•All I Want For Christmas• «|KookMin|»

¿Jeonlous?

Si, he vuelto :v 

//

— ¡Oh JongInie! Gracias por venir y por las pizzas, claro. —expresó alegremente Hye Soo, mientras levantaba las cajas vacías de pizza extra que el moreno se había ofrecido a comprar. JungKook por su parte, se rehusó a comer puesto que opinaba que esas pizzas no eran lo suficientemente buenas como las que él mismo pedía a su restaurante favorito. Pero claro, para no ser grosero, se excusó diciendo que había perdido el apetito; a diferencia de JiMin quien aún seguía comiendo animadamente, con otros dos trozos en amabas manos.

— Fue un placer tía, es solo que noté el gran apetito de alguien... —dijo burlón y dirigió su mirada al rubio, quien desvió la vista avergonzado.

"Deja de actuar así enano, es irritante." —le amenazó telepáticamente, y al parecer el más bajo recibió la señal, puesto que alzó la mirada hacia los penetrantes ojos negros del azabache para luego sonreír sin gracia.

— Bien pues, creo que es mejor que me vaya... —dijo el castaño, levantándose y tomando su chaqueta de la mesa.

— Si es mejor... —murmuró JungKook, siendo escuchado por los presentes—. Digo, mira la hora, el crimen trabaja sin descanso. Eres policía, no Superman.

— Cierto. —respondió sin notar el sarcasmo de JungKook— ¿Tía, desees que te lleve?

— Oh, me harías un gran favor cariño, déjame ir por mi bolso. —Hye Soo desapareció tras la puerta de servicio.

— ¿Puedo usar tu baño? —preguntó amablemente JongIn.

— Por el pasillo, es la puerta junto a la escalera —le indicó JungKook. Después de un asentimiento de cabeza en respuesta, el castaño desapareció.

El silencio reinó en la cocina, silencio donde se pudo oír el rugir de las tripas de JungKook; JiMin con las mejillas atiborradas de comida se inclinó hacia el azabache ofreciéndole una rebanada de pizza, la cual rechazó confundiendo a JiMin—. Tu eres el agujero negro que no para de tragar. Cómetelo.

JiMin le dio una mirada que JungKook no supo explicar, pero que provocó que se arrepintiese de haberle hablado de tal forma. Sin embargo, JiMin sonrió de medio lado—. ¿Qué sucede JungKookie?

— Nada. —respondió, levantando los platos de la mesa llevándolos al fregadero, siendo seguido por JiMin, quien se le acercó ligeramente por detrás.

— Estas raro, desde que llegó JongIn actúas así.

— ¡Já! Miren quién habla. —giró su rostro encarándolo, luego volvió a lo que hacía y le habló a uno de los platos con demasiado sarcasmo:—. Señor coqueteo...

— ¿Q-qué? ¿Pero de qu-? 

— ¡JiMin! —este alzó ligeramente la mirada y notó el flash cegador. JongIn le había sacado una foto—. Lo siento, no me resistí.

JungKook bufó y al mismo tiempo apareció Hye Soo con abrigo y bolso en mano—. Estoy lista, ¿nos vamos?

— Claro, hasta luego JungKook. —hizo una ligera reverencia y bajó su mirada a JiMin, regalándole otra de sus incontables sonrisas—. Nos vemos JiMin...

Este solo asintió con una ligera sonrisa, incómodo al sentir los ojos de JungKook atravesándole el cuello como una ametralladora. Al escuchar la puerta de entrada ser cerrada indicando la salida de ambos, JiMin se volvió hacia el azabache, pero este había tomado rumbo escaleras arriba.

— ¡JungKook! —le llamó, siguiéndolo hasta la habitación, donde el susodicho ya se encontraba boca arriba viendo hacia el techo con sus manos sobre el estómago. Sin titubear, JiMin literalmente se lanzó en sus brazos; para cuando JungKook se quiso deshacer del rubio, este maniobró para quedar sentado en el regazo de JungKook, dejándolo sorprendido—. No tienes permitido moverte hasta que me digas qué rayos sucede contigo y esa actitud allá abajo.