Capítulo 18

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Mis días se volvieron una locura después del bello fin de semana familiar...

─Señora, Evans... Le decía que tal vez sea buena idea, agregar los nuevos diseños de Penélope ─escucho la suave voz de Alessia 

─Disculpa, estos días han sido de locura y no e podido ni escuchar mis pensamientos ─la miro y me rasco la cabeza fastidiada.

Todo está siendo una locura.

─Tienes razón, son los de temporada y Peny estará feliz de que hagamos funcionar esto ─los bebés siguen durmiendo.

Fue una verdadera batalla hacer que se durmieran, ambos suelen ponerse de acuerdo para querer estar conmigo... Alessia tardo diez minutos en lograr que Sam dejará de llorar para que Héctor se durmiera.

─Bien, haré que traigan todo y en la semana podemos acomodar las cosas

─Claro ─se levanta y toma su móvil.

Sale de la oficina y escucho como da órdenes a todos. Abrir justo ahora una nueva Boutique en Bufalo no fue tan bueno, Peny continua en Alemania y yo tengo dos hijos a los cuales cuidar, una casa que atender y un marido que aclama de mi atención.

Me suele ayudar en todo lo que puede, se queda en casa y cuida de ellos, viene y me ayuda con la Boutique y cada noche, antes de dormir, me da un riquísimo masaje en los pies y me llena de amor. Cuando logramos encontrar un momento para nosotros nos llenamos de mimos y caricias.

Es un milagro que con todo esto, logremos mantenernos despiertos; solo llevamos unos días así y ya deseo otro fin de semana relajante. No e tenido tiempo de hablar con mi abuela ni mi padre, me hace sentir mal haberlos desplazados de esa manera, es solo que a veces no me doy abasto...

El móvil suena y me apresuro a contestar, antes de que mis querubines despierten. "Abuela" dice en la pantalla.

─Hola, cariño, espero no molestar ─saluda y duda al instante 

─Jamás molestas... Hola, lamento no haber llamado ─me disculpo y acomodo mis pies sobre el sofá 

─Sé que estás muy ocupada, y quería saber si... ¿Si puedo quedarme un tiempo con ustedes y ayudarlos? No te sientas obligada, es solo una idea y...

─Suena bien, pero... ¿Qué hay de papá? ─suspira y ríe

─Él también puede ayudar, si quieren; es solo que él cree que no sería buena idea llegar y robarles su privacidad ─río al entender.

Creo que tampoco sería fácil para mí, estar cerca de la esposa de mi hijo o hija y escuchar sus acalorados momentos.

─Por mí está bien, no creo que Theo este en desacuerdo... Lo hablaré con él y les aviso ─me siento mal por decir eso.

Pero es lo que hacen los esposos, toman las decisiones juntos.

─Entendemos cariño, tranquila y esperamos tu llamada. Un beso a mis ángeles y un abrazo a Theo. Te amamos, mi niña ─mi corazón se hincha de felicidad

─También los amo, adiós 

─Adiós, mi niña ─cuelga y dejo el móvil sobre la mesilla.

Cierro los ojos cansada, me pesan tanto que no entiendo cómo pueden seguir abiertos.

─Marily, despierta, Theo ya llego ─mueven mi cuerpo de nuevo.

Abro los ojos y Alessia está parada a lado de mí con su abrigo puesto, me siento y no veo a mis bebés...

─¿Dónde están mis bebés? ─pregunto y me siento

─Tranquila, Theo los a llevado al auto; es muy tarde y creo que por hoy fue suficiente ─digo que sí con la cabeza.

REDENCIÓN © (Tercera parte de AMOR).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora