Capítulo 27

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Decir que todo sigue siendo igual, sería mentir; todos en esta casa se han vuelto completamente sobre protectores conmigo, me han prohibido hacer cualquier tipo de esfuerzo y me mantienen lo más mimada que pueden.

Mi abuela cuida de mí y cumple cada uno de mis locos antojos. Theo trabaja el menor tiempo posible y me llena de besos y carias cada vez que está con nosotros. Mi padre se a instalado en casa y pasa la mayor parte del día conmigo y mis bebés. Nadie quiere descuidarme.

Michelle y Thomas llegaron de España hace dos días, los dos están vuelto locos por la noticia, prometieron venir cada fin de semana para no hostigarme; al parecer son los únicos conscientes de ello, ya estoy fastidiada por tanto cuidado y tanta restringió. Entiendo que Theo se perdió esta etapa de nuestros bebés, pero eso no evita que me llega a sentir un poco asfixiada por su tanta protección.

—Mar, bella ven a dentro un momento —levanto la vista del ordenador y lo veo.

Se encuentra un tanto nervioso y hay molestia en su mirada.

—¿Quién es? —pregunto.

Hace una mueca de fastidio y suspira agotado, vaya, esa persona debe de estar fastidiando mucho.

—Es tu hermano —logra decir

—Ah... —me limito a responder y comprendo su molestia.

Entiendo su molestia, también lo estoy; pero es mi hermano y sé que no la está pasando bien, es solo que su orgullo le impide ser honesto.

Cierro el ordenador y me levanto. Me detengo frente a él y acaricio su mejilla, apenas y sonríe, toca mi mano y la besa, esto debe ser una tortura para él. Esta preocupad por su hermana y yo lo comprendo, si alguien hubiera pisoteado el corazón de John como el lo a hecho, con Liana probablemente ya le habría roto el cuello.

Entro dejándolo y camino apresurada a la sala, pero no encuentro a nadie, tal vez se arrepintió... Regreso y al pasar frente a la puerta del despacho un ruido se escucha; me acerco despacio y me acerco un poco más a la puerta; John se encuentra sentado cerca de la chimenea con una copa en su mano...

—Creí que le vendría bien un poco de vino para relajarse —levanto la vista al escucharlo.

Theo mete sus manos en los bolsillos delanteros de su jeans... Supongo que eso no va a embriagar lo, de hecho, creo que necesita más que una botella para terminar siendo una piltrafa.

—Supongo que tal vez tienes razón —digo abriendo la puerta.

Al escucharnos John se levanta ansioso y deja la copa en la mesilla de centro. Su bello rostro esta apocado por esas horrorosas ojeras y una tristeza que impregna sus ojos.

—Hola... —su voz es apenas audible 

—Hola —me acerco a él y lo abrazo.

Me corresponde y aspiro su aroma. Me duele tanto que se encuentre en este estado, se ve tan triste...

Supongo que estas son las consecuencias de sus actos.

—Vengo a pedirles una disculpa, por todo lo que e hecho... Le falte al respeto a la familia y no hay ni una sola excusa para mi comportamiento... —me separo de él y me siento frente a él. Theo hace lo mismo en silencio —También voy a hablar con Liana y le ofreceré una disculpa, es a la que más le e faltado al respeto... Solo espero y me escuche —se sienta al fin, su mirada es triste y su rostro se mantiene serio y tenso

—Tienes razón, no hay excusa... Estás pasando por un mal momento, es lamentable que después de llevarse tan bien, terminarán así, pero puedes estar seguro de que yo te disculpo —toco la mano de Theo.

Él suelta un sonoro suspiro y se endereza, le sonrío a John para intentar calmarlo.

—John, eres parte de esta familia y siempre contaras con ella, pero... Liana también lo es y por el bien de todos, es mejor que arreglen lo que sea que este pasando con ustedes y le den fin —habla tan serio.

John asiente entendiendo lo que dice.

—Es lo más sano, ya dejaste en claro que entre ustedes no hay nada y lo que sigue es continuar... Sé que la quieres, pero tu temor te detiene y ella no tiene por qué soportar tus acciones poco acertadas —me atrevo a decir y él evita mirarme.

Theo se levanta y se sienta a su lado.

—Sé que Liana no es una mujer fácil de complacer y mucho menos de mantener feliz... Pero ella es buena, con todo y sus errores; te ofreció su corazón y su vida, y si no es lo que quieres de ella, es mejor que la dejes en paz —le habla más tranquilo.

John asiente perdido en la nada, mirando la chimenea como si ahí estuviera la respuesta a todo lo que lo martiriza.

Al final solo uno lucha consigo mismo, con sus demonios y sus temores; no todos logran conseguir lo que más anhelan por el miedo. Comprendo a John y todo lo que siente, porque ya estuve ahí y sentí tanto temor por ser rechazada.

Es él quien no logra perdonarse lo que hizo, no logra olvidar ese hombre quien fue y lo que conllevo serlo... Pero Liana lo ama, lo acepta y no lo juzga, no sé si ella sabrá lo que él hizo, pero si ese fuera el caso siento que John estaría con ella. Supongo que teme decirle la verdad y ser rechazado y juzgado, señalado... Se quedaría solo y expuesto y eso es lo que evita a toda costa.

—John... Nadie te va a ayudar si no dejas de alejar a la gente —intento ser clara 

—Te deseo suerte y que tomes la decisión correcta —Theo se levanta y sale para darnos privacidad

—No sé si corra con la misma suerte que tú... No creo ser bueno para ella —suspiro y me levanto.

Me pongo de cuclillas frente a él y tomo su mano.

—Creo que eso ya depende de ti... Lo que decidas hacer te voy a apoyar, pero es suficiente, no quiero que continúes lastimando a Liana —sus ojos se llenan de lágrimas asiente

—Me alejare de ella. Te lo prometo —lo abrazo por el cuello.

"No era eso lo que quería escuchar, pero no puedo obligarlo, aún no está listo".

REDENCIÓN © (Tercera parte de AMOR).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora