ADELA
Domingo 10, Enero 2016.
Como cada domingo de por medio, hoy nos toca a las chicas ir a la radio. Todas nos encontramos en la sala común mientras Teo y Aria terminan de chequear el panel de control.
— ¿Qué se pondrán para el concierto?
—Unos jeans, camisa blanca y un blazer —contesta Aylen a Brisa encogiéndose de hombros—, ya saben, casual.
—Iba a decir lo mismo, no creo que vaya muy producida —digo tomando una taza para servirme café.
—Yo si voy a ir un poco arreglada. —Celine nos muestra su celular; es una foto de ella con un vestido corto y una campera de cuero—. Jordan me llevara a una cena después.
—Así que van serios.
—Vamos bien, no sé si vamos a casarnos —responde Cel mordiendo su labio—, pero definitivamente estoy saliendo para el juego largo. Ya he probado salir con chicos que quieren un rato sí y un rato no.
—Es raro encontrar hombres que quieren algo así —murmura Brisa, ella mueve sus manos gesticulando—. Casi todos juegan con las mujeres.
—No generalices.
—Aylen, estás casada. Y aun cuando tu esposo no es nuestro gran fan, espero que te trate bien y que él sea alguien que te haga feliz... no muchos hombres hacen eso. —Brisa aprieta su mano—. Hablando de tu marido, ¿cómo está?
—Lorenzo está bien siendo, trabajando, como siempre. Él me hace feliz y no los odia.
—Brisa nunca dijo que nos odiara, —inclino mi cabeza a un costado y frunzo mi nariz—, aunque tienes que admitir que él no es gran admirador de nosotros.
—Tiene un diferente sentido del humor...
—Aylen, casi le pega a Miles y a Aaron cuando tu auto se descompuso y ellos se turnaban para llevarte a casa —interrumpe Cel con una ceja alzada—. Eso nos puso a todos nerviosos.
—Lo sé pero lo aclare todo. —Aylen niega con la cabeza—. Él quiere hacerme feliz.
—Eso espero, sino va a ver —dice Brisa relajando su postura en el sofá y mirando su celular—. Los chicos acaban de mandar un mensaje al grupo.
—Dicen que ellos ponen auto —digo sonriendo—, eso significa que podemos tomar, muchachas.
—Cierto, podemos relajarnos esa noche. —Brisa se levanta de su asiento cuando Teo se acerca a nosotras.
— ¿Listas? —Teo nos sonríe y pasa su mano por su pelo—. Ya tenemos todo listo.
—Tan listas como el día que nací —anuncia Aylen parándose de un salto—. Vamos a dominar el mundo.
—Me gusta como piensas —contesto riendo.
****
LEO
—Bajo el cielo oscuro, no puedo escapar de ti. Eras tan tímida, no quise creer que me dejarías atrás. Pero no puedo curar mi corazón.
Mis dedos se deslizan por la guitarra mientras canto en el medio del escenario. Estamos en uno de los ensayos y los chicos fueron por comida.
La música siempre fue mi pasión, aunque fui a la universidad y me gradué de profesor de música, nunca me quise conformar. Por eso cuando tenía 25 años participe de esos programas de artistas y gané. Todo lo que paso después fue como un cliché, mi vida cambio y lo privado de la nada se hacía público. Cada error, cada acción y cada cosa que decía iba a primera plana de alguna revista o programa.
No me quejo mucho porque sé que soy bendecido con un gran grupo de fans que sin ellos yo no sería nadie. Pero a veces me planteo si la gente realmente comprende que ser una persona pública no significa que yo tengo que dar explicaciones acerca de todo.
— ¿En qué piensas, Prince? —Scott se acerca a mí y me tiende una hamburguesa. Dejo la guitarra en el suelo—. Se te ve ausente.
—Pienso en como las cosas pueden cambiar en un solo momento.
—Profundo.
—Sí —río suavemente—, mi relación con Levlia fue tan desastrosa pero la amé.
—Al contrario de lo que Matt opina, yo creo que ella también te amo pero se dio cuenta que mentir te lleva lejos en la industria del espectáculo. Porque no importan las pruebas si es una palabra contra la otra.
—Jamás la engañe. Nunca se me paso por la mente.
—Lo sé, Leo.
—Sin embargo, ella rompió conmigo en frente de una multitud, me abofeteo y de paso difamo mi nombre y básicamente hizo pública mi vida personal.
—Las mujeres siempre van a ser un misterio para mí. Aunque tengo esperanza de que hay buenas chicas y mujeres por el mundo que no quieren fama o dinero.
—Scott, tú sigues enamorado de la misma mujer hace años.
—Eso es porque esa mujer se fue de mi vida porque buscaba algo mejor. Ser independiente y yo solo era su novio de juventud.
—Interesante —digo mirándolo fijamente, él e sonríe de costado—. Sé que hace meses que digo que quiero vivir la vida y salir sin compromisos pero, me conoces.
—Vives con tu corazón en tu mano, todos sabemos eso. Siempre intentas hacerte el idiota egocéntrico.
—A veces me olvido de que todos me conocen demasiado bien. De todos modos, lo que iba a decir es que quiero encontrar a alguien, ¿sabes? Alguien que me entienda.
— ¿No queremos eso todos?
—Si tú dices, Scott. Brindemos por encontrar una mujer que nos ame por nosotros.
—Así se habla —responde mientras toma dos latas de cerveza y me tira una—, por encontrar algo de amor.
Mi lata choca contra la de él en el momento en que los chicos entran y empiezan a gritarnos por no esperarlos. Noah y Zack se sientan en el suelo, Matt nos tiende más comida chatarra y nos cuenta acerca de su novia, quien al parecer va a venir al show.
— ¿De qué hablaban? —Matt levanta su ceja izquierda—. Ustedes, viejas chusmas.
—Hablábamos de que todos queremos algo de amor.
—No generalicen —dice Noah con una mueca—. No todos queremos.
—Oh, Noah, porque te hagas el señor anti amor, no quiere decir que no te guste un poco de amor de vez en cuando.
—Es por eso que las novias le duran dos meses no más, Scott —digo riéndome cuando él me tira una papa frita en la cara—. Ey, no juegues con la comida.
—Yo solo busco divertirme, de eso se trata la vida.
—Ya vendrá alguien que voltee eso para ti —dice Scott encogiéndose de hombros—, todos venimos a vivir la vida, como se nos cante, eso debería estar claro pero... la vida es más que eso. Se trata de encontrar a alguien que pueda ayudarte a ser aún más feliz, pero como un complemento no como una necesidad.
—Wow, así que eres filósofo —digo después de un breve silencio—, eso solo lo puede decir un corazón que ha estado roto.
— ¿No hemos tenido todos un corazón roto alguna vez? —Matt le pasa otra lata—. Yo quiero hacer otro brindis: por los corazones rotos.
—No me gusta este brindis —murmura Noah, aunque sus labios forman una sonrisa—, los corazones rotos duelen.
—Y porque duelen nos volvemos más fuertes —digo sonriendo y mirando a mis amigos—, los corazones rotos en algún momento vuelven a latir con más fuerza.
—Ese es el escritor de canciones enamorado de la vida que recuerdo, pre Levlia —dice Zack sonriéndome—. Eso es bueno.
—Por los corazones rotos —dice, de nuevo, Matt—; alcen sus copas, amiguitos. Bridemos por el amor y el no amor.
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Latidos en una Canción (Saga Radio Calavera #1)
Roman d'amourUna melodía en su cabeza Un ritmo en su pie Un trazo de tinta en el papel Leonardo marca el ritmo de sus canciones, pero no el de su corazón. Leonardo Prince ama su carrera, ama su familia y se cree completo. Pero con una relación fallida no recuerd...