Capítulo 15

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-Bienvenida a casa –dijo aquella persona que ella definitivamente no queria ver.

-Gracias –dijo con desagrado y entró sin siquiera mirarlo.

-¿Se podría saber dónde estabas y por qué no regresaste anoche? Tuviste a tu madre muy preocupada -preguntó con un tono condescendiente. Como si le debiera explicaciones a una persona como él.

-No te importa -dijo muy enojada. Quién demonios se cree él para exigir explicaciones. Maldito.

-No te pongas insolente conmigo. Responde si sabes lo que te conviene -amenazó

-Hmp -maldito- ... -lo pensó unos segundos- Con mi novio –respondió finalmente la pelirrosa, enfatizando esa ultima palabra como un ataque frontal. Sabía que se iba a arrepentir de haber dicho semejante mentira, pero por ahora es lo único que tenía.

-¿Ya tienes novio? Pero vaya si has crecido desde la ultima vez que te vi –dijo su padrastro, mirándola de pies a cabeza. Un escalofrío recorrió su cuerpo- Ya eres toda una mujer

La pelirrosa no soportó que siguiera hablando de ese modo tan repugnante, asi que se retiró de la habitación sin mirar hacia atrás. Pasó de largo con la cabeza en alto. No se detuvo para nada. No tenía por qué. No quería. No podía.

Y en esos momentos, en sus pensamientos –por extraño que parezca- apareció él. La pelirrosa no pudo evitar que apareciera en sus pensamientos en aquel momento de desesperación. Ese sentimiento de impotencia y paranoia que la estaba invadiendo la iba a volver loca. Necesitaba calmarse, necesitaba paz, quietud, comprensión.Lo necesitaba a él.

-¿Estás bien? –escuchó que le decían. Levantó la mirada y se encontró con los ojos preocupados de su al parecer “novio” según ella, que acababa de entrar por la ventana. Suspiró aliviada por ver que no se había marchado.

No entendía por qué se sentía así. Por qué se sentía atraída por él. Por qué tenia esos sentimientos. No debía tenerlos. Después de todo lo que había sucedido, esos sentimientos estaban tan fuera de lugar que no encontraban explicación. Es decir, ¡él se la jugó en una apuesta! Se aprovechó de su estupidez y la había hecho suya. Ganó su maldita apuesta y ahora estaba decidido a volver a conquistarla. No entendía por qué, pero ella estaba decidida a no dejarse conquistar, después de todo ella estaba segura de que solo quería seguir jugando con sus sentimientos.

Sin embargo, la noche anterior que pasaron juntos... Ella se encontraba en sus momentos más vulnerables y él no se había aprovechado de nada. Más bien, cuidó de ella sin pedirle ninguna explicación. Y aquí se encontraba de nuevo frente a ella, aún procurándola. A pesar de todo se sentía tan segura con él.

-¿Qué haces aquí? –le preguntó

Él solo encogió los hombros, tratando de aparentar que no le importaba cuando era obvio que sí.

-Estoy bien –le aseguró. No quería preocuparlo. No quería que nadie supiera y mucho menos él.

Secretos Dolorosos | Sasusaku | Temporada I & II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora