Capítulo 34

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Estaba sorprendida por la rapidez en que preparo todo para irnos, por la mañana cuando desperté; encontré nuestra maleta hecha y lista para salir, los bebés ya estaban listos en el auto y Aurora se aseguraba de mantenerlos tranquilos y felices. Mi padre se mantuvo cerca de Aurora y la socorría en todo, mi abuela ayudo con el resto de las cosas y John, John no había aparecido por ningún lado, aunque comprendía bien que lo mantenía lejos de casa.

El auto se detiene y Theo ayuda a Aurora a bajar junto con los niños, mi abuela y mi padre se acerca velozmente y se cercioran de que haya tenido un buen viaje "Todo lo que provoco, todos siguen igual de preocupados y temerosos de lo que pueda suceder" Abro la puerta y miro las grandes escaleras y la hermosa fachada de la casa, es seguro que mi padre es feliz de tenernos de nuevo aquí, ojalá fueran en otras circunstancias, no venir aquí para resguardar mi salud...

—¿Cómo estás? —siento su mano sujetar mi brazo —Te siento más delgada ¿Dónde quedo mi pequeña osa? —sonrío y bajo desciendo lentamente

—Al parecer mi bebé es un poco quejumbroso, no cualquier cosa le gusta —caminamos a paso lento hasta quedar frente a las escaleras 

—Prepararé una rica merienda y podremos comerla junto a la piscina ¿Te parece bien? —asiento y comienzo el ascenso.

El dolor es apenas notable, solo una leve molestia que me da al subir el escalón; nada de que preocuparme, podré mantenerlo a raya y así evitar que noten lo que me sucede.

—Estoy seguro de que cierta bella mujer, muere de hambre —susurra Theo al pasar a mi lado.

"No me apetece tanto".

—Después de un largo viaje, es probable que deje a todos sin alimento —rio y él sigue su camino.

Lleva las manos cargadas con las maletas y uno que otro juguete de nuestros hijos, Aurora sube tras él, lleva a Héctor dormido "¿Dónde quedo Sam?" frunzo el cejo y volteo agitada, mi abuela trae a Sam, quién se mueve lista para ir en busca de su hermano.

Llegamos hasta la puerta y Theo nos espera con una silla de ruedas, lo miro a los ojos y niego molesta "Esto no era parte del plan".

—No me mires a mí, no es mi culpa que tengas un padre protector —me detengo de golpe y volteo a ver a mi padre, se encoge de hombro y me suelta —Cariño...

—¿Fue su idea? —pregunto incrédula "No puede ser así, no haría algo como eso" —Papá...

—Ven, te mostraré nuestra habitación —mi padre huye de mí y Theo aprovecha para sentarme —No seas dura, solo quiere que estés cómoda —empuja la silla dentro de la casa y resoplo furiosa.

"¡Ya lo sé! Y eso es lo que me está volviendo loca, quiero que todos estén relajados y disfruten de estar aquí; no quiero que solo merodeen a mi lado para cuidarme... No quiero enfermeros".

Miro la casa y sonrío al ver el recibir lleno de fotografías, las pardes están cubiertas por fotos de mis hijos, me encuentro yo con Theo y mi abuela, incluso coloco fotos de Anabell y John "Se siente como un hogar" al final veo un enorme cuadro, esa foto se hizo el día de nuestra boda; Theo me mira profundamente, mientras yo sostengo la copa de champagne "¿De dónde la saco? ¡Oh por Dios! ¡Soy yo de niña!"...

—Marily —su voz suave provoca que lo vea —¿Esa es tu madre? —sigo su mirada hasta el cuadro. Theo nos acerca y miro la bella sonrisa de mi madre "Es hermosa" —Son como dos gotas de agua —me levanto y paso los dedos por su rostro.

Su mirada alegre y su sonrisa brillante... "Ella de verdad era muy feliz" sus manos se aferran a los hombros de mi padre, quien la mantiene levantada.

—¿De verdad nos parecemos? —susurro sin dejar de verla "No había visto una fotografía de ella dónde estuviera así de feliz"

—Sí, mira esa curvatura en su sonrisa; mira esa nariz respingada que no solo tienes tú, también nuestra hija, y... —se calla, al ver que no responde volteo a verlo. Me mira fijamente y se acerca hasta quedar frente a mí —Tienes unos maravillosos ojos que iluminarían la habitación más oscura, entiendo por qué tu padre no podía vivir sin ella —mis ojos arden y las lágrimas enseguida bailan en ellos —Yo tampoco podría vivir sin ver esos hermosos ojos —pasa sus dedos por mi mejilla —Eres una hermosa mezcla entre la belleza de tu madre y el carácter de tu madre Anabell —sin aguantar más lo abrazo, oculto mi rostro avergonzada de que me vea llorar.

