•All I Want For Christmas• «|KookMin|»

3/3: ¿Mr. Sherlock?

Última parte del maratón my babys, espero les guste :3

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— Es-es injusto JungKook... —repitió JiMin señalando el televisor con el dedo y refregando algunas lágrimas traviesas que se escapaban.

— Ay JiMin... —suspiró el azabache—. Te sugerí ver otra película pero tu insiste.

— Es que Kook —JiMin se reincorporó, sentándose cual indio—, ¿p-por qué hacer una escena como esa? Es decir, ¿no ves lo que le h-hacen a mi corazón? —se limpió las mejillas con las mantas— El padre del niño es un bruto, que piensa que el viejo de bigote raro hace lo correcto cuando es alguien malo, muy, muy malo JungKookie.

Definitivamente, "El Niño con el Pijama de Rayas" sería una película que quedaría tatuada en los recuerdos de JiMin por siempre. Y eso que no ha visto otros éxitos de ese estilo como: "La vida es bella" o "La lista de Schindler". No habían conseguido nada bueno en la programación de esa tarde, hasta que JiMin encontró aquella película situada a mediados de la Segunda Guerra Mundial e insistió en verla, pero al parecer se arrepentía de su decisión.

— Estoy de acuerdo en la parte de crueldad, pero la historia lo necesita JiMin. El padre de Bruno necesitaba sufrir la pérdida para entrar en razón; para notar que lo que hacia el señor de "bigote raro" —que por cierto su nombre es Hitler—, era la cosa más repugnante de todo el universo. Desgraciadamente tuvo que aprender de esa manera...

Por un extraño instinto que recorrió a JungKook, acarició los rubios cabellos de JiMin en un intento de consolarle. JungKook había presenciado situaciones dolorosas, pero nunca olvidaría la forma en que su corazón se estrujó al ver a JiMin llorar de esa manera —y eso sólo por una triste escena de película.

— Tal vez... —analizó el más bajo mordiéndose el labio inferior—. Las personas dan asco, claro, menos tu JungKook.

Este soltó una risa, para luego sentir a JiMin recostarse y rodear su cintura con sus pequeñas manos, acto que lo tomó por sorpresa; sin embargo no lo llegó a incomodar, más bien continuó con las caricias en la coronilla de JiMin haciéndolo suspirar. Puede que ambos solo tengan un mísero día de haberse conocido, pero al estar tan juntos se sentían tan familiar el uno al otro, que pondrían en duda el ser desconocidos.

— Lo sé... —suspiró JungKook.

— ¿Cómo has sobrevivido a ellos tanto tiempo? —preguntó el rubio haciendo círculos en el estómago de JugKook.

— No tengo idea —respondió mirando los créditos de la película—. Supongo que te acostumbras. Al dolor, egoísmo,  decepciones, hasta ya no sentir.

— Por favor no lo hagas — JiMin se levantó de un salto, mirando a JungKook a los ojos—. No te decepciones de mi, no sufras, no te acostumbres, siente... Sino, quedarás vacío como el padre de Bruno y no quisiera ver eso Kookie.

— Está bien JiMin. —fue lo único que pudo articular ante esos pequeños ojos que le miraban suplicante.

Definitivamente JiMin es una caja de sorpresas, caja de sorpresas que le rugía el estómago sacándole una sonrisa a ambos— Tengo hambre JungKook.

— Eres un barril sin fondo enano... Pediré una pizza. —JungKook se inclinó a la mesa de noche y tomó su celular marcando el número de la pizzería.

— Pondré otra película, ¿te parece "Siempre a tu lado"? —preguntó el rubio leyendo una de las caratulas—. ¡Mira hay un perrito!

JungKook colgó después de pedir dos pizzas especiales y le dedicó una mirada incrédula—. JiMinie... No quiero que mueras por deshidratación de tanto llorar. Mejor otra, tal vez comedia.