2. Dos años.

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ADELA

Jueves 7, Enero 2016.

—Debes estar jodiéndome —digo mirando las 10 llamadas perdidas de Aaron y los miles de mensajes de Miles.

No manejo lo suficientemente rápido como para que me detengan pero lo hago justo debajo del límite de velocidad.

Lo único que quería era llegar a tiempo a la radio, antes de que alguien termine en el hospital. Porque al parecer Jayden no podía mantener su boca cerrada y quería verme.

A mí, después de dos años sin dirigirme la palabra.

Cuando cruzo la puerta del estudio, lo primero que registro son a Scott Johson y, al miembro que no conocí, Zack Silver. Observan la escena con curiosidad y noto un poco de malestar en sus posturas.

Siento la mirada de Jayden atravesarme desde el otro lado de la habitación y no podría sentirme más expuesta. Me replanteo la idea de estar acá.

—Jayden. —Su nombre sabe raro en mi boca.

—Adela. —Su postura se endereza en la silla y se para lentamente.

—De todos los lugares que podrías haber elegido, ¿decidiste que esto era lo mejor? —Mi voz es baja, no quiero que los demás escuchen—. ¿Qué mierda quieres?

—No encontré otra manera de que me escucharas...

—No lo hice el día en el que... —Tomo una profunda respiración en el momento en el que siento las lágrimas en mis ojos—. ¿Qué te hace creer que quiero escucharte ahora? No quiero que me expliques nada.

—Por favor, solo quiero me des una oportunidad. Hablemos en privado —responde acercándose a mí. Su mano izquierda sostiene en su pómulo una bolsa de hielo.

—Mira, yo no iré a ningún lugar con vos. Porque a vos no te importó decirme en privado que no te querías casar conmigo, sino que esperas hasta nuestra boda para no aparecer. —Mi pulso se empieza a acelerar, veo como le cuesta tragar. Mi estómago se revuelve ante la idea de seguir acá.

Tras unos segundos de silencio, su representante interrumpe el silencio llamándolo. Él se resiste un poco y pone en mis manos una tarjeta blanca. No pronuncia ninguna palabra. El manager se disculpa por la escena y que agradecería si no decimos nada sobre lo que paso.

Como si estuviera interesada en hacer algo de esto público.

—Adela, tú te mereces algo mejor que esa basura. No sirve ni para reciclaje —dice Brisa abrazándome suavemente—. Poco hombre.

—Pequeña, tú mereces a alguien como... —concuerda Miles tomando una de mis manos—. Como yo.

—No, alguien como yo —corrige Aaron, guiñándome un ojo. Sonrío y niego.

—Lo que debes hacer es salir con nosotras —dice Aylen agarrando su bolso, y dándole a Brisa un guiño.

—Es verdad, tarde de chicas suena genial. —Brisa se pone su abrigo. Toma el papel de mi mano y lo tira a la basura—. No necesitaras eso.

— ¿Y qué hay de nosotros? ¿Dónde entramos nosotros en ese plan? —Miles pone un brazo sobre los hombros de Aaron, cuando entiende lo que Brisa quiso decir frunce el ceño—. Nosotros nos tenemos que quedar ¿no?

—Sí, porque tienen que cubrir los dos turnos que quedan. Los de la noche, los cubrimos nosotras.

Dejo a los chicos discutir y pelearles a Brisa sobre los horarios. Me volteo para ver a Scott entregarle a Jordan un pen drive. Me acerco a ellos para saludarlos.

—Perdón por lo que tuvieron que ver, usualmente eso no pasa.

No me gusta la impresión que se podrían llevar. Que dejo que mi vida personal se involucre.

—No te preocupes, se veía como un idiota si pides nuestra opinión; tú no eres la que nos tiene que pedir perdón. Soy Zack, el baterista de la banda.

—Exacto, está todo olvidado. No hubiéramos estado acá de no ser porque Leo nos mandó a traerles un disco con la canción que va a sacar y quiere que ustedes, la radio, sea la primera en sacarla al aire. —Scott me estrecha la mano con una media sonrisa.

—Además de eso, Simón Grayson, nuestro representante, quería saber si Leo puede tocar una canción en vivo ya que no sabemos si el programa se va a filmar al final.

—Sí, se filma y se sube al canal de YouTube. —Jordan les responde, señala a Teo y Aria—. Ellos se encargaran de todo, si tienen alguna duda, se las responderán.

Jordan me aprieta el hombro en señal de apoyo, como su celular empieza a sonar solo les hace un gesto de despedida a Scott y Zack.

—Bueno, fue un gusto conocerte, Adela.

—Nos vemos —saluda Scott a todos, antes de irse con Zack siguiéndolo.

— ¿Son unos bombones, no? —Brisa se ubica al lado mío y muerde su labio.

— ¿Cuál de ellos, Bri?

—Ambos —contesta Aylen, yo solo la miro sonriendo—. Estoy casada, no ciega.

Los brazos de ambas se unen a míos, obligándome a irme sin saludar a los chicos.

— ¿A dónde vamos?

—Obviamente, Adela, a divertirnos... Celine se une a nosotras más tarde.

Asiento hacia Brisa mientras nos subimos a nuestros respectivos autos, estacionados todos uno al lado del otro. Los beneficios de tener lugares asignados.

Cuando me meto en mi auto noto una nota en el parabrisas. Frunzo el ceño mientras la alcanzo y veo de quien es.

"Sabía que tirarías mi tarjeta. Te conozco mejor de lo que crees. Por favor, llámame"

—No me conoces, Jayden. Solo tienes demasiada experiencia con mujeres —murmuro para mi misma. La tiro al asiento acompañante y suspiro—. Dos años me tomo seguir adelante. No pienso darte ni un minuto más.

*****

Jayden y Adela, ¿qué habrá pasado?

Ya verán.

Latidos en una Canción (Saga Radio Calavera #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora