Capitulo 67

124 7 0
                                    

-Será un placer- sonrió Brandon satisfecho y me lanzó una mirada arrogante- ¿estas de acuerdo?-.

Arqueé una ceja y reprimí mis deseos de mirarlo con desprecio.

-Me da igual-.

Harry apretó sus manos entorno a mi cintura.

-Supongo que debo presentarme- dijo el chico de castaño rojizo como quién no quiere la cosa- soy Brandon- extendió y estrechó su mano con la de Liam, y luego con la de Harry.

-Ellos son Harry y Liam- los presentó mi mejor amiga.

Suspiré impaciente.

-¿Podemos irnos ya?- pregunté intentando ocultar mi molestia.

-Claro- dijo Danielle mirándome con extrañeza.

Me tomó de la mano, alejándome de Harry, y los cinco nos dirigimos al coche.

-¿Qué te sucede?- me cuestionó Dani entredientes.

-Nada, ¿por qué?-.

-Estas que hechas fuego por los ojos, ¿qué te ha hecho el pobre de Brandon?-.

Fruncí el ceño.

-No me da buena espina- admití recelosa.

-¿Y lo juzgas así sin más?-.

Lo medité durante unos segundos.

-Pues sí- respondí de manera cortante y me subí al asiento del copiloto.

No abrí la boca durante todo el viaje, y de hecho, no fui la única. Liam tampoco dijo nada.

Por el lado contrario, mi novio, mi mejor amiga y el estúpido de Brandon charlaban animadamente. 

Interiormente, sabía que mi desagrado hacia Brandon, era totalmente irracional. Pero simplemente no podía fingir que el tipo me caía bien.

Nunca fue mi fuerte ocultar mis sentimientos, y mucho menos si esos sentimientos fueran malos. ¿Porqué a todo el mundo parecía agradarle este muchacho?

¿Qué? Había dicho tal vez, cuatro o cinco palabras ¿y ya eran amigos de toda la vida?

Inadvertidamente miraba por el espejo retrovisor, la estúpida y molesta mirada del causante de mi mal humor.

Su mirada, divertida y casi burlona no se despegaba de mí. 

-¿_________?- me llamó la atención Harry- ¿te pasa algo cariño?-.

Quité mi mirada del retrovisor y la suavicé un poco al dirigirme a Harry.

-Sí, sólo me duele un poco el estómago-.

-¿El estómago?-.

-Brandon fue el que me disparó- dije convencida de que por fin el rojizo dejaría de caerles tan simpático.

Sin embargo, me equivoqué.

Todos, a excepción de Liam, carcajearon.

Miré a Harry fulminante.

¿Se estaban burlando de mi? Oh genial.

-¿Quieres jugar sucio estúpido "Edward Cullen"?- pensé refiriéndome a Brandon- pues ya veremos-.

Una hora más tarde nos encontrábamos en un pintoresco bar cerca de Yorkshire.

El almuerzo transcurrió entre risas y anécdotas, ajenas a mí.

-Iré al baño- avisé.

Harry me sonrió despreocupado, Danielle ni se mosqueó, y Brandon asintió con otra de sus repugnantes sonrisas.

Me adentré al baño con rapidez.

¿Por qué me encontraba tan molesta? ¿Qué diablos tenía Brandon que me molestaba tanto?

Bien, digamos... su actitud no era tan mala... al menos, no era nada nuevo. Siempre había tenido que lidiar con ese tipo de estúpidos, arrogantes.

Pero... ¿qué me sucedía?

El ruido de una cerradura me sacó de mis cavilaciones.

-¿Qué haces aquí?- pregunté incrédula- pervertido, ¡sal del tocador de damas!-.

El sonrió pícaro.

-Dime qué diablos te sucede- murmuró cerca de mí y -inútilmente- intenté apartarme.

-Nada- mentí.

-Vamos, ________, te conozco cielo- dijo Harry- dime-.

Acercó su cuerpo aun más a mi, y me envolvió en sus brazos.

Diablos... si lo necesitaba.

-No lo sé- murmuré apoyando la cabeza en su pecho- ese tipo no me agrada-.

Harry arqueó una ceja.

-¿Por qué?-.

-No me lo preguntes, no tengo la más mínima idea-.

Harry sonrió divertido.

-Pues yo lo veo simpático-.

-Sí, lo he notado- dije con un atisbo de molestia.

-No te pido que te caiga bien, pero al menos disfruta el día- acarició mi mejilla.

-Lo intentaré- suspiré.

-¿Qué tal si aprovechamos que estamos solos y...?-.

-¡Harry!- lo interrumpí tapándole la boca con la mano- es un baño público- gruñí divertida.

Aun con mi mano en su boca, besó mi palma y luego mordió la punta de mi dedo índice.

-¿Quién dice que no podemos divertirnos en un baño público?- preguntó con el mismo matiz de sensualidad, ronco y bajo.

-Tú mismo lo dijiste- reí- ésta mañana, ¿lo recuerdas? Me haz obligado a pasar todo el maldito día siendo golpeada por balas de pintura, negándote a mis extraordinarios encantos- dije dramática y el rió- no haremos nada hasta que lleguemos a casa-.

El me miró con una sonrisa pícara y me besó salvajemente dejándome sin aliento.

-No, no, no- dije en voz baja riendo- no juegues conmigo- le advertí antes de escabullirme del baño con rapidez.

Mi humor -ahora regenerado y fresco- no vaciló al volver a nuestra mesa.

Ningún tipo, fuera quien fuera, me arruinaría el día.

Who do you think you are?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora