Capítulo 124

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Unas cuantas horas después desperté con los músculos agarrotados y la sensación de haber sido arollada por un centenar de camiones.

Pése aquello, me encontraba terriblemente cómoda. 

Abrí un ojo pero la luz me cegó y volví a cerrarlo, molesta.

Estaba en los brazos de Harry, podía sentir el dulce perfume emanando de su cuerpo, y la cálidez que me proporcionaban aquel cuerpo.

-Cariño- murmuró él en mi oído y luego acarició mi hombro- me encanta tenerte en brazos, pero es mejor que te despiertes, tu padre... -.

Abrí los ojos y pegué el rostro a su pecho, la luz me provocaba un terrible dolor de cabeza y mareo.

Harry se acomodó de modo que quedé sentada sobre su regazo.

-¿Te sientes bien?-.

-No, tengo migraña- respondí con voz ronca y baja.

-¿Quieres que pida un ibuprofeno?-.

-Sólo quedate conmigo-.

Él sonrió y luego besó mi frente.

-¿Van a derivar su... cuerpo... a algún sitio?- le pregunté con el ceño ligeramente fruncido.

-Los doctores han dicho que eso depende de tu decisión y la de tu... -.

-Él no es mi hermano- dije bajándome del regazo de Harry para luego sentarme en el asiento contiguo- a él no le corresponde ningún tipo de decisión respecto a mi padre-.

-¿Por qué no lo aceptas?- dijo el rojizo apareciendo de repente por el pasillo.

No le respondí. Aun no caía en la realidad, y tampoco quería hacerlo.

¿Cómo podrían haberme ocultado algo así? Ya no podía encontrarme enfadada con mis padres,

simplemente ellos no estaban conmigo.

Pero estaba furiosa conmigo misma, por ser tan estúpida como para no notarlo.

De todos modos... ¿cómo podría haberlo sabido?

-¿Qué edad tienes?- le pregunté a Brandon sin mirarlo.

-Veintesiete- respondió él serio y lo observé.

-¿Porqué hasta ahora me entero de que eres mi... hermano?- le dí enfásis a la última palabra como si se tratara de un chiste.

Un profundo silencio colmó la sala de espera. Sólo se podían oír nuestras respiraciones; Harry se tensó a mi lado.

-Es una historia bastante larga- dijo él al fin.

Suspiré.

-Algún día me la contarás... -le avisé en tono de burla- ¿qué haremos con...? -.

Tragué saliva y evité las lágrimas por milésima vez.

-A él le hubiese gustado que sus restos estuvieran en Doncaster- dijo Brandon sereno.

Lo observé.

-¿Cómo sabes eso?-.

-Es parte de la historia que no quieres escuchar ahora... -me advirtió.

Sin decir nada, me levanté y caminé hasta la habitación dónde se encontraba el cuerpo -sin vida- de mi padre.

-Adiós papá...- murmuré casi para mi y luego de unos segundos, me marché sintiendo como el alma se despedía de mi cuerpo. Caminé por el pasillo de nuevo a la salita. Ambos hombres me observaron expectantes. Suspiré. -¿Me puedes llevar a casa, Harry?-.

El asintió, se paró y caminó hasta dónde yo me encontraba.

El rojizo me observó.

-Quieras o no, somos hermanos, ____________- me dijo Brandon, severo. Yo lo observé casi con desprecio- eres lo único que me queda- concluyó y sentí como el rubor se apoderaba de mis mejillas.

Él me observó con lágrimas en los ojos, y no pude controlarme más. Caminé hasta él y lo abracé como si lo conociera de toda la vida. Brandon desconcertado me correspondió sollozando en mi hombro.

-No se quién diablos eres, pero si eres parte de mamá y papá, es imposible no quererte- musité intentando que no se me quebrara la voz.

-Te explicaré todo- prometió. -Pero primero necesito que lo asumas-.

Suspiré y lo solté.

-Encárgate de papá- le pedí yo-. No quiero presenciar esto- dije increíblemente fría y el asintió.

Who do you think you are?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora