ADELA
Martes 26, Enero 2016.
Mi alarma suena al mismo tiempo que lo hace mi celular, apago mi alarma y decido no atender.
Aún sigo pensando en lo que paso ayer, en cómo se dieron las cosas y en Jayden.
Él no trato de endulzarme los oídos, no quiso recuperarme... nuestro anterior encuentro fue malo, creo que yo no estaba preparada. No era el lugar, y yo estaba en negación. Bueno ayer aún seguía en negación aunque ayudo que no haya espectadores, solo nosotros.
Hay parte de mí que sigue estancada, en esa iglesia, en ese altar y en ese hospital en donde me dieron la peor noticia de mi vida.
Ayer me acompaño a mi casa, tomamos unas copas más de vino como en los viejos tiempos, y conversamos. Quiero creer que hicimos las paces, por lo menos yo ya no lo odio, no tanto. Los recuerdos siguen doliendo, eso nunca va a cambiar. Puedo intentar vivir con ello sin dejarme absorber.
No fue mi culpa, y no me creo en el lugar de culparlo; por más que quiera señalar a alguien no puedo. No soy quien para señalar y culpar.
Mi celular empieza nuevamente a sonar y con cansancio, ruedo en la cama hasta llegar a la otra mesita de luz, contraria a la cual está la alarma.
— ¿Era muy necesario llamarme a esta hora?
—No puedes quejarte, son las 10 de la mañana, mujer —contesta Miles.
Escucho voces y recuerdo que hoy él trabaja en la radio con Aaron, Brisa y Aylen.
Nuestro programa es siempre a la mañana hasta el mediodía, luego sigue otro programa; hablamos de diferentes temas, aunque normalmente es depende del día que escuches la radio. Si están Brisa y Aylen, hoy seguro se habló de moda y deportes; pero si escuchas cuando estamos Erick y yo, dos temas que no faltaran serán el cine y la música del momento.
—Aaron pregunta si quieres venir a almorzar con nosotros, Erick y Philip han dicho que no porque se han ido de fiesta ayer mientras que Celine no contesta el celular.
— ¿Resaca? —Me levanto de la cama y busco mis pantuflas que nunca encuentro, miro debajo de la cama—. Solo a ellos se les ocurre salir en medio de la semana.
—Ya sabes como son. —Aaron parece gritarle algo desde atrás, Miles se distrae por un momento y en menos de dos segundos me encuentro con que Brisa le robo el celular.
—Hola, Ela. Buenos días.
—Por suerte tú si me saludas, Miles no tuvo esa decencia. —Ella ríe suavemente—. Aunque bueno, yo tampoco.
— ¿Entonces vienes? Nos encantaría que almorzaras con nosotros, tenemos mucho de qué hablar.
— ¿Cómo de qué? —Mi voz suena entre rasposa y curiosa; no recuerdo que tengamos que hablar de algo específico.
—Puede que haya estado un poco tomada en la fiesta pero sé o estoy muy segura con quien te desapareciste por un momento...
—No eres quien para hablar, tú tenías un chupón si mal no recuerdo.
—Yo te cuento si tú me dices pero debes venir...
—Ya sé, voy a ir, tranquila —respondo, busco mi café en la cocina y me preparo unas tostadas. Siempre dejo el café haciendo la noche anterior, para no tener que esperar mucho a la mañana—. Nos vemos.
Corto para poder seguir con mi rutina, desplazándome despacio por mi casa, tratando de despertarme. Miro mis redes sociales, tambien espero ver alguna noticia sobre mi encuentro con Jayden pero no hay nada. Suspiro con alivio.
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Latidos en una Canción (Saga Radio Calavera #1)
RomanceUna melodía en su cabeza Un ritmo en su pie Un trazo de tinta en el papel Leonardo marca el ritmo de sus canciones, pero no el de su corazón. Leonardo Prince ama su carrera, ama su familia y se cree completo. Pero con una relación fallida no recuerd...