ADELA
Miércoles 24, Febrero 2016.
—No creo que pueda dejarte ir —murmura Leo contra mis labios, sus brazos me sujetan con fuerza—, realmente no quiero.
Nos encontramos al frente de mi edificio, luego de que yo haya pasado la noche con él. En realidad, entre sus brazos.
No hicimos más que dormir. Después de nuestra charla, ambos simplemente nos acompañamos en silencio y miramos por el balcón abrazados.
—Yo tampoco quiero que te vayas pero Simon te pidió que vayas a ver algo en la disquera de acá y yo debo hacer trabajo desde casa —respondo dejando un beso en su barbilla. Él frunce el ceño—. Sabes que nos veremos más tarde.
—Eso no significa que no vaya a extrañarte como un loco.
—Te estoy enloqueciendo.
—Lo haces, bella locutora.
Sus labios atrapan los míos en un beso más largo que los de hace unos minutos. Mis manos se deslizan por sus brazos hasta que una alcanza su cuello y la otra se posa arriba de su corazón.
Mis labios se sienten levemente hinchados y húmedos por el beso. Él me deja un beso más en mi frente.
—Debo soltarte ahora o nunca dejaremos de besarnos —dice guiñándome un ojo.
Él libera mi cintura pero yo atrapo las solapas de su campera y lo tiro contra mi cuerpo. Poniéndome de puntas en mis zapatillas le doy un último beso con labios cerrados.
—Me gusta tener la última palabra.
—Querrás decir el último beso —contesta con los ojos abiertos por la sorpresa, niega con la cabeza—, hasta que nos volvamos a ver. Porque ese no será nuestro último beso.
—Espero que no, Prince. —Saludo con la mano a sus guardaespaldas—. Te me cuidas.
—Lo hare, bella locutora.
Entro a mi edificio sabiendo que mi auto ya lo estaciono uno de los chicos mientras me despedía de Leo. Saludo al portero con una sonrisa y espero el ascensor.
Durante toda la tarde me organizo para escribir unos artículos para una revista de tecnologías sobre las redes sociales y su rol en la comunicación en la actualidad. Si bien mi trabajo principal es la radio, tengo una licenciatura en comunicaciones que me permite trabajar en otras cosas y tener pequeñas colaboraciones en revistas, entre otras cosas.
También me pongo al día con mis mensajes con mis amigos y familia. Estoy mandándole un audio a Aaron cuando me llega llamada entrante de mi tía Elena.
—Adela, pon la televisión ahora.
Ni siquiera le reprocho su escaso saludo por el tono de su voz. Inmediatamente pongo el primer canal de noticias que sé y me quedó helada. Oigo lejanamente cómo mi celular cae al piso pero no despego mis ojos de la pantalla.
«La locutora Adela Parker se la ha visto nuevamente acompañada del reconocido actor Jayden Linsers en un almuerzo privado cerca de su lugar de trabajo. Fuentes cercanas dicen que ambos no se habían visto solos desde la no boda, la cual tuvo lugar hace dos años. Ambos se vieron muy cercanos durante toda la reunión.
Una persona cercana al actor dice que Jayden se acercó a Adela porque descubrió que la locutora estuvo embarazada y que aborto luego de que la boda fuera cancelada.
Ninguno de los dos hizo ningún comunicado...»
Las palabras siguientes se mezclan con un zumbido que empiezo a escuchar desde algún lado. Me lleva un momento reaccionar y darme cuenta que estoy en el contra el respaldo del sillón. Apenas sosteniéndome con una mano.
ESTÁS LEYENDO
Latidos en una Canción (Saga Radio Calavera #1)
RomanceUna melodía en su cabeza Un ritmo en su pie Un trazo de tinta en el papel Leonardo marca el ritmo de sus canciones, pero no el de su corazón. Leonardo Prince ama su carrera, ama su familia y se cree completo. Pero con una relación fallida no recuerd...