de nuevo... —dice sonriendo

—Es bueno estar de vuelta en su vida —Theo se sienta y me toma de la mano

—Nunca saliste de ella... Tú eres mi vida, Marily —besa mi mano y voltea a ver a Pam que sonríe emocionada.

Me mira y guiñe uno de sus preciosos ojos...

—Tengo que irme; Pam vino a ayudarte a empacar unas cuantas cosas, solo no te fuerces demasiado... Y tú, cuida que no quiera guardar todo en un solo día —advierte y señala a Pam

—Lo prometo —levanta su mano haciendo énfasis a su promesa

—Bien. Te amó hermosa —besa mis labios y toca mi vientre

—Te amamos —logro apenas decir, ya que algo presiona mi pecho.

"Una presión que había dejado de sentir, bueno, al menos de una buena manera... ¿Que tiene de bueno sentir esa presión? Supongo que ahora lo pienso porque digo lo que siento, algo real y sincero... Basta, estoy empezando a divagar".

—Bueno... ¿Que hay para desayunar? —vuelvo mi atención a Pam

—Supongo que tendremos que ingeniar algo, después de mi siesta —me acuesto y me cubro con la sabana hasta la cabeza

—Eso si que no, anda... No haré todo el trabajo sola, así que arriba —me jala la sabana.

La miro riendo, sabía que no me dejaría dormir... Me levanto y al verme de pie, se va...

—Sabré si te vuelves acostar —su voz suena cómo eco por el pasillo, mientras sus zapatillas resuenan.

La mañana se fue volando, tan rápido que no lo notamos; guardamos la ropa, las fotografías y algunas cosas que compre para mi bebé... Ordenamos algunas cosas en la cocina, guarde cosas de Theo que había en la habitación continua, esa que ocupó.

Comimos mucho, bueno, comí mucho... Pam solo ponía los platos frente a mí y me dejaba comer.

Theo llego una hora después de terminar nuestro gran almuerzo. La mudanza llego y se llevo unas cuantas cosas; no entiendo porque la contrato si solo tenían que llevar unas cuantas cajas que cabían perfectamente en la cajuela de mi camioneta. Pasamos la tarde platicando de todo lo que había que arreglar en casa, quiere adaptar todo para la llega de nuestra lombriz; después de todo tomé el apodo que Pam le puso.

Pam se tuvo que ir porque tenía que recoger a Lucy de casa de una de sus amigas, después pasaría la tarde con Dereck... Le espera una larga tarde en familia. Le hice prometer que me traería a mi pequeña muñeca de porcelana.

También hablamos de que mi abuela debería volver a casa para que no esté sola; aún no se hace a la idea de que tengo padre vivo y abuela viva... Es una noticia muy grande y difícil de procesar. Me dijo que en unas semanas dejaría de ir a la oficina y trabajaría desde casa, que ya falta poco para que entre a mi noveno mes y necesitare mas cuidados; se tomara tres meses para disfrutar de la lombriz.

No sé cómo darle la noticia aún, se va a sorprender mucho al igual que yo; pero sé que le va encantar la noticia y lo hará feliz...

—¿En que piensas, esta vez? —regreso a la realidad y sonrío

—Nada malo... Puras cosas buenas y muy bellas —dejo el tazón de palomitas sobre la mesilla de centro

—¿A Sí? ¿Qué cosas? —dice de manera seductora

—Bueno...

Dejo la frase abierta mientras me levanto levemente y me siento sobre sus piernas; paso mis manos por atrás de su cuello y juego con mi dedo en él.

—Cosas muy buenas —acerco mi rostro al suyo.

Con la punta de mi nariz juego con la de él... Lo miro a los ojos y muerdo mi labio, lo libero y beso su nariz me alejo y lo observó "Lo amo".

—También te amo —dice y pone sus manos en mi espalda abrazándome

—No dije nada —sus labios gruesos se expanden por la gran sonrisa que invade su rostro

—No lo dijeron tus labios... Pero tus ojos me lo gritaron, lo vi en ellos.

"Y tiene razón, cada parte de mí grita cuanto lo ama".

Me acerco de manera lenta y suave, haciendo que sienta cada parte de mi cuerpo, cada centímetro... Paso mis labios sobre los de él, mezclo nuestras respiraciones y mi pulso se acelera; lo beso castamente una y otra vez, lo miro a los ojos sin separarnos y es ahí cuando todo se acaba e inicia.

Lo beso lento y pausadamente, dándome el tiempo a sentirlo y saborearlo... Dándome la oportunidad de guardar cada toque de nuestros cuerpos. Presiono mi cuerpo al suyo y él sube su mano lentamente por mi espalda y me toma del cuello para profundizar nuestro beso... Lo amó con todo mi ser, con toda mi fuerza... Con todo lo que tengo.

Nuestro beso se vuelve urgido y necesitado... Nuestros cuerpos piden más y todo parece volverse un caos, ese caos que solo él puede provocar en mí, en mi piel y en mi ser. Solo él me puede hacer sentir eso, me puede subir al cielo y hacerme bajar al infierno. Porque nuestros corazones laten al mismo ritmo, nuestros cuerpos bailan la melodía que nuestros besos crean... Mientras nuestras almas se conectan...

Lo tomo con fuerza del cuello y él me abraza sin terminar nuestro beso. Sus manos viajan de arriba a bajo sintiéndome; nuestros labios se separan levemente y de ellos escapa un suave y apenas audible gemido, una respiración profunda y un grito silencioso de necesidad.

Mi lombriz empieza a moverse y él sonríe en medio de nuestro beso, lo sabe, sabe cuanto amó a su padre; aun cuando suelo ser muy testaurada y obstinada.

Puedo ser un dolor de cabeza cuando quiero, también sé que tengo la facilidad de tomar decisiones buenas o al menos la mayor parte de ellas. Pero todas las decisiones que tomo siempre lo hago pensando en el bien de mi familia.

Amó con tanta intensidad que hay veces en las que no me puedo controlar aunque quiera,soy tan yo y hago las cosas tan personales que pienso que solo yo puedo resolver las cosas. Un gran defecto mío, lo sé. Pero yo enserio lo amó con todo mi ser, amó a la familia que tengo, que me fue obsequiada, amó tener un padre a mi lado, una abuela que mime de mis hijos. Amó todo lo que tengo y estoy muy agradecida por eso.

—Mi hermosa esposa... Yo debo tener mucha suerte, después de todo la vida me sigue premiando —juega con mi cabello mirando cada parte de mi rostro

—También me a premiado s mí, por ponerme a tu lado, por tener esta bella familia que esta empezando a aumentar...por cierto, hay algo...

Su móvil suena y por reflejo lo mira, su rostro cambia y volviéndose serio y lleno de tensión.

—Lo lamento, cariño. Tengo que irme —besa castamente mis labios y me pone en el sofá de manera delicada.

Se levanta y camina a la habitación. Solo me quedo viendo cómo su silueta se pierde en el pasillo.

—Entiendo —susurro.

Algo a de ir muy mal para que él se levantara de esa manera dejando nuestra platica a medias. Aunque eso me da tiempo a pensar mejor cómo decírselo, algo que lo sorprenda, bueno; no creo que nada pueda sorprenderlo al saber la noticia, pero se lo diré de una manera muy especial .

Así lo haré...

REDENCIÓN © (Tercera parte de AMOR).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora