II Capítulo 9

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No soy responsable de paros cardíacos.

xoxo, Midoriland.



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Habían pasado ya dos años desde la primera vez que la pelirrosa se había encontrado con el pelinegro en aquel cementerio. El año siguiente ella volvió a ir en la misma fecha, sabía que él iría a visitar a sus padres y ella tenía que verlo de nuevo. Lo logró. Lo volvió a ver. Esa vez no hablaron, no dijeron ni una palabra, pero para ella el solo verlo bastaba. Saber que seguía vivo, que estaba bien. Eso era suficiente. Entonces, decidió que volvería a ir cada año para volverlo a ver. Y así lo hizo.

El pelirrojo y la pelirrosa se encontraban en el auto de él. Amablemente, Sasori se había ofrecido a llevarla al cementerio. Ella le había dicho que iba una vez al año a ponerle flores a su padre, y no era mentira, siempre llevaba un ramo de flores para su padre. Claro que ese no era su motivo principal, pero no podía decirle que iba a verlo. Además, ella ya se había resignado y estaba saliendo adelante, asi que el regresar con Sasuke no era una opción, solo quería verlo. Verlo la hacía sentir bien.

La hacía sentir viva.

No era la primera vez que el pelirrojo la llevaba, pero ella nunca dejaba que la acompañara fuera del auto, porque ella sabía que él estaría ahí, que lo volvería a ver.

El pelirrojo siempre respetaba sus decisiones, así que siempre se quedaba en el carro sin reprochar y esperaba pacientemente a que regresara. Siempre lo hacía, así que no tenía por qué dudar

-Cásate conmigo -dijo él antes de que la pelirrosa saliera del auto

-¿Qué? -preguntó sorprendida

-Cásate conmigo -repitió

-P-pero... ¿estás seguro? -preguntó

-Seguro -dijo, sacando una cajita y abriéndola, para mostrar un hermoso anillo de compromiso.

-Sasori...

-¿y bien? ¿Qué dices?

-Yo... ahm... -no sabía qué decir

¿qué era lo correcto? ¿Aceptar? ¿Decir que no? ¿Si aceptaba sin estar segura.. estaba entonces jugando con sus sentimientos? ¿O estaba haciendo lo correcto?

- ...... Acepto.. -susurró finalmente, no muy segura de sí misma

El pelirrojo sonrió y colocó el anillo en su dedo anular. Le quedaba un poco grande, pero no demasiado.

-Ya regreso -dijo la pelirrosa, saliendo del carro.

-Te espero -dijo él, con una sonrisa de oreja a oreja

Ella entró al cementerio y se dirigió a la lápida de su padre.

Secretos Dolorosos | Sasusaku | Temporada I & II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora