Séptima Parte: OTRA VEZ LIAM - CAPÍTULO 113

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CAPÍTULO 113

—La historia de Elleb es trágica y traumática— comenzó Lug—. Su hermano menor fue linchado brutalmente frente a sus ojos. No solo lo obligaron a mirar, lo forzaron a participar en la ejecución. La muerte de su hermano lo sumió en un estado de terror que luego se convirtió en un profundo odio hacia los aldeanos, hacia su familia que no pudo defender al niño y también hacia la escuela de Alaris.

—¿Por qué hacia la escuela?— preguntó Liam.

—Unos meses después de la tragedia, la habilidad de Elleb despertó. Sabiendo que le esperaba un destino de tortura y muerte como a su hermano, huyó de su casa y vagó sin rumbo por un tiempo hasta que fue capturado por unos pobladores y entregado a nuestras patrullas. Lo trajimos aquí y le dimos refugio, pero el odio ya había corrompido su alma. Además de culpar a los aldeanos por la muerte de su hermano, también culpó a la escuela por no haberlo rescatado a tiempo. Pero Elleb guardó muy bien sus emociones, y mientras estudiaba aquí en la escuela, se dedicó secretamente a planear su venganza contra el mundo.

—¿Cuál es exactamente su habilidad?

—Elleb puede proyectar sus emociones a otros. Lamentablemente, la mayoría de las emociones que siente todo el tiempo son destructivas. En el caso de Lyanna, vio la oportunidad de manchar a la escuela y de destruirla. Proyectó sus sentimientos de odio y violencia a sus compañeros, que se vieron involucrados en el asunto de la agresión a mi hija sin saber que habían sido manipulados.

—Pero no manipuló a Gus— comentó Liam.

—No fue necesario. Augusto se mostró mucho más vehemente en su pretendida crueldad que el propio Elleb, así que Elleb no lo tocó. Supongo que creyó que se había topado con un psicópata peor que él mismo.

—No entiendo— dijo Liam—. Si Julián descubrió que Elleb había sido el artífice de todo, ¿por qué no fue encerrado o expulsado de la escuela?

—Expulsarlo hubiese sido un error. No era conveniente tener a alguien como él suelto por ahí con ese rencor, modificando las emociones de otros para sus propósitos de venganza. Necesitábamos mantenerlo contenido.

—¿Haciéndolo trabajar en los huertos?— cuestionó Liam con tono irónico.

—La idea era regenerarlo— explicó Lug—. Encerrarlo en una celda de por vida no hubiese solucionado nada. Creímos que dándole la oportunidad de vivir en un ambiente más positivo y en contacto con la naturaleza, tal vez sus sentimientos de rabia se suavizarían, se diluirían. Julián lo mantenía monitoreado y la estrategia pareció funcionar.

—Pero Elleb solo estaba ganando tiempo, esperando el momento oportuno para volver a las andadas— comprendió Liam.

—Así parece— asintió Lug—. Cuando Gov me mandó a llamar por el asunto de tu estrategia y el problema de Rory, no tenía idea de lo que estaba pasando. Como precaución, di órdenes de que te detuvieran y me fui a rescatar a Rory. Pero cuando llegué a la aldea, me encontré con que todo se había solucionado mágicamente. Rory estaba tan exultante que no podía ver que lo que había pasado no tenía sentido. ¿Una turba furiosa salida de la nada que cambia de parecer en minutos? Había algo que no encajaba. Rory quería convencerme de que el líder había cambiado de parecer al ver a su sobrino sano y salvo, y que eso, más los aldeanos que volvieron para defenderlo explicaban perfectamente el cambio de actitud. Yo no estaba convencido. Además, según tus informes, no se esperaba hostilidad en las aldeas y no había habido ningún incidente de agresión en esa fase del plan. Cuando Rory comentó casualmente que le extrañaba que Elleb no estuviera en la fiesta, me di cuenta de lo que había pasado. Elleb participó de tu plan para poder sabotearlo, y así, obtener su largamente esperada venganza. Pero las cosas iban demasiado bien, así que intervino para crear odio, furia y caos, para desbaratarlo todo...

—Para matar a Rory, y también a mí— musitó Liam.

—Así es— le confirmó Lug—. Él manipuló al grupo agresor que quiso asaltarlos en la aldea. Supongo que no contó con que el resto de la aldea defendería a Rory, y huyó al ver que su grupo iba a ser masacrado y él con ellos. Cuando se retiró de la escena, su influencia se disolvió, y la furia de la turba enardecida se apagó como por arte de magia.

—Julián sabía de él...— meditó Liam—. Por eso se las arregló para que yo no contara con él para mi plan— comprendió.

—Sí. Seguramente te provocó emociones de rechazo para con Julián y Llewelyn, pues ellos te hubiesen advertido sobre el peligro de permitir la participación de Elleb.

—Hay algo que no entiendo— dijo Liam de pronto—. Si sabías de todo esto, si habías comprobado que Rory estaba a salvo, ¿por qué diablos dejaste que me encerraran y me hicieran creer que Rory había muerto o peor? ¿Tienes idea de la angustia por la que pasé allá abajo en la oscuridad de los túneles por tres malditos días, tratando de sacarme de la cabeza la imagen de Rory siendo linchado?— le reprochó a Lug.

—Lo siento, Liam— se disculpó Lug.

—Esto fue para hacerme pagar lo que te hice en el Purgatorio en Praga, ¿no es así?

—No, Liam— negó Lug con la cabeza.

—¿Entonces?

—Tuve dos motivos importantes para mantenerte bajo custodia e ignorando la situación de Rory. Primero, necesitaba que Elleb pensara que se había salido con la suya, que tú habías sido culpado de todo y que nadie sospechaba de su traición. De esa forma, no sabría que lo estábamos buscando. Tú no eras el único que desconocía que Rory estaba bien. Nadie en el Concejo lo sabía.

—¿Y Julián?

—Tampoco Julián. Si Elleb volvía a la escuela, que era el curso de acción más probable si pensaba que nadie estaba tras él, era necesario que pensara que Rory estaba muerto y que tú pagarías por el crimen.

—¿Y el otro motivo?

—No sabía hasta qué punto te había manipulado. Necesitaba comprobar que tu mente no estaba contaminada, que realmente habías actuado de buena fe y que no habías colaborado con Elleb para poner a Rory en peligro. Estuve buscando a Elleb discretamente por tres días. Hoy por la mañana, Luca se comunicó conmigo y me dijo que lo había visto en los pantanos. Volví de inmediato y organicé un grupo de búsqueda para atraparlo, pero se nos escabulló. Entonces, pensé que si tú estabas aliado con él, tal vez sabrías a dónde podría huir. Así que di la orden para que organizaran tu juicio, y le pedí a Ana que dilatara las cosas para darme tiempo a leer tus investigaciones que habían sido incautadas en tu habitación.

—Lug, te juro que nunca quise que Rory se expusiera, nunca...

—Lo sé, Liam, lo sé— le apoyó Lug una mano en el hombro para tranquilizarlo—. Debes saber que mis habilidades incluyen poder percibir cuando la gente miente. Sé perfectamente que todo lo que relataste en la entrevista es verdad. Por eso hice traer a Rory hasta aquí para que vieras que estaba bien.

—¿Y Elleb?

—Luca y su gente lo encontraron y lo tienen contenido en el bosque.

Liam asintió, recordando la interrupción de Luca durante su juicio.

—¿Qué van a hacer ahora con él?— quiso saber Liam.

—El Concejo lo está discutiendo en este momento— respondió Lug.

—¿Y qué va a pasar conmigo?

—Rory te está esperando junto con Llewelyn en el ala este de los jardines.

—¿Esperándome? ¿Para qué?

—Para llevarte a la aldea e iniciar la siguiente fase de tu plan, por supuesto— dijo Lug—. Tengo entendido que Rory quiere construir hospitales escuela en varias localidades. Gov y Humberto están trabajando en los planos.

Liam lo miró con la boca abierta, sin atinar a decir nada. Cuando por fin reaccionó, dijo:

—¿Quieres decir que tengo la aprobación de ustedes para seguir con la estrategia?

—Absolutamente. Sería muy tonto no apoyarte. Después de todo, lograste lo que la escuela no pudo hacer en diez años: iniciar la reintegración de los estudiantes a sus poblados de origen y a sus familias. Lyanna estará muy orgullosa de ti cuando se entere— sonrió Lug.

Liam abrazó a Lug, riendo. Luego tomó su mochila, empacando ropa y otros artículos personales, y salió casi corriendo, rumbo a los jardines.

—¡Liam!— lo llamó Lug desde la puerta de la habitación. Liam se volvió hacia él por un momento—. Será mejor que invites a Julián o nunca te lo perdonará.

—Lo haré— afirmó Liam—. Gracias, Lug, por todo.

—Buena suerte— le deseó Lug.    

EL SELLO DE PODER - Libro V de la SAGA DE LUGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora