•All I Want For Christmas• «|KookMin|»

Beautiful Ghosts.

TaeHyung aún recordaba como JungKook había llorado en su hombro de aquella manera tan enloquecida y desesperada que el pelirrojo juraba que su amigo podría tener un colapso nervioso en cualquier instante y él no sabría qué hacer. Solo pudo entablar una conversación tranquila con el azabache minutos después que este se calmara. 

Por lo que TaeHyung pudo deducir, el comportamiento de su amigo se debía a JiMin quien no había llegado a su lado ese día desde Tailandia; honestamente era algo que Tae no se esperaba, se veían tan hermosos como pareja. Su mente llegó a recrear una hermosa imagen donde el pequeño pelinaranja entraría a la habitación vestido de blanco con un ramo de flores en brazos de JungKook con un cartel en la espalda con letras enormes de "RECIÉN CASADOS." Pero el pelirrojo únicamente consiguió que su corazón se estrujara de una forma inexplicable al ver a su mejor amigo en aquel desastroso estado, hasta quiso llorar solo porque él lloraba. TaeHyung no supo qué había roto más su corazón: la forma en que JungKook se expresó o las palabras que utilizó, hablando de una frase en específico que le dejó claramente consternado "Se fue. Lo amo tanto, tanto que duele",  TaeHyung le tembló el labio con solo escuchar aquella oración.

Por un momento, entre la oscuridad de la habitación —TaeHyung se había quedado al lado del azabache para vigilarle de que no cometiera un acto suicida en su ausencia—, el pelirrojo creía que JungKook a las tres y media de la mañana se hallaba dormido, pero descartó la idea cuando este soltó un pesado suspiro y empezó a observar un brazalete en su muñeca derecha donde muy elegantemente sobre el cuero del material resaltaban con el destello de la luz las letras JM grabadas sobre una placa, lo primero que Kim pudo pensar es que JungKook le había insinuado a JiMin alguna relación formal y este se había sentido intimidado por el hecho de solo llevar menos de una semana conociéndose, eso tendría sentido en relación con su desaparición y si así era, mataría a JungKook por meter la pata y adelantarse a los hechos.

—Escúchame TaeHyung —el pelirrojo no estaba muy acostumbrado a escuchar su nombre completo de los labios de JungKook a menos que este estuviera muy enojado—. JiMin y yo... No funcionó, ¿bien? Yo ya lo sabía, sabía lo que pasaría pero quise simplemente ignorarlo. Él pues... Tenía que volver con sus... Estudios y su vida fuera de aquí y lejos de mí y yo lo acepte, pero no pensé que cuando ese momento llegara dolería tanto —suspiró entrecortado ante lo apresurado de sus palabras, cada una atropeyándose antes de ser pronunciadas mezclada con el amargor de las ganas de llorar—. Estaré bien con eso, no te preocupes...

Y ahora, un año después de aquella pesada noche, TaeHyung mantenía su mirada clavada en el celular mientras que JungKook —ese mismo que le sacó canas verdes y le hacía enloquecer cada que se asomaba al balcón para admirar las estrellas haciéndole creer que iba a cometer algún acto suicida—, se encontraba dando vueltas de un lugar a otro saltando en una pierna intentando calzarse una bota mientras buscaba sus argollas.

—¡Aquí estan! —dijo el aludido una vez las encontró dentro del cajón de ropa interior. Se echó un vistazo al espejo y se volvió a su amigo que acababa de dar un gran bostezo—. ¿Y bien, cómo me veo? —se señaló a sí mismo. 

Con pereza TaeHyung alzó la cabeza y le observó—. No le veo algún cambio estas igual que siempre —se alzó de hombros—, o sea, del asco.

—Gracias por ese gran halago, yo también te amo TaeHyung —el azabache comenzó a rociarse loción en cuello y muñecas.

TaeHyung —ahora castaño desde hace casi dos meses—, frunció el ceño y dejó el celular a un lado cruzándose de brazos—. Y dime playboy... ¿Quién es esta vez?

JungKook se alzó de hombros y buscó su billetera en algún lugar de la habitación—. TaeMin, ¿lo recuerdas? Va al instituto con nosotros.

—Ah, si... —el castaño intentó sonar desinteresado—. ¿Sabes lo que estas haciendo, no es así?