•All I Want For Christmas• «|KookMin|»

I'm Give Up.

LaMatryoshkaFelixSk te lo prometí baby :v/

//

JiMin gritaba sin parar al pobre de YuGyeom para que acelerara el auto, sin importarle que pudiera atropellar a la anciana que duró siete minutos exactos en cruzar la calle, o que se llevara el puesto de frutas en una esquina y como también le indicó que se subiera a la calzada si era necesario. Todo por llegar lo más rápido posible con JungKook —por quien rogaba que no estuviese muerto—. El pelinaranja quedó paranoico cuando JinYoung, el prometido de YuGyeom le informó que por los signos descritos por Tae podría tratarse de un coma etílico.

"JungKook idiota, si te mueres yo mismo te resucitaré para asesinarte con mis propias manos."

Cuando JiMin reconoció el enorme edificio donde vivía el pelinegro, solo pudo gritar un: "¡Gracias YuGyeom!" mientras salía como una bala del auto hacia el interior de la torre y directo al ascensor llevándose de por medio a un hombre que acababa de bajar de él. Ya dentro del elevador, presionó un el botón con las letras PH una y otra vez como si aquella acción pudiera otorgarle a aquella caja metálica propulsores para llegar al nivel en dos segundos; al llegar al nivel, JiMin se apresuró a llegar a la puerta del pent-house, la cual se encontraba abierta y no dudó en entrar mientras jadeaba sin parar.

—T-Tae... —logró pronunciar con el poco aire que quedaba en sus pulmones—. ¡T-TaeHyung!

Caminó hasta la mitad de la sala, la cual se hallaba desolada.

—¡HoSeok!, ¡Tae! —gritó sin conseguir respuestas—. ¡Ya llegué!

Lo primero que pensó JiMin, es que probablemente habían llamado a emergencias y se habían llevado a JungKook en una ambulancia —pero Tae se lo hubiese notificado, y en el teléfono no había ninguna llamada o mensaje perdido—. O tal vez se encontraban en la habitación y no lograban oírlo; corrió hacia las escaleras subiéndolas de dos en dos hasta llegar a la planta superior y divisar la puerta con las letras JK en el exterior.

—¿Tae? —dijo al entrar y solo halló el lugar vacío. Se le hacía raro, ¿por qué TaeHyung le había pedido que viniera al pent-house si no estarían?, Y si se habían ido a un hospital, ¿Por qué el pelirrojo no le había notificado nada?

Dispuesto a llamar a HoSeok, tomó el teléfono de su bolsillo trasero, dejándolo caer al instante al sentir unas frías manos posarse en su cadera. JiMin sostuvo la respiración y se quedó helado ante el repentino tacto, al querer girarse, dichas manos se lo impidieron manteniéndolo en su lugar.

—Déjame hablar... —murmuró aquella voz en su cuello provocando un escalofrío por toda su columna.

Reconoció la voz de inmediato—: Kookie... —logró decir con el escaso oxígeno en sus pulmones. Ahora todo tenía sentido: había sido una trampa.

—Sé perfectamente que las palabras que diré no borraran las anteriores, pero solo quiero que ahora me escuches a mi como yo presté atención a cada una de tus palabras. Ahora es mi turno —dijo suavemente y mantuvo una pausa de pocos segundos, antes de proseguir—: No tengo idea... De cómo llegué al punto de desear tanto a una persona como lo hago ahora mismo contigo; imaginar perderte es un dolor inexplicable. Tu pudiste disipar el dolor que se alojó en mi durante tantos años y no sabes cómo te lo agradezco; pero ahora mi tormento eres tú.

—JungKook... —el pelinaranja quiso hablar pero se detuvo al sentir las manos en sus caderas tensarse y el aquel pecho contra su espalda subir bruscamente en busca de aire.

—Dije que me escucharas —pronunció fuerte e irritado—. JiMin, eres mi maldito dolor de cabeza porque no entiendo esta horrible dependencia de ti, no comprendo cómo es que todos mis problemas se vuelven minúsculos junto a ti. Me vuelves loco, quiero tenerte, quiero cuidarte, quiero protegerte, quiero que dependas tanto de mi como, yo lo hago de ti. Porque nos pertenecemos el uno al otro JiMin, tu eres mío y yo soy tuyo, nadie va a cambiar eso de ninguna jodida manera.