ADELA
Viernes 5, Febrero 2016.
La casa de mis padres es grande y amplia pero con toda la familia reunida en el patio trasero no lo parece. Papá dice que cuando éramos más chicos, Derek, Axel, y yo, y recién nos habíamos mudados, la casa se veía más pequeña porque había 4 niños corriendo por lados.
Mis tías se encuentran charlando con el tío John acerca del trabajo, Belén se ve estresada, hablando con rapidez y Elena trata de calmarla, aun cuando se está riendo de su cara de pánico. John solo asiente y sonríe suavemente. Mi papá se les une, el tema de la conversación cambia y Belén deja de tener esa cara que siempre pone cuando está preocupada. Ella es la dueña de la revista para la cual mi hermano trabaja como reportero y fotógrafo.
Mamá está hablando con mis abuelas, Marianne y Clarisa, abuela materna y abuela paterna respectivamente. Mientras que los abuelos están concentrados observando a mi prima Rachel hablar de sus competencias de natación.
Dejo el patio atrás y voy hacia la cocina donde busco el vino, me dirijo al mueble que tiene las copas. Escucho unos pasos acercándose y deteniéndose en la puerta.
—Has estado callada, siempre hablas mucho en las cenas.
—Tengo la cabeza en cualquier otro lado, no tengo muchas ganas de hablar. —Le ofrezco un vaso de vino a mi hermano Derek, asiente—. ¿Y tú? Tampoco eres de quedarte callado durante las comidas.
—Solo estoy muy pensante... ¿Cómo esta Brisa, Adela? —Se sienta sobre la mesada de la cocina, mira todos mis movimientos—. ¿Fue muy serio?
—Despertó hace unos días, parece estar bien. Conmocionada, algo confundida todavía pero el doctor dijo que era normal. —Le doy su vaso y tomo del mío—. Pensábamos que iba a despertarse sin saber quién era.
Recuerdo la ola de alivio que nos inundó a todos al saber que Bri no había sufrido un trauma grave y que todavía era nuestra Brisa Ayana. Estuvo dos días inconsciente y no podíamos dejar de sentirnos incomodos yendo a la radio, no verla con su celular y sus comentarios sarcásticos.
Aaron había pasado los días en mi casa con la excusa de que yo viva más cerca cuando la diferencia no era muy grande, pero no había querido preguntar más de lo que debía. De todos modos tenía una habitación de más y mis plantas necesitaban a alguien que las regara durante mi estadía en la casa de mis padres.
Erick y Philip habían invitado a hospedarse a las hermanas y padres de Bri en sus casas, eso resulto en ambos viviendo en la casa de Erick y la casa de Philip fue el hogar temporal de la familia Ayana. Aylen fue la que más la visitaba y quien se quedaba a la noche cuando la familia no podía más del cansancio, ya que las camas de hospital no son las cómodas mucho descanso no les proporcionaba. Aria, June y Teo habían cubierto el lugar libre de Bri en la radio; ellos no tenían experiencia como locutores pero fue divertido verlos salirse de su zona de confort.
Jordan y Celine dejaron de lado su guerra, ella lo ayudo a controlar a los medios en lo que podía y Miles también, con sus contactos pudo conseguir que nos dejaran por un tiempo en paz. No sabía cuándo eso último iba a durar.
—Ese seguramente era el peor de los casos, hermanita, —Axel hace su aparición y me da su vaso, sonríe—, mándale nuestros saludos cuando la veas.
Escucho como nuestros padres se ríen en el patio y al abuelo maldecir, no puedo evitar pensar en lo cerca que estuve de arruinar eso. Contarles sobre Jayden y el bebé no habría sido inteligente, tal vez nunca sería el momento para hacerlo.
—En serio, ¿qué te tiene tan callada? Asusta que te quedes mirando a la nada, como si estuvieras en blanco. No nos gusta —dice Derek bajándose, se coloca atrás mío y me da vuelta. Nuestros ojos se encuentran—. No puedes decirme que no te sucede nada cuando los conozco a ambos desde que tengo memoria y nunca supieron como mentirme sin que me diera cuenta.
ESTÁS LEYENDO
Latidos en una Canción (Saga Radio Calavera #1)
RomanceUna melodía en su cabeza Un ritmo en su pie Un trazo de tinta en el papel Leonardo marca el ritmo de sus canciones, pero no el de su corazón. Leonardo Prince ama su carrera, ama su familia y se cree completo. Pero con una relación fallida no recuerd...