•All I Want For Christmas• «|KookMin|»

Night Changes.

¡Vayamos por los 3K! ahre :v/

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La ropa incomodaba, el sudor aumentaba y el ambiente se volvía cada vez más pesado. Y solo se hallaban en el elevador, —gracias a Dios que lo habían agarrado desolado—.

El ramo de algodón —o lo que quedaba de él—, estaba tirado en el suelo mientras ambos individuos disfrutaban de las caricias y besos traviesos, ninguno desesperado solo lento y tortuoso que pondría a delirar a cualquiera.

El ¡ding! del elevador indicando la llegada al piso marcado, les indicó a la pareja que debían separarse uno del otro haciéndolos quedar con aspectos un tanto graciosos y muy sospechosos ante los ojos de cualquier otra persona los consiguiera. JiMin tenía los labios muy hinchados y rojos —mucho más de lo normal—, su cabello estaba desordenado, sus mejillas tenían una tonalidad carmín intensa tal cual como si hubiese bebido demás y su camisa estaba subida unos centímetros sobre el ombligo. JungKook por otro lado tenía sus negro cabellos esparcidos por el rostro mostrando una imagen de no haber descansado, el sudor en su cuello era notable a distancia, sus ojos habían obtenido una tonalidad más oscura donde ni siquiera era fácil de distinguir exactamente la pupila. 

Era un depredador, un depredador muy hambriento que pronto disfrutaría de una buena presa.

Caminaron a paso rápido por los pasillos en busca de la suit, en varias ocasiones la llave magnética se resbaló entre los dedos de JungKook con nerviosismo y ansiedad. Cuando por fin pudieron entrar a la tranquilidad de su habitación, JiMin no tuvo ni la oportunidad de quitar sus zapatos puesto que ya tenía al azabache sobre sí casi haciéndoles caer. JungKook lo arrastró hasta la habitación para besarle con vehemencia y dedicación, deseaba tener todo de él hasta el último aliento. Ambos pedían a gritos fundirse en el cuerpo del otro y sentir cada fibra hasta perderse en el seductor mundo del placer y la lujuria.

JiMin paseaba dubitativo las manos por la espalda del azabache. Estaba dispuesto a todo con JungKook, tomar el riesgo que fuese necesario a su lado, sin embargo, eso no disminuía las dudas que tenía sobre lo que se hallaba haciendo.

JungKook continuó paseando su lengua por las comisuras de los labios de JiMin con intenciones de saborearla hasta el cansancio en una danza de roces y caricias; acomodó una de sus manos en su mejilla para profundizar el beso y la otra descendió por la espalda baja de JiMin apretando con fuerza uno de sus suaves glúteos provocando un respingo del contrario y una sonrisa traviesa por el gesto. JungKook sin pudor deslizó su mano al interior del pantalón de JiMin abriéndose paso hasta su entrada para jugar introduciendo y sacando un dedo —que a los segundos se convirtieron en dos— sacando constantes suspiros del más bajo quien tomó la camisa de JungKook en su puño intentando mantener sus piernas erguidas y no derretirse como mantequilla.

JiMin cerró con fuerza sus ojos al sentir la pierna de JungKook rozarse con intención contra su duro amigo. De verdad que era bárbara la resistencia de JiMin al estar en aquella posición, tener una mano que empuja contra su entrada rítmicamente, la pierna de JunKook rozando deliciosamente su erección sobre la tela del pantalón mientras lo arrinconaba contra la pared jugando con un leve empuje de caderas, devoraba sus labios e introducía su lengua sin pudor. La excitación golpeó al de cabellos naranjas en unos instantes liberando un gemido ahogado contra el cuello de JungKook, apoyo su cabeza en el hombro del susodicho para seguir disfrutando la sensación, el placer los consumía, de manera que JiMin mordió el cuello de JungKook para luego lamerlo con dedicación.

—Oh vaya —negó JungKook con su cabeza lentamente alejándose un poco de JiMin dejándolo en un estado terrible de necesidad—. Apenas estamos empezando y ya eres un desastre Minie...