Capítulo 109

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{Narra Harry}

-¿Así que eres aquella chica de la secundaria?- preguntó mi madre observando a Sara con una sonrisa bastante falsa.

-Sí, Sara Strocker- respondió la castaña a mi lado- es un gusto conocerla señora Cox- extendió su mano y mi madre algo dudosa la estrechó.

-De hecho, ya nos conocemos- le recordó al igual que yo lo había hecho esa mañana.

-Sí, pero no ha tenido una muy buena impresión de mí, así que me gustaría empezarlo todo de nuevo- aclaró mi 'novia'.

Mi madre arqueó una ceja. Anne no era una mujer de segundas oportunidades, pero si se trataba de mi felicidad, -no había opción- según ella.

Irónico que ella tuviera que aceptarla por mi supuesta 'felicidad'.

-Bien- respondió evaluándola- así que tus padres trabajan en... -.

-Tienen una empresa de electrodomésticos- dijo Sara con orgullo- mueren por conocerlos a usted y al señor Styles- agregó y sentí como si me clavasen un puñal en el estómago.

Por favor diganme que no era tan estúpida... ¿qué yo no le había mencionado cientos de veces que mis padres estaban separados? Y más aun que mi padre estaba muerto.

Mi madre la miró con arrogancia. Sabía lo que se venía...

-El señor Styles y yo nos divorciamos cuando Harry cumplió diecisiete- le recordó mi madre con paciencia y Sara se quedó pálida- y él murió hace unos cuantos años- le dijo bajando la mirada.

Sabía que a ella le dolía recordar el tema. Y a mí, aun más.

-Yo,... lo siento- dijo la castaña apenada.

(...)

-¡¿Porqué no me dijiste que tus padres estaban separados?!- exclamó Sara cuando nos subimos al auto, luego de una larga e incómoda cena.

-¡Te lo he dicho un millón de veces!- gruñí acelerando- pero tu siempre estas hablando de tus padres, y te importa mierda lo que te digo- escupí furioso.

Ella me miró como si no se creyera lo que le decía, suspiró y luego de unos segundos, tocó mi brazo.

Era increíble la diferencia entre el tacto de Sara, y el de _____________. 

El de la castaña era más firme y decidido, como si quisiera quitarme alguna pena de encima, pero como si lo hiciera por cortesía. Mientras que el de ____________ era más suave y dulce, como si quisiera expresar con su toque, lo que no decía con palabras.

-Lo lamento, soy una tonta lo sé-.

Reprimí el deseo de asentir.

-No es eso...- respiré profundo- a veces creo que lo único que te importan son tus padres. No me quejo,... pero como ya he dicho, sólo hablas de ellos, lo orgullosa que estas, y que están encantados de haberme conocido y bla- bla- bla-.

Ella puso los ojos en blanco.

-No es cierto- Já, ¿acaso venía a negarme aquello a mí?

-Bien- respondí seco.

{Narras tú}

-Eres fantástica- susurró Louis en mi oído- voy por una ducha, ¿vienes?-.

-Espérame allí, voy en unos cuantos minutos- le dije con voz ahogada luego de una sesión infartante de cuatro orgasmos.

-Allí te espero, entonces- dijo con una sonrisa y mordió mi cuello.

Luego se marchó al baño dándome una espectacular vista a su trasero.

Me sentía tan exhausta, que creí que con sólo parpadear me quedaría dormida.

Louis era agotador.

A duras penas me senté en la cama y miré el reloj del despertador. Dos de la madrugada, genial.

A mi lado, en la mesita de noche, una luz titilante llamó mi atención. Un mensaje entrante en el celular de Louis. ¿Quién sería a estas horas?

¿Debería leerlo? 

"No, es su intimidad, debe ser algún amigo del trabajo, o algo asi"- me advirtió mi lado bueno.

"¿Desde cuándo pides permiso?"- me reprochó el opuesto.

Decidida y con una mirada furtiva hacia la puerta entreabierta del baño, agudicé el oído.

Escuché el sonido de la ducha de repente, y luego el de la cortina de baño correrse.

Louis ya estaría allí dentro.

Tomé el celular y abrí el mensaje como si fuera una maniática curiosa.

"Me debes un favor, Tomlinson. Años de deuda, ¿no crees? No haz cumplido con lo prometido"

El mensaje me asustó, pero a la vez me dejó aun más intrigada y enfadada. No tenía remitente, simplemente frío y letal.

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