33. Hermanos.

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ADELA

Viernes 25, Marzo 2016.

Mi culo duele luego de una larga jornada de trabajo, saludo a todos viéndolos irse a sus casas o en el caso especial de Erick y Philip, a disfrutar la noche con compañía.

— ¿Puedo pasar, Sr. Hannison? —Trato de hacer más gruesa mi voz pero fallo completamente y Jordan me deja pasar entre risas—. ¿Cómo estás?

—Cansado, pero es viernes y eso ayuda un poco. Hoy me toca tener el pequeño, así que no puedo irme a dormir directamente —responde dejando de lado los papeles desparramados por el escritorio. Sonrió ante la mención del pequeño Thomas, hijo de Jordan, miembro de la radio quien nos fue introducido a todos el miércoles. Una dulzura de niño—. ¿Todo bien?

—Sí, muy bien. Solo venía a chequear como has estado esta semana y a agradecerte el apoyo incondicional. No deberías haberte tomado la molestia de ser mi representante cuando ese no es tu trabajo exactamente, aunque estoy muy agradecida por ello, siento que debo pagarte porque...

—No, no debes hacer nada de eso. Eres mi amiga y no podía permitir que cayeras en manos de novatos o personas que solo se aprovecharían de la situación.

—Bueno, pero permíteme aunque sea contratarte aparte de la radio como mi manager. Ahora que tengo una relación con Leo por ahí lo necesite —contesto no queriendo aceptar una negación—. Por favor.

—Bien, eso sí puedo aceptar. Pero no quiero un gran sueldo, no lo hagas o no aceptare, Adela. —Sé que me está advirtiendo y asiento sin poner pretextos—. Ahora, ve a ver a tu chico, ¿es su último fin de semana aquí?

—Sí, tiene que irse a hacer conciertos en Miami, Boston y Washington. Luego regresara dentro unas semanas. Ya lo extraño.

—Se nota, por eso, vete y aprovecha el tiempo —dice indicándome que me vaya por la puerta, vuelve a poner atención a los papeles—. Cierra la puerta cuando salgas.

—Sí, mi comandante —contesto con voz grave, cierro la puerta y me encuentro con June—. Buenas noches, June.

—Buenas noches, Ela, ten un buen viaje.

—Tú también, ¿nos vemos mañana a la noche? —Ella asiente y me da dos besos.

—Sí, Celine me dijo que nos viéramos todas en "Mátame si puedes", el bar que está a 7 cuadras de aquí.

—Exacto, trata de tener un plan B para volver tu casa si vas en auto y manejar tú. —Agarro mi bolso y mi saco—. Las chicas son intensas y créeme que no saldremos sobrias de allí.

***

Cuando vuelvo a mi apartamento me pega un olor a comida casera, sonrió para mi misma y dejo mis llaves en el recibidor.

— ¡Justo a tiempo, hermanita! Leo recién saco el pollo del horno y ¡Dios! Te has ganado la lotería. —Axel me recibe con un vaso de vino en la mano que me entrega mientras me saca mis cosas—. Esta es la mejor decisión que he tomado en mucho tiempo.

— ¿Venir a cenar a mi casa?

— ¡Sí! —Axel rodea sus ojos de modo sarcástico.

—El pendejo tiene razón, tu novio es un genio en la cocina —dice Derek, quien acompaña en la cocina a Leo. Veo a Meline en el comedor junto a Teo, él no vino hoy al trabajo porque pidió el día para realizar trámites personales.

—Adela, por fin una mujer más, me estoy ahogando en testosterona. —Meline me tiende una cerveza.

—Bien que te gusta si es Teo el que te está rodeando, hermana. —Ciro está sentando del otro lado de la mesa con su celular en la mano—. Segundo fin de semana que vuelas de Londres para verlo, estoy sorprendido.

—No te sientas celoso, Ciro, ya encontraras a quien vuele tu cabeza —responde Meline sin dejar de abrazar a Teo.

—Hola, Ela, ¿cómo ha estado el día en el estudio? —Teo choca su botella con la mía.

—Bien, te echamos de menos, pero Aria sabe manejarse muy bien. Aprendió del mejor. —Sus mejillas se sonrojan y siento dos manos posarse en mi cintura.

Me volteo y veo a Leo con mi delantal de cocina, que no uso mucho y está más por decoración, sonrió porque es verde flúor lleno de puntos amarillos. Una combinación muy mala que lo hace, raramente, ver más atractivo.

— ¿A mí no me saludas, cariño? —Él inclina su cabeza hacia mí divertido.

—No me has dado ni el tiempo ni la oportunidad de hacerlo. —Me quejo haciendo puchero, él me guiña un ojo y lo beso en la barbilla. Es más alto que yo y no puedo llegar a su boca sin hacer puntitas—. Estoy cansada, hoy te toca a ti hacer el trabajo.

—Nunca me quejare de hacerlo —contesta ajustando su brazo en mi cintura y bajando para besarme profundamente.

—No sé ustedes pero yo quiero comer... —interrumpe Axel sentándose en la mesa, hace más ruido al arrastrar la silla logrando que me separe de Leo y lo mire muy mal.

—Exacto, comida de verdad —acuerda Ciro

—Ya yo les daré comida, por el agujero que no le da el sol —contesto frunciendo el ceño, Ciro niega con la cabeza sonriendo.

—Todo lo que tengas, dáselo a mi hermano, no queremos que Leo después me corte un miembro importante de mi anatomía. —Ciro es más rápido para contestar que mi hermano y ambos se miran riendose—. Seremos un gran equipo.

—Oh, no lo dudes. —Axel choca los cinco con él atraves de la mesa; veo que Derek murmurar algo por lo bajo a Leo. Me acerco a ellos.

—Cuando él traiga a alguien... por favor, hagámosle la vida imposible. —Me susurra al oído.

—Ni que me lo digas, estoy dentro. No lo verá venir.

— ¡No tengo cera en los oídos! Escucho, hermanos queridos.

—No lo harás más si no cierras el pico. —Derek le palmea la nuca tres veces con un poco de fuerza—. Definitivamente me hubiera contentado con solo un hermano menor.

— ¡Hey! No se vale que ustedes estén en contra mía.

—Se vale totalmente. —Tomo asiento en una de las sillas, Leo trae el pollo en una bandeja y hago lugar en la mesa—. Soy la mejor hermana menor, hubiéramos sido felices.

—Sí, sin dudas —responde Derek con una mueca.

Con un lamento de Axel, todos soltamos una carcajada y comenzamos a comer entre medio de charlas y bromas. Veo a Leo sonreír y yo se la devuelvo.

—Sé que ya lo hablamos pero no puedo esperar a que nuestras familias completas se junten.

—Yo tampoco —responde convidándome de su plato y tomando mi mano. Veo como Ciro le tira un bollo de servilleta a Teo y Meline se la devuelve, Axel lo ataja y Derek trata de poner orden—. Tal vez en alguna fiesta.

—Sí, tal vez —contesto guiñándole un ojo.

Latidos en una Canción (Saga Radio Calavera #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora