It Hurt.

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La tierra continuaba girando, las nubes grises cruzaban el oscuro cielo de Bangkok con lentitud amenazando con una próxima tormenta, el sol había salido escondiéndose detrás de las espesas nubes. El aire era denso casi asfixiante, el silencio reinante en la habitación era irónicamente ensordecedor siendo acompañado con el continuo y martirizante sonido de las jodidas agujas del agrietado reloj de pared dentro de la suit, donde se podía oír el constante y enloquecedor tic-tac.

A pesar de haber amanecido con un día de amenaza de lluvia, todo continuaba con la misma normalidad de siempre. Tal vez si la fuerte música de antro no continuara sonando con cierta fuerza, y el patio de la piscina no fuera un asqueroso desastre de confeti, artículos de fiesta, numerosas botellas y cantidad de gente embriagada al rededor del borde la piscina y sobre las sillas de playa -sumándole el llamado de recepción que resonó en la habitación a las diez de la mañana con el alegre mensaje de: "¡Buen día señor Jeon! Que tenga un feliz año nuevo, esperamos que su estadía en nuestro hotel sea de su más completo agrado. ¿Desea ordenar algo para desayunar?" —; tal vez, solo tal vez JungKook no hubiese notado que era primero de enero. Aún su mente divagaba en los recuerdos de la noche anterior y al parecer estos se habían congelado, internamente deseaba creer que seguía en el treinta y uno de diciembre, aún estático en el momento en que aquel chico de cabellos flameantes le había susurrado "Yo también te amo, mi JungKookie", ese era el último instante que deseaba mantener en su memoria, lo que sea que siguiera no tenía ni la más jodida importancia.

JungKook suspiró sentado en el borde de la cama y observó al exterior del ventanal, la brisa zarandeaba las blancas cortinas, las palomas en un techo cercano aleteaban y partían del tejado, el oxígeno continuaba entrando por su nariz haciendo el recorrido hasta sus pulmones, de igual manera la sangre circulaba por sus venas hasta su corazón obsequiándole casi imperceptibles latidos que un médico solo podría sentir en una persona moribunda con tan solo dos últimos respiros de vida.

Si todo continuaba igual, ¿por qué JungKook se sentía tan distinto?, ¿Por qué su respiración cada ves era con menos esfuerzo, por qué su interior se sentía tan vacío y roto como una vasija de cerámica?, ¿A dónde se había ido aquella calidez que se instalaba en su piel y le hacía sentir vivo, aún en las peores circunstancias?

O es mejor preguntar, ¿a dónde se ha ido JungKook?

Sí, su parte física se hallaba allí, pálido y ojeroso, con cortas respiraciones que descendían con cada exhalación y de pulso débil, ¿pero y su mente, su alma, su espíritu? Arrebatado, quedando solo un cascaron vacío. Al parecer cada uno había abandonado su cuerpo después de ese gutural grito de desesperación y dolor al despertar. A fin de cuentas lo había perdido todo.

Al pelinegro no le sorprendió en lo más mínimo la cara de terror que se dibujo en la chica de limpieza una vez que entró a su habitación al suponer que esta se hallaba vacía al no recibir respuesta alguna cuando preguntó del otro lado de la puerta "¡Feliz año nuevo! Limpieza matutina, ¿puedo pasar?". Después de todo él también hubiese puesto es misma expresión incrédula al hallar una suit —donde el hijo menor de los dueños de esa mima cadena hotelera se hospedaba—, hecha un total desastre. Los costosos y delicados muebles de diseñador patas arriba, las flores junto a sus respectivos jarrones tirados al suelo quebrados en miles de pedazos, la cama desnuda con la colcha de algodón egipcio en suelo, el espejo de entrada fragmentado con una extensa grieta y un color rojizo entre las roturas demostraba que alguien lo había golpeado y tan solo un miserable reloj de pared que se hallaba con la punta de una bota de montaña era la única cosa que sorprendetemente seguía en funcionamiento.

JungKook sonrió sin gracia mientras masajeaba su nudillo sangrante y continuaba divagando en los hilos de sus pensamientos. No tenía intenciones de destrozar la habitación haciéndole ver como un tonto niño malcriado que al parecer no había conseguido lo que quería —pensamiento que también rozó la cabeza de la joven ama de llaves—. Cosa que no estaba totalmente errónea, realmente no había conseguido lo que quería, no consiguió mantener al amor de su vida a su lado, ¡Y vaya que dolía como el puto infierno!

•All I Want For Christmas• «|KookMin|»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora