Primera Parte: LYANNA - CAPÍTULO 7

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CAPÍTULO 7

Quince días después, Lyanna fue nuevamente enviada a la oficina del director. Esta vez, los cargos eran: arrogancia y falta de respeto a sus compañeros y a su maestro. Alaris ni siquiera se molestó en escuchar cuál era la historia en esta oportunidad.

—Ven, caminemos— invitó Alaris a Lyanna con un gesto de la mano.

Los dos salieron de la oficina y caminaron por la galería del segundo piso con sus enormes ventanales que daban a los hermosos jardines.

—¿Qué tienes ganas de hacer?— le preguntó Alaris.

—¿Está dándome a elegir mi castigo?

—Si lo que quieres es un castigo, pensaré en algo— se encogió de hombros Alaris—. Pero en realidad, creo que un castigo no es lo que lo que deseas, ¿o sí?

—El maestro piensa que lo merezco...

—¿Y qué piensas tú?

—Que decir la verdad no es una falta de respeto, ni una muestra de arrogancia, y que ningún castigo va a cambiar mi forma de ser.

—Entonces no tiene ningún sentido imponerte uno, ¿no crees?

—Supongo que no.

—Aclarado eso, te repito mi pregunta: ¿qué tienes ganas de hacer?

—El curso de iniciación es estúpido y aburrido, quiero tomar otro tipo de clases.

—Bien, ¿qué tienes en mente?

—Quiero tomar clases con Llew.

—Lo siento— meneó la cabeza el director—, las clases de Llewelyn son demasiado avanzadas. Necesitas pasar por otros cursos primero.

—¿Por qué?

—Porque la teletransportación no es un juego, Lyanna, hay factores importantes que debes aprender a manejar primero.

—¿Cómo cuáles?

—Manejo de energías biológicas, por ejemplo. Puedo apuntarte con Rory para eso.

—¿Por qué necesito eso?

—Porque desmaterializar tu cuerpo físico y rematerializarlo en otro sitio es delicado— explicó Alaris con paciencia—. Si tus átomos se rematerializan combinándose con los del ambiente al cual te trasladaste, podría ser catastrófico. ¿Te imaginas aparecer dentro de un árbol, por ejemplo?

—¡Qué tontería! Eso no puede pasar.

—¿Por qué no?

—Porque para que eso sucediera, tendría que visualizarme como parte del tronco de un árbol, y eso sería muy estúpido si la intención es seguir portando la forma humana.

—Hay otras cosas a tener en cuenta...— intentó Alaris.

—El macizo de flores amarillas a la derecha de la fuente principal— dijo ella.

—¿Qué?— inquirió el director, desconcertado ante el incoherente comentario de ella.

Como toda respuesta, ella solo sonrió y cerró los ojos. Un segundo después, Alaris la vio desaparecer frente a él.

—¡Lyanna!— gritó en vano al aire vacío.

El macizo de flores amarillas...

Alaris corrió hasta una de las ventanas y miró hacia abajo, hacia los jardines. Allí la vio, saludando sonriente con la mano, parada en medio del macizo de flores amarillas a la derecha de la fuente principal.

—Si así quieres jugar, así jugaremos— murmuró Alaris para sí.

Cerró los ojos y apareció en un parpadeo junto a ella. Ella dio un salto hacia atrás ante la sorpresa, y cayó en la fuente de agua. Alaris le extendió una mano y la ayudó a salir de la fuente.

—La próxima vez intentaré con un lugar lejos del agua— gruñó ella, sacudiendo su vestido mojado y apartando sus rubios cabellos húmedos de su cara.

Alaris rió de buena gana.

—Podrías haberme dicho que ya sabías teletransportarte— le dijo Alaris—. Eso habría evitado el chapuzón.

—Es la primera vez que lo intento— respondió ella.

—¿La primera vez?— repitió Alaris, incrédulo.

—Nada mal, ¿eh?

—¿Tu hermano te enseñó a hacerlo?

—Claro que no— frunció el ceño ella—. Él tiene más pruritos con respecto al asunto que usted.

—¿Entonces?

—Bueno, él me transportó junto con él hasta aquí desde casa. Así fue como descubrí cómo lo hacía.

—¿Aprendiste a hacerlo con esa precisión solo después de una vez en la que él te llevó consigo?

—Ahá— asintió ella con una sonrisa de orgullo.

Alaris se la quedó mirando con asombro. Al otro día, Lyanna comenzó las clases de Visualización y Transporte que dictaba su hermano Llewelyn.

EL SELLO DE PODER - Libro V de la SAGA DE LUGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora