15. No cualquiera.

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ADELA

Viernes 29, Enero 2016.

Subiendo las escaleras del edificio en donde Aylen vive con su esposo escucho como mis pasos retumban por el edificio.

Cuando llego al tercer piso, veo hacia la puerta del departamento de Aaron y Emily pero niego con la cabeza. Recuerdo que Aaron dijo que llevaría a su novia a comer afuera hoy.

—Hola —dice Aylen regalándome una sonrisa tímida. Se la ve menos asustadiza que hoy en el estudio—, perdón que ni siquiera salude correctamente antes de irme.

—Todos tenemos esos días.

—No me hables de ello. —Aylen hace una mueca y saca dos copas de vino—. Espero que quieras acompañarme con esto.

—Ni lo preguntes —contesto sonriéndole mientras me pongo cómoda en su sofá, miro alrededor—, ¿y Lorenzo?

—Se fue a tomar algunas copas con su hermano, necesitamos darnos espacio.

—El matrimonio puede hacer eso, ¿no?

—Sí, antes de casarme, me costó la idea de convivir con alguien para siempre —murmura levantando sus hombros—; pero lo amo y eso siempre pudo más.

—Aaron dijo que están peleando muy a menudo y no quiero que te sientas invadida, es que él ha estado preocupado.

—Lo sé y entiendo el por qué. Estas situaciones aparecen en la televisión todo el tiempo. Empieza con unas peleas y termina con alguien muriendo, lo sé —responde Aylen mirando fijamente—. Pero no estoy minimizando esto, sí, estamos pasando un momento muy bajo en nuestro matrimonio y llevamos así un tiempo porque ninguno de los dos le dio atención a nuestra desconexión.

—Entonces es solo una mala racha.

—Algo así. Somos muy diferentes en muchos sentidos. Lorenzo y yo.

—No lo conozco lo suficiente como para afirmar eso. Sé que él es muy reservado y que nunca le agradamos del todo.

—A Lorenzo pocas personas le agradan. La gente de su trabajo a duras penas y su hermano porque bueno, es su sangre y es su mellizo.

—Y a ti —digo apuntando lo obvio, Aylen me sonríe levemente y asiente—. Nunca pregunte como se conocieron.

—Nos conocimos hace siete años, yo tenía 20 y el 27. A penas estaba en mi segundo año de la facultad y este chico graduado me invito un trago en una fiesta que daba la universidad. De esas bien elegantes —aclara Aylen, ella parece estar viajando entre sus recuerdos—. Y los primeros dos años de nuestra relación fueron geniales. Cuando cumplí 22 y me gradué de la universidad, él me pidió matrimonio. Luego yo estaba decida en el encontrar un trabajo y él ya trabajaba en la empresa. Un año después entre a Radio Calavera.

—Lo recuerdo, fuiste con Philip y Miles los últimos en entrar.

—Yo escuchaba la radio con los otros locutores, no era mala.

—No, no lo eran pero la junta quería que jubilaran y tener locutores más jóvenes. Empezar a tener un canal en youtube, redes sociales... que los locutores tuvieran una cara.

—Una cara joven.

—Exacto —digo terminando mi copa—. Yo entre luego de terminar mi carrera a los 21. Me acuerdo que estaba aterrorizada pero llena de curiosidad.

—No quiero ofenderte porque creo que eres estupenda en tu trabajo pero...

—Mi tía Belén, la que es directora de una revista, no me consiguió la entrevista aunque sí me comunico que la radio iba sacar un comunicado que decía que buscaban nuevos talentos. —Aylen asiente con la cabeza—. Volviendo al tema inicial... ¿no tengo nada en que preocuparme?

Latidos en una Canción (Saga Radio Calavera #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora