II Capítulo 15

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De nuevo. De nuevo en ese maldito hospital. De nuevo estaba encerrado entre las mismas cuatro paredes blancas. No era justo. Ni siquiera tenía sentido.

 

La pelirrosa le daba vueltas al asunto, una y otra vez, una y mil veces, pero no podía lograr comprenderlo. La preocupación la estaba empezando a consumir por dentro. Sasuke no había dicho palabra alguna desde el incidente y ella no lograba descifrar lo que pasaba por su mente. Quería ayudarlo, decirle que todo iba a estar bien, pero ¿cómo?

 

Siguió caminando en círculos detrás de la puerta de la oficina del médico, mientras sus pensamientos hacían exactamente lo mismo dentro de su mente. Vueltas y vueltas sin sentido, sin dirección.

 

El hermano mayor del pelinegro permaneció sentado, tratando de guardar la calma sin poder lograrlo del todo.

 

Finalmente, el médico los atendió. La pelirrosa escuchó toda su explicación acerca del estado del pelinegro. Escuchó palabra por palabra. Analizó lo que dijo letra por letra, y sin embargo no lograba comprender. La enfermedad había regresado y no había manera de eliminarla. Y no pudo evitarlo. Entró en pánico, perdió el control y todo filtro entre su mente y sus labios se volvió inexistente.

 

-¿¿Cómo es posible?? -exclamó al borde de la desesperación- Seguimos sus instrucciones al pie de la letra. No fallamos en nada. Cuidamos de él en cada detalle. ¿¿Cómo es posible??

 

-A veces... estas cosas solo suceden -respondió el doctor- Y no hay nada que podamos hacer

 

-Debe haber ALGO que podamos hacer -dijo el Uchiha mayor

 

-A estas alturas, lo único que nos queda sería un transplante -explicó el doctor- sin embargo, un transplante es muy difícil de realizar en muchos aspectos. Hoy en día, no hay muchos donantes y es difícil encontrar uno con características que coincidan adecuadamente con las del paciente. Este proceso podría tomar un tiempo.

 

-No tenemos tiempo -respondió el Uchiha mayor

 

-¡Yo le daré mis ojos! -exclamó la pelirrosa

 

-Sakura...

 

-¡No los necesito! ¡Yo puedo vivir sin ellos! ¡Sasuke no!

 

-No es tan sencillo -respondió el doctor- Una persona viva no puede donar los órganos visuales. Está prohibido por la ley debido al daño colateral que puede sufrir el donante.

 

-¡No me importa el daño colateral!

 

-...Lo lamento -dijo el doctor.

 

La pelirrosa no pudo contenerlo más y las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos. El Uchiha mayor la rodeó con sus brazos y la sostuvo con fuerza.

 

-Está bien -dijo, intentando tranquilizarla- Encontraremos una manera.

 

.

 

.

 

.

 

La pelirrosa se lavó el rostro para borrar todo rastro de llanto y se dirigió hacia la habitación del pelinegro. Abrió la puerta suavemente para no hacer demasiado ruido y se acercó a él. No se acercó demasiado, no lo tocó, no estaba segura de qué debía hacer. Solo lo observó detenidamente. Su rostro se había tornado algo pálido, sus labios ya no sonreían, su mirada estaba perdida. Perdida en el vacío de la oscuridad en la que se había sumergido en tan solo unas pocas horas.

 

No podía dejarlo así.

 

No podía dejarlo morir.

 

La pelirrosa se acercó a él, despacio para no alarmarlo con su repentina presencia, y le dio un beso en la mejilla. El pelinegro no dijo palabra alguna, sin embargo sintió la humedad de una lágrima, que había rodado por la mejilla de la pelirrosa, chocar contra su piel.

 

Ella salió de la habitación y se dirigió, sin siquiera pensarlo, hacia la sección de donación de órganos.

 

-Buenas tardes ¿en qué puedo ayudarla?

 

-Quisiera anotarme para ser donante de órganos

 

-Llene este formulario por favor

 

“Una persona viva no puede donar”

 

De todas formas... -pensó la pelirrosa- si te marchas... para mí.... sería como estar muerta.

Secretos Dolorosos | Sasusaku | Temporada I & II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora