Capítulo 14

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Octavo mes.

La casa es muy bella, tiene unos grandes jardines, dentro de la misma propiedad un pequeño bosque y lago, claro, no podía faltar una cancha de tenis, que resulta ser muy bueno ya que a los hombres de esta familia les gusta practicarlo cómo deporte. La distancia entre las casas es enorme, estoy segura de que ni queriendo pueden ver nuestra entrada, tiene una privacidad buen, ya que el bosque cubre la casa de los vecinos; no es ni una casa pequeña y modesta cómo él la llama, es una enorme mansión llena de habitaciones, salas de estar, de té, de juego, comedores, una cocina lo suficiente grande como para poner dos comedores más. La segunda planta cuenta con diez habitaciones y una infinidad de baños, una terraza en la que te puedes sentar y apreciar las bellas áreas llenas de naturales ¿Quién carajos tiene una casa así de grande?

Cuando le comenté la idea de venir todos y pasar un fin de semana estuvo de acuerdo, ya entiendo porque le pareció una idea excelente y me aseguro de que todos estaríamos muy cómodos. Theo se encargó de invitar a Daniel y a Alex, le dijo a su madre y a Thomas; aún no termina de superar que su mamá está con un hombre. Le dije a Pam y a Peny, a John no necesite invitarlo, ese está con mi padre y mi abuela, al parecer tienen una buena relación, solo nos falta una perso...

—¡La tía favorita acaba de llegar! —canturrea.

Creo que la invoque.

—Solo la del sexo femenina, ya que ya tienen a su tío favorito —comenta tranquilamente desde su asiento.

Éste par jamás se va a componer, niego y dejo a Sam en su porta bebé; mientras intento que Héctor no se caiga del sofá, son unos imperativos. 

—No cabe duda, si no hablas te matarías con tu propio veneno... Hola, Marily ¿Cómo están estos bebés bellos? —pone su bolso en el suelo y se inca para tomar a Héctor

—Las serpientes también matan por su fuerza —contra ataca John 

—Oh no, tú eres una de las más venenosas; esas de las que las personas huyen y aborrecen —responde mirándolo de manera divertida.

Es divertido verlos pelear, parecen un par de chiquillos; mientras ellos intentan aparentar que se caen mal con sus constantes ataques, uno se divierte...

—Ya verás bruja...

—Tranquilo, bestia. No te haré daño con mis muy ciertas palabras, por cierto —besa la mejilla de Héctor y todo su rostro, lo que provoca que sonría

—¿Cómo acabas de llamarme? —pregunta de manera mordaz.

Volteo a ver a John y es evidente la furia que hay en su mirada, esa que intenta controlar. Ya no lo está tomando cómo un pequeño juego.

—Suficiente, me divierte verlos llevarse tan bien; pero no quiero peleas ni ninguno tipo de enfrentamiento que no sea sano entre ustedes ¿Quedo claro? —lo miro directo a los ojos, y luego miro a Liana 

—Quedo claro, Marily —responde Liana molesta 

—Quedo claro, bella —dice sin quitarle la mirada a Liana.

Una mirada llena de promesa se las va a cobrar.

—Hablo muy enserio...

—Dije que quedo claro —se levanta molesto y sale del estudio azotando la puerta.

Liana lo ve salir y sin decir nada se sienta con Héctor en sus brazos, le sonríe nostálgica, perdida en sus pensamientos. Suspiro y me acerco a ellos, me da a Héctor y lo pongo en el porta bebé.

—Mañana iremos a casa de mi papá y me gustaría que vinieras, ya sabes, un fin de semana en familia ¿Quieres venir? —pregunto y volteo a verla

—¿Estás segura? Ya viste lo que te espera el fin de semana —pregunta insegura.

REDENCIÓN © (Tercera parte de AMOR).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora