•All I Want For Christmas• «|KookMin|»

A Wish.

Era el veinticuatro de diciembre más frío que JungKook había sentido en mucho tiempo. Los helados ventarrones le calaban los huesos y para él no había mejor solución que vestir un enorme suéter, tibios calcetines y envolverse en sus acogedoras mantas sobre el sofá, mientras pasaba con el control la mala programación de la televisión esa tarde.

Además, se le apetecía un dulce chocolate caliente con malvaviscos en el tope, para apaciguar la temperatura corporal.

—Hye Soo noona... —con voz perezosa llamó a la señora de servicio que trabajaba para él. Sin embargo, no consiguió respuesta alguna—. ¡Kang Hye Soo noona! —la mujer de ya unos cincuenta y tantos años, a pesar de no ser tan anciana probablemente ya tenía problemas de audición, así que elevó su voz unos cuantos decibeles, pero no recibió respuesta.

Unos segundos después, el pelinegro cayó en cuenta de lo que estaba pasando y se dio una bofetada mental por eso. Había olvidado completamente que le había cedido toda la semana a su ama de llaves por las fiestas navideñas.

Así que con toda la pereza del mundo se levantó de su cómodo lugar en el sofá, y se envolvió más en las sábanas alrededor de su cuerpo pareciendo un rollo primavera o más bien la Virgen María. Y de esta manera se arrastró sobre el piso de madera muy bien pulido de su pent-house, en dirección a la cocina para buscar cualquier comestible que le ayudara apaciguar sus ansias —comenzaba a arrepentirse de su buena fe para con su empleada—. Se acercó hasta el refrigerador y la analizó de arriba a abajo, buscando algo que le llamara la atención (ignorando en su camino algunas sodas, trozos de una vieja pizza de pepperoni y una manzana a medio morder), encontrándose en el último estante con un gran termo con un post-it amarillo pegado a un costado:

"Sé que adoras el chocolate en los días fríos, sobretodo en ésta época, aquí te dejo un poco (bébelo considerablemente, no te vaya a doler el estómago), que lo disfrutes ¡Y feliz navidad Kookie!"

—Besos, Hye Soo.

"Ah... adoro a esta mujer" —pensó. Escapándose de sus labios una inconsciente sonrisa.

Hye Soo lo conocía tan bien, y mejor aún lo seguía consintiendo como si todavía fuese el niño de ocho años que conoció cuando entró a trabajar para la familia Jeon.

JungKook acababa de cumplir los veinte, pero su ama de llaves no lo quería tratar como tal, y se lo agradecía enormemente. Desde muy pequeño lo cuidó, vistió, alimentó, como su propia madre jamás ha sabido hacer. Y era lo que el menor de los Jeon, siempre pedía a gritos internamente: algo de amor y atención; y solo Kang Hye Soo había sabido proporcionárselos, pero aún así JungKook se consideraba un quizás un poco ambicioso por desear tener no solo el amor y cariño de su ama de llaves, sino también de sus padres y hermano.