Capitulo 45

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Llegué a la entrada del edificio y miré alternativamente, buscando alguien que pudiera llevarme. Bien... estaba jodida.

No entraría por nada del mundo a mi próxima clase, que por cierto, la compartía con Harry.

La única alternativa que me quedaba era recorrer todo el campus hasta llegar a la zona residencial dónde se encontraba mi departamento.

Pero no quería ir allí, ni volver a clases. No quería hacer nada. Simplemente sería todo tan fácil si pudiera apagar mi cabeza al menos un rato, y olvidarme de todos mis problemas y miedos.

Pero las cosas no se resolvían así. 

"Enfrenta tus miedos con la cabeza en alto, hija" resonó la dulce voz de mi madre en mi cabeza.

-¿Mamá?- susurré mientras sentía como las lágrimas comenzaban a deslizarse por mi rostro- ¿dónde estas?-.

¿Acaso estaba volviéndome loca? Miré hacia todos lados y sólo me encontré con Harry sentado a mi lado, en los escalones. Él me observaba fijamente.

"Algún día ya no estaré para ti, pero aun así siempre serás fuerte, lo sé... eres mi hija...", las palabras de mi madre volvían a hacerse presentes.

Allí fue cuando me dí cuenta. Esa conversación no era más que un nítido recuerdo de mi infancia. En los pocos años que había vivido con mi madre, ella me había enseñado todo lo que sabía, incluso aunque fuera una infante y no comprendiera, ella quería que yo algún día deje mi asquerosa vida, y busque algo mejor.

Me había ayudado a moldear mi carácter desde pequeña, me había enseñado los valores de la vida, que se hicieron presentes y agudos a través de los años, cuando mi moralidad y ética debía hacerse notar.

¿Miedo? ¿Miedo a que me rompan el corazón? ¡¿Cómo diablos había llegado a ese punto?! - gritó mi consciencia.

Me sequé los ojos y miré a Harry.

Lo deseaba, lo amaba, y sabía que de su parte probablemente no sería así. Pero si no me arriesgaba, no iba a perder ni ganar.

¡A la mierda con todo!

Me abalancé contra él, que ahora se encontraba parado a mi lado. Sus brazos aflojaron todos mis músculos, y su perfume derritió mis defensas.

Hundí mi cara en su cuello y comencé a respirar jadeante.

El acarició mi pelo cariñosamente, y yo aprecié el gesto, aunque no fuera con cariño real.

-Escapemosnos- susurré casi suplicante.

El me miró frunciendo el ceño y luego una sonrisa comenzó a divisarse en su rostro.

-Sólo por hoy, olvidemos todo- volví a insistir. 

Who do you think you are?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora