•All I Want For Christmas• «|KookMin|»

No Way.

Lo sé... Soy una mala persona, los deje en el suspenso por 15 siglos merezco morir :'v

Pero la escuela me mantuvo fuertemente ocupada, además de que mi cerebro se hallaba desconectado del mundo y para nada tenía ganas de escribir, ni siquiera de abrir la historia... UwU

¡Pero ya estoy aquí! Así que disfuten...

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—No puede ser verdad... —pronunció un muy impactado JiMin con su quijada por los suelos—. K-Kookie... ¿Qué es esto?

JungKook sonrió ante la reacción del pelinaranja y lo abrazó por la espalda friccionando sus brazos para protegerlos de la fría brisa—. Es mi avión privado JiMinie... O bueno, de la empresa, pero mi padre siempre lo deja a mi disposición.

El más bajo seguía observando aquella enorme nave delante de sus ojos sin poder creer lo que veía. Cuando JungKook le dijo que irían a un paseo no le entusiasmó para nada la idea —sobretodo dejándolo en ese estado tan caliente—, luego la confusión se apoderó de él cuando el azabache lo llevó hasta un hangar y le mostró aquel avión blanco que lo hacía sentir como una minúscula hormiga.

De pronto, del avión bajo un hombre vestido muy formal con una chaqueta llena de múltiples placas en su pecho—. Buenas tardes señor Jeon, joven —con una sonrisa hizo una reverencia que la pareja imitó, miró a JiMin—. Soy el Capitán Park, y me haré cargo de llevarlos a su destino sanos y salvos el día de hoy. Ya pueden abordar, mientras más temprano salgamos, mejor.

El hombre dio media vuelta y subió las escaleras desplegadas del avión. JungKook enlazó su mano con la de JiMin y tiró de él con dirección a las escaleras, pero el de hebras naranjas se detuvo antes de llegar a mover un paso.

—Kook, ¿qué significa esto?, ¿A dónde iremos? —JungKook le miró enternecido por el claro miedo reflejado en los ojos cafés del chico, así que se acercó y enredó sus brazos en la cintura de JiMin para regalarle un tierno beso en los labios.

—Oye... No temas, estas conmigo —el azabache rozó sus narizes y besó la mejilla de JiMin—. Confía en mi.

JiMin hipnotizado por los gestos del pelinegro asintió sin pensarlo de nuevo y lo siguió hasta las escaleras, subiéndolas hasta el interior donde una azafata los recibió amablemente con una sonrisa y reverencia invitándolos a sentarse ya que el avión estaba solo a momentos de despegar. El interior del avión era hermoso, muy elegante, solo habían dos hileras de asientos a ambos extremos del lugar con cuatro asientos respectivamente, el tapizado del suelo y las paredes era de un tono crema que combinaba a la perfección con el color café de los asientos y el techo azul marino; todo muy minimalista pero con mucho estilo y elegancia. JungKook se sentó en la hilera derecha del lado del pasillo e invitó a JiMin sentarse a su lado, junto a la ventana; el pelinaranja seguía un poco reacio por la situación, pero aún así se sentó junto al azabache como se lo había indicado y automáticamente su mirada fue en dirección a la ventana. Seguían dentro del hangar pero podía divisar a las afueras los tonos rosados y naranjas que pintaban el cielo indicando el atardecer.

—Muy hermoso... —susurró para sí al notar el espectáculo de colores formarse en el cielo a través de las nubes.

Cuando sintió una mano posarse sobre su rodilla y ser acariciada fue que pudo apartar la mirada—. ¿Estas loco? —le preguntó JiMin sin esconder una sonrisa—. ¿Cómo se te ocurre?

JungKook simplemente se alzó de hombros y siguió acariciando su rodilla—. No lo sé... Solo quise sorprenderte. 

JiMin suspiró sin poder ocultar la felicidad—. Y vaya que lo hiciste Jeon JungKook...