Capítulo 41

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THEO.



No me moví del pasillo hasta que Marily fue cambiada a la habitación dónde estará a solas con nuestra hija; no me pudieron dar más información sobre el tiempo que ella estaría aquí, de hecho, me comentaron que la bebé pronto será dada de alta, pero que recomiendan no separarla de su madre, supongo que es entendible, incluso yo no quiero separarlas.

Miro la casa una vez más "¿Cómo les diré lo que sucede? Ni los doctores saben que sucedió; solo espero poder al menos calmar su preocupación".

—¿Tan malas noticias son? —río de lado por el sarcasmo en sus palabras. "Si supieras" 

—Son incluso peores ¿Cuándo llegaste? —me abraza por la espalda y recuesta su cabeza sobre mi hombro

—Llegue tan pronto Liana me lo dijo —me aprieta en sus brazos

—Gracias. No sé cómo hacerlo —los nervios se están haciendo presente y no me ayudan a lidiar con mi propio dolor

—No te preocupes por eso, todos vamos a entender que tú eres a quién más le afecta toda esta situación. No te presiones, estoy contigo para darte mi apoyo, como todos los que están dentro de esa casa —me suelta y se pone frente a mí

—¿Cuándo fue que creciste tanto? —sonríe de lado

—Aún debes de cuidarme, eres mi hermano mayor —me toma de la mano y me lleva con ella —Vamos, todos esperan por ti y no tengas miedo, somos tu familia —sus palabras me reconfortan y ayudan a que los nervios disminuyan.

Es cierto que todos somos familia, pero, a un así es difícil hablar sobre el tema de Marily y más delante de su abuela y su hermano; espero que ella luche con todas sus fuerzas y regrese a mí y a sus hijos que la necesitan.

Pamela abre la puerta y al cerrarla escucho los pasos apresurados, todos viene ansiosos de saber que sucede o de ver a Marily entrar por la puerta, con su bebé en brazos.

John y Liana bajan las escaleras con mis hijos en brazo, mis hermosos hijos, ambos se mueven apenas me ven; las fuerzas que Pame me había dado, empiezan a ceder tan rápido como los pasos apresurados de ellos. ¡Maldita sea! No tengo la suficiente fuerza para hacerlo.

—¿Dónde está, Marily? —pregunta John al llegar frente a mí y ver que vengo solo —¿Dónde está, Theo? ¿Está bien? —intento tragar el nudo que tengo atorado en la garganta.

"Esto no está siendo fácil".

—Theo, habla de una vez ¿Dónde está, Marily y el bebé? —insiste Liana.

Tomo a Sam de los brazos de John y camino hasta la sala; juego con mi pequeña y sus pequeñas manos tocan mi rostro, mi pequeña bebé.

—La bebé esta hermosa —me callo y Sam me ve fijamente y deja de sonreír "Supongo que sabe que las cosas van mal" — Marily, ella... Ella... Esta en coma —digo por fin.

El aire se llena de tensión, nadie dice nada, no se mueven de su sitio y se ven unos a otros.

—¿Qués lo que acabas de decir? —pregunta la señora Marily.

Levanto la vista nervioso y ella se sostiene del sofá, las piernas parecen ceder y caen de rodillas al suelo. Me levanto y le doy la niña a Pame. Me pongo de cuclillas y ella me toca la mejilla.

—Lo lamento mucho —susurro.

Las lágrimas salen mojando su arrugado rostro y ella solo me abraza.

—Pero... ¿Cómo sucedió eso? Ella estaba bien, es... —se calla y Héctor llora sin control.

Parece que mi hijo entendió que pasará un tiempo sin su madre.

REDENCIÓN © (Tercera parte de AMOR).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora