Capítulo 16

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  El encuentro con la reina no duró mucho, ella se excusó con otros quehaceres, y Eniarth y yo decidimos dejar la conversación para otro momento. Al parecer, en el camino de vuelta, Eniarth se mostraba muy entusiasmada por el presagio del vidente, pero noté que había algo más. Aunque es difícil reconocer la mayoría de sus emociones, puesto que sus expresiones eran insípidas, y algo extrañas.

  Antes de llegar a la casa, mi acompañante me dijo que estaba ocupada, y que debía ir a visitar a alguien para arreglar unos negocios, por lo que me dejó encargado cuidar la casa, y preparar la cena.

  Estaba segura de que iba a ser un trabajo difícil, pero me propuse sorprender a Eniarth, cocinar algo rico. Tal vez una especie de sopa o caldo. Pero rico.

  Suspiré algo frustrada, era imposible que lograra hacer algo rico, mucho menos delicioso. Al parecer, alguien notó mis malos humos, antes de que pudiese entrar en la casa.

  -Hola Sigrid, ¿Qué pasa?- Volteé para encontrarme con la divertida mirada de Reggan, noté que a medio metro detrás de él estaba su hermana. Ella me seguía impresionando, tenía el cabello casi tan blanco como la nieve, y sus ojos eran gris claro, como los de Eniarth. En cambio, Reggan tenía el cabello de un color castaño claro, y ojos verdes. ¿Realmente eran hermanos?

  -Hoy me toca hacer la cena... y ya sabes- Vi como Reggan contenía su risa, pero su hermana no hizo lo mismo, cuando dirigí mi mirada hacia ella, ella simplemente me contestó con una mueca burlona.  

  Los vecinos ya conocían de mis habilidades para la cocina, pues Eniarth se había encargado de burlarse de mi en frente a todos. Realmente no me importaba, sabía que no lo hacía de mala intención, aparte, era divertido ver como a todos se le ocurría una nueva forma de burlarse.

  -Por favor, no la envenenes, Eniarth es buena vecina- Reggan fingió una cara de suplica, yo puse los ojos en blanco.

  -Cállate, sé que si me lo propongo, podré hacerlo.- Le sonreí con aires de ganadora y me dirigí a la puerta de la casa, aunque sólo la utilice para recargarme. Todavía era temprano para cocinar.

  -Se necesita más que esperanzas, se necesita un milagro de Freyja.-Si las miradas pudiesen matar, ya habría sepultado a Reggan.

  -Oh vamos Reggan, apenas puedes cocinar carne asada- Creo que era la primera vez que escuchaba a la hermana de Reggan hablar. Claro que festejé su respuesta, y él no parecía divertirse.

  -Traicionado por mi propia sangre.- Reggan voltea a ver a su hermana perplejo.

  -Bien, se me hace tarde, debo cocinar.-

  -¡Suerte!- Gritó la hermana de Reggan.

     Hice una señal de despedida con mi mano, y procedí a entrar a la casa. Como ya estaba oscureciendo, decidí encender algunas velas, aunque.. primero me enfocaría en encender la hoguera, con eso bastaba para mi.

  Fui hacia un gran baúl, justo al lado de la entrada de mi habitación, en éste, Eniarth y yo guardábamos toda la madera seca que talábamos y recogíamos. A esas alturas ya sabía como manejarme sola. Lo único que no había aprendido hasta el momento era cazar. No me animaba, sabía que me sentiría mal por matar a un animal.

  Recogí bastante madera, pues la anterior se había consumido, y la trasladé con cuidado evitando ensuciar a mi paso con la corteza que se desprendía. Era una madera bastante pesada. La deposité en la hoguera, y dediqué al menos dos minutos en acomodarlas para evitar futuros accidentes, y aprovechar la mayor combustión posible. 

  Luego llegó la parte difícil. Encender el fuego, pasé unos diez minutos intentando crear una chispa, y luego otros diez manteniendo viva la llama, hasta le decía cosas bonitas para que funcionara. El siguiente paso era poner la hoya al fuego, la cual fue previamente rellenada con agua y sal.

Cambios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora