Lo último que recuerdo fue el increíble barullo de sonidos que tronaban en mis oídos. Sentí que me movía de aquí para allá, pero yo estaba casi inconsciente, por lo que supuse que me tendrían en brazos.
Ya ni me importaba dónde me encontraba. Si bien me dolía cada extremo de mi cuerpo, estaba feliz con la imagen que se reproducía tan vívida en mi mente.
Harry, Harry sonriéndome. Sus besos y caricias. Casi podía sentirlas de tan intenso que era aquel momento.
Sentí como alguien me dejaba sobre una cama. El olor a desinfectante me quemaba la nariz. Una cálida mano me tocaba la frente.
Apreté los ojos con fuerza y luego los abrí. Las luces fluorescentes me dejaron casi ciega, pero logré caer en la cuenta de dónde estaba.
Una ambulancia.
Un enfermero y una enfermera me observaban con amabilidad mientras seguían revisándome.
-¿Qué sucedió?- murmuré con voz ronca.
La mujer me inyectó algo en el brazo y luego acarició mi cabeza.
-¿Qué es lo último que recuerdas?- preguntó el hombre a mi lado.
-El banco, los tipos de negro... -fruncí el ceño, preocupada.
-Tranquila, cielo- me dijo mujer con dulzura-. Estas a salvo, estamos llevándote al hospital. No creo que te suceda nada grave pero hay que estar seguros-.
Suspiré.
-¿Saben qué paso?-.
-Nosotros sólo fuimos tras la llamada de la policía. Parece que los tipos consiguieron la suma que querían, y te liberaron. Aunque cuando quisieron escapar, la policía los tenía rodeados. Pese a la gravedad, fue todo un espectáculo- me dijo el hombre. -Nunca he visto tantas patrullas juntas, en mi vida-.
-Es raro que un grupo tan grande de personas intenten asaltar un pequeño banco como el de Holmes Chapel- comentó la enfermera.
-Tienes que tener en cuenta que la mayoría de las personas en éste pueblo son de clase alta- le recordó el tipo.
La ambulancia se detuvo con suavidad. Y ambos enfermeros me miraron.
-Te llevaremos en la camilla, estas demasiado débil. Muchas personas deben estar esperándote allí dentro. Toda esta locura apareció en televisión-.
Me recosté en la camilla, tranquila y segura. Todo había pasado.
{Narra Harry}
-¿Aun no llega?- preguntó mi madre con tanta impaciencia como yo. Yo sólo asentí nervioso.
-Tengo miedo de que la hayan lastimado-.
Anne no dijo nada, sólo se acercó a abrazarme. Sabía que no podía darme falsas esperanzas de que ____________ estuviera bien, por lo que recurrió al consuelo.
Un rostro familiar apareció por la recepción de aquel lujoso hospital.
-¿Gemma?- dije atónito mientras soltaba a mi madre, quién la miró asombrada.
-¿Ya ha llegado?- preguntó ella, directamente.
-Aun no- respondió nuestra madre con timidez.
Observé su abultado vientre y arqueé una ceja.
-¿Pensabas decírnoslo?- le cuestioné sin dejar de mirarla.
-Esperaba a que nazca, pero así se ha dado la situación- me respondió mi hermana, tajante. Estaba a punto de replicarle algo, cuando una camilla entrando por el pasillo, llamó mi atención.
Y allí descansaba, el amor de mi vida, llena de rasguños y moratones, pero a salvo...