Nos mantenemos quietos por unos minutos, hasta que las lágrimas cesan "Soy un manojo de sentimientos incontrolables" me separo de él y avergonzada huyo de sus ojos, me siento de nuevo en la silla y sin decir nada avanzamos. Seguimos sin detenernos en las escaleras "¿A dónde me lleva?" veo la puerta del estudio abierta y como parece llevarnos allí.

—Si quieres pasar menos tiempo en cama, aquí es dónde tendremos que dormir; por que de ninguna manera subirás esas escaleras más de dos veces —entramos y veo la gran cama en medio de lo que antes solía ser el estudio de mi padre

—Dime que es una broma —ríe y me deja frente a la cama.

Veo las cunas a lado de la cama y las cómodas con juguetes y fotos nuestra; abre las ventanas del estudio y se siente en la cama.

—¿Te parece que estoy jugando? —niego al ver su seriedad.

"Definitivamente no está jugando" César entra con la mecedora y el resto de las maletas; César sale y escucho su firme voz dando órdenes, los suaves susurros de afirmación me recuerdan a mí cuándo solía trabajar.

—César y tu padre vinieron a noche a preparar las cosas, se aseguraron de que tuviéramos lo necesario —saca la ropa y la deja sobre la cama —Tu padre es un hombre interesante —un escalofrío corre por mi cuerpo con fuerza "¿De que habla?" —Estoy seguro de que te divertirás y así podrás ver como nuestros hijos se acostumbran —se levanta con la ropa en sus manos y las pone dentro de la cómoda

—¿De qué hablas? —ignora mi pregunta —Theo...

—Lo estuve pensando y me parece una buena idea de que nos mudemos, pasar aquí el resto del embarazo te hará bien y podremos tener tiempo para disfrutar...

—No puedes tomar esa decisión sin consultármelo antes —sigue acomodando la ropa, ni siquiera me mira, me levanto y me paro frente a él —Quiero regresar a mi casa, es nuestro hogar y no planeo dejarlo; no es necesario que nos mudemos tan lejos de la ciudad, tienes una vida allí y tu empresa —sonríe y se sienta sin dejar de verme 

—Sé que amas nuestra casa, pero nosotros somos el hogar —me toma la mano y me jala hasta sentarme sobre sus piernas —Además, aquí podremos crear nuevos recuerdos y podrás estar más tiempo con tu padre —besa mi cuello divertido —Tengo muchas sorpresas, planeo hacerte pasar meses de diversión —besa mi mejilla.

Besa mis labios y deseosa profundizo nuestro beso, sigue mis deseos y mientras intento recostarlo nuestro beso es interrumpido por su sonrisa.

—Prometo que cuando nazca nuestro bebé, te haré el amor tantas veces quieras; pero por ahora tendrás que ser paciente y esperar —lo miro irritada.

"Desde que mi embarazo se complicó, decidió no tocarme más hasta que tenga la certeza de que no me hará daño ni al bebé; mi apetito es incontrolable y había veces en que me molestaba, pero comprendí que lo hace por nuestra seguridad y no puedo reclamárselo"

—Dudo mucho que algún día puedas terminar con la hambruna que hay en mi cuerpo —paso mi mano por su miembro, lo masajeo de arriba abajo hasta que siento como se va levantando 

—Es una completa pena que no podamos disfrutar juntos de tu tentador juego —suspira y después de verme me toma de la nuca, llevándome hasta sus carnosos labios.

Su beso apasionado roba mi aliento hasta dejarme jadeando, sofocada me siento y deseosamente levanto su camisa "Por fin me lo va a permitir" quita mis manos de su cuerpo y se levanta como si nada.

—Eres un...

—No solo tú puedes divertirte, me encantan tus juegos sucios; pero por ahora tendrás que guardarlos, porque si los usas, usare los míos —lo miro incrédula y me dejo caer en la cama.

Rio al ver su mirada divertida y lo difícil que será para él cubrir la evidencia de un momento candente. Extrañaba verlo divertido, ahora que lo pienso mejor; no es una mala idea quedarnos un tiempo aquí.



REDENCIÓN © (Tercera parte de AMOR).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora