No hacía falta ni que lo pida. Desde el momento en que había vuelto a sus brazos lo había decidido.
Era lo suficientemente estúpida para arriesgarme de nuevo. Era lo suficientemente valiente como para estar con él una vez más, y saber que terminaría hecha pedazos.
Pero debía... vivir el momento. Si me detuviera a pensar en cada acción que hice, hago o haré, no disfrutaría de los momentos más lindos de la vida.
-Lo haré.
El sonrió animadamente y sus labios se encontraron con los míos
Su lengua avanzó sin piedad en dirección a un único objetivo. La mía.
Me sentí llena, apasionada, y sobretodo... completa.
Lo tenía de nuevo.
Una pequeña parte de mi cerebro se preguntaba cuanto duraría toda esa esfera personal tan mágica en la que me encontraba encerrada.
-Me haces bien- susurró en mi oído, y luego tomó mi mano.
-Me alegra saberlo- sonreí.
Se veía tan sincero y puro.
"Ojalá sus ojos no fueran tan engatusadores e hipnotizantes".
-¿Te quedarías todo el día aquí?- preguntó mientras jugaba con mechones de mi pelo.
Lo observé.
-Si fuera contigo, lo haría-.
Me miró fijamente como si le hubiera dicho algo significativo. Fruncí el ceño, esperando alguna otra reacción.
-Quisiera decirte todo lo que me haces sentir, _______________.
Volteó el rostro y mi expresión casi se desfiguró de asombro.
¿Lo qué le hago sentir? ¿Acaso le hago sentir algo más que deseo?
Diablos, ¿de dónde venía eso?
-¿Qué te hago sentir exactamente?- pregunté intentando ocultar mi curiosidad.
El me miró y volvió a girar el rostro. Estaba evitando que pueda ver la respuesta en sus ojos. Sentí como si algo se incendiara sobre mi pecho, específicamente del lado izquierdo.
-Dime- inquirí internamente desesperada.
¿El sentía algo por mí? Oh Dios,... vamos Harry, dime lo que mi corazón desea escuchar, por favor...