Capítulo 24

1.3K 163 23
                                    

  Aquella tarde me la había pasado entrenando. Admito que no era tan buena como ellos, pero daba todo lo que podía, tampoco quería sobre explotarme y terminar con una molesta lesión muscular, por lo que, al rededor de las seis de la tarde, decidí que había sido suficiente entrenamiento por hoy. 

 A pesar de mi escaso entrenamiento, era persistente con los entrenamientos, porque me gustaba, ambos hermanos me dijeron que no era alguien tan fácil de ganar, aunque si corregían algunas posiciones de defensa, al parecer no eran mi fuerte.

  -Cada día anochece más temprano.- Bufó Sigurd,con una notable expresión de disgusto en su rostro.

  -Eso es deprimente.- Comenté, con una tonalidad bastante similar, proseguí a sentarme en el mismo tronco donde estaba Sigurd, noté inmediatamente como mi peso no ejercía ningún efecto, debido al contra peso de Sigurd, mi cerebro automáticamente comenzó a pensar en las obvias razones, sin poder evitarlo, dirigí discretamente mis ojos hacia él, quién estaba distraído analizando mi espada. Era bastante corpulento, pero no tanto como su hermano mayor, Hvitserk, aunque claro, él era mayor. 

  -Bonita vista, ¿No?- "Te atraparon, Lena"

  -¿Quieres la verdad, o que te mienta?- Sigurd entrecerró sus ojos, no tan seguro de querer responder, debido a su acción de dudar, comencé a reírme. -¿Acaso tienes bajo estima?-

  -Claro que no, pero no quería saber tu respuesta.- Fingió estar molesto, y se colocó de espaldas a mi, por lo que decidí propinarle un ligero golpe, justo en el omóplato derecho.

  -Oye, no me hagas eso, lo odio.- Sus hombros comenzaron a moverse, me di cuenta de que estaba riendo. - No vine a buscarte para que me des la espalda.- Apoyé todo mi peso sobre su espalda.

  -Acabo de descubrir algo..- Miré por el rabillo del ojo, con interés. De pronto, el se corrió de lado, provocando que casi me cayera del tronco. -Descubrí que me gusta molestarte.- No tardé mucho en propinarle otra golpiza, pero esta vez, no tan suave.

  -Sigrid, ¿Podrías dejar de maltratar a mi pobre hermanito?- La voz de Hvitserk llamó mi atención, cuando dirigí mi mirada hacia él, Sigurd me tomó por los hombros.

  -¿Eh? ¿Qué quieres?- Volteé a verlo.

  -Hoy nuestra madre decidió invitar a dos Jarl de mediana importancia, está de más decir que va a ser una cena aburrida, podrías venir.-

  -¿Quieres que me aburra junto con ustedes?- Le sonreí irónica.- No sé, déjame pensarlo.

  -En realidad eres tan ridícula que nos entretendrás.- Respondió Hvitserk, yo sólo me limité a fulminarlo con la mirada.

  -Está bien, iré, no hay problema.- Apenas le respondí, Sigurd ya había comenzado a caminar camino a Kattegat, al parecer, no estaba acostumbrado a caminar con personas como yo, con piernas cortas.

---

  Durante el camino, nos cruzamos con Eniarth, quién estaba con una pareja que desconocía, ambos me saludaron con un cálido y exagerado abrazo, al que correspondí de buena gana. Aproveché aquel momento para avisarle a Eniarth, de mis planes. Ésta última, me apartó ligeramente de las personas, y me dio varios consejos, en resumen, debía actuar con cautela, y ser responsable de mi misma. Por alguna razón, Eniarth demostró tener confianza en Sigurd, por lo que limitó nuestra pequeña conversación.

  Luego de otro saludo por parte de aquella cálida pareja, seguimos camino hacia lo que era la "casa" de los príncipes. O al menos ese pensaba que era su título, no estaba segura, últimamente dudaba que realmente todo fuese igual que en la serie, pues, estaba en un momento del espacio y tiempo, que no tuvo lugar en la televisión.

  Durante el trayecto, Sigurd y Hvitserk no dejaron de debatir sobre qué arma era más eficaz, en diferentes escenarios, muy frecuentemente me preguntaban sobre mi opinión, y yo respondía e la forma más concisa posible, claro que no tengo tanta experiencia, ni conocimiento sobre el tema, pero el sentido común me ayudó a conllevar aquella conversación.

  -Espero que no te incomode comer con nuestro hermano.-Soltó Sigurd, con dejos de rencor en su voz. Hvitserk lo miró durante unos segundos, no pude descifrar qué era lo que intentaba dejar en claro, luego agregó:

  -Puede que escuches cosas fuera de lugar, pero no te preocupes.- Hvitserk se colocó a mi derecha, y se acercó más para hablarme a la altura de mi oreja. -Yo te defenderé.- 

  No estaba muy segura de a qué se referían, pero lo más probable era, que, estaban intentando prepararme para una futura situación incómoda, probablemente provocada por su hermano, no era necesario pensar mucho en cuál de los dos restantes se trataba, obviamente se referían a Ivar.

    Por alguna razón, pensar en que me cruzaría con él otra vez, me resultó excitante, me emocionaba poder dialogar más con uno de mis personajes favoritos.


Cambios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora