El síndrome de Bartleby y compañía

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En el año 2000, Vila-Matas publico Bartleby y compañía. La llamada novela, considerada ensayo por muchos, nos narra acerca de un escritor que decide escribir un diario, pero deja tirado su esfuerzo a la mitad, sin ninguna explicación aparente. En el siguiente trabajo se verá un poco de su autor, el origen de la palabra Bartleby, y como la obra intenta explicar un aparente síndrome de escritor rendido. Pero antes veamos de donde surge el termino Bartleby y que influencia tuvo en la elaboración de la novela/ensayo de Vila-Matas.

Enrique Vila-Matas nació en Barcelona en 1948. En el 68 se fue a vivir a París, autoexiliado del gobierno de Franco y buscando mayor libertad creativa. El apartamento donde se instaló se lo alquiló la escritora Marguerite Duras. Durante estos años subsistió realizando pequeños trabajos como periodista para la revista "Fotogramas", e incluso colaboró como figurante en una película de James Bond. Vila-Matas publicó su primer libro: "La asesina ilustrada" en 1977, desde entonces no ha dejado de escribir quizás porque, según ha dicho él mismo, "Escribir es corregir la vida, es la única cosa que nos protege de las heridas y los golpes que da la vida."

Con la publicación de su "Historia abreviada de la literatura portátil" comenzó a ser reconocido y admirado en el ámbito internacional, especialmente en los países latinoamericanos y en Portugal. Sus obras son mezcla de ensayo, crónica periodística y novela. Su literatura, fragmentaria e irónica, diluye los límites de la ficción y la realidad. Ha desarrollado una amplia obra narrativa que se inicia en 1973 y que hasta la fecha ha sido traducida a nueve idiomas. Actualmente es uno de los narradores españoles más elogiados por la crítica nacional e internacional, aunque los premios y el reconocimiento en España le han llegado tardíamente.

Bartleby, el escribiente, es un cuento escrito por Herman Mellville, siendo uno de los más conocidos del autor. Fue publicado por primera vez, de forma anónima y en dos partes, en los números de noviembre y diciembre de 1853 de la revista Putnam's Magazine. En 1856, con pequeños cambios, fue incluido en el libro de Melville The Piazza Tales, junto con «The Piazza», «Benito Cereno», «The Lightning Rod Man», «The Encantadas» y «The Bell Tower».

El relato nos narra acerca de Bartleby, un joven que entra a trabajar como copista en la oficina de un abogado (que es el narrador en primera persona) de Nueva York junto con otros dos copistas. Todo transcurre normal, hasta que un día dicho personaje deja de escribir sin explicación aparente, amparándose en una frase: "Preferiría no hacerlo", no explicando el abogado esta extraña actitud, pero a la vez sintiéndose atraído por ella. Los días pasan y el abogado nota que Bartleby no abandona no escribe mas y que nunca la oficina, viviendo en ella, y a pesar que este es despedido, se niega a irse de la oficina.

Incapaz de expulsarlo por la fuerza, el narrador decide trasladar sus oficinas, pero Bartleby permanece en el lugar, y los nuevos inquilinos se quejan de su presencia, intentando el abogado convencerlo de que se vaya, pero no lo consigue, siendo finalmente detenido por vagabundo y encerrado en la cárcel, donde decide morir de hambre, no sin antes que lo visite el abogado. En un breve epílogo, el narrador comenta que el extraño comportamiento de Bartleby puede deberse a su antiguo trabajo en la oficina de cartas muertas (las no reclamadas), en Washington D. C.

El libro de Vilas-Matas inicia con un tono claramente ficticio, y con una triple identificación: con Gregorio Samsa oficinista, con el monstruoso insecto que, en la traducción de Borges de La metamorfosis, "hallábase echado sobre el duro caparazón de su espalda" y con el propio Kafka, autor y víctima de la metamorfosis. Nos dice el narrador, Marcelo: "Nunca tuve suerte con las mujeres, soporto con resignación una penosa joroba, todos mis familiares han muerto, soy un pobre solitario que trabaja en una oficina pavorosa. Por lo demás, soy muy feliz".

El leopardiano personaje, que vive entre el pavor y la felicidad se propone iniciar, el 8 de julio de 1999, un diario "que va a ser al mismo tiempo un cuaderno de notas a pie de página que comentarán un texto invisible y que espero que demuestre mi solvencia como rastreador de bartlebys", la misma que mostró como rastreador de escritores shandy. Los bartlebys, nos dice, "son unos seres en los que habita una profunda negación del mundo."

Este libro habla de los que dejan de escribir (Rulfo, Rimbaud, Salinger...) e indaga en los motivos de cada uno para preferir no hacerlo. La lista de autores que pueblan estas notas es muy variada y, por una u otra razón, muchos nombre pueden resultar sorprendentes. Por ejemplo, Juan Ramón Jiménez que decidió abandonar la escritura tras la muerte de su compañera, Oscar Wilde que tras su salida del penal de Reading y su exilio en Francia prefirió darse al alcohol que a la Literatura y otros muchos que resultarán familiares al lector. Junto a ellos aparecen clásicos del "ocultismo" como Pynchon y Salinger, Rimbaud o Rulfo.

Cabe objetar que Vila-Matas ha obviado a grandes artistas del No. Max Brod es uno de los principales exponentes de la Literatura del No. Pese a que gozó de reconocimiento y prestigio literario en la Praga de comienzos del siglo XX, al convertirse en albacea de la obra de Kafka (y desobedeciendo las claras y precisas instrucciones de éste), pasó a renunciar a su propia obra asumiendo la de su compañero.

Otra ausencia fundamental es la figura del Lector. No hay mayor fanático de la Literatura del No que el lector empedernido, dado que renuncia a su propia visión del mundo, a la recreación y a una interpretación personal de la realidad, en favor de la visión ajena. El libro, organizado al modo de notas a pie de página, carece de comienzo o final propiamente dicho. Sin embargo, como el mismo autor señala, también todo libro debe tener un punto y final, un silencio, las ausencias no son sino una muestra de que la escritura del No triunfa aún entre la letra impresa.

El cuento de Melville ha sido considerado precursor del existencialismo y de la literatura absurda. Tanto así, que Vila-Matas señala en el libro la existencia de características comunes entre los personajes de Kafka y Bartleby, aunque no es probable que el autor de La metamorfosis conociera el relato de Melville. Según el autor, estos escritores toman su nombre del escribiente Bartleby, el oficinista del ya mencionado relato de Melville, haciendo referencia a que estos renunciaron a la escritura por un motivo u otro, o que escribieron algo o ciertas obras, y luego e inesperadamente, abandonaron seguir escribiendo.

Esta historia del gris escribiente, del oficinista obsesionado por su deformidad física, ensimismado y kafkiano, que va aislándose progresivamente del mundo mientras recopila datos acerca de otros escritores que renunciaron como él a la escritura, busca la secreta solidaridad con otros seres, y trata de ensanchar así, pese a todo, el reducido ámbito de su existencia del único modo que le es dado hacerlo: insertando en él vidas ajenas que respalden su decisión, la justifiquen y anulen al cabo su soledad.

Vila-Matas escribió un texto donde lo único que hay en el centro, es el absurdo, y donde el placer no está en el viaje al centro de la fábula, sino en el recorrido por caminos que surgen del sueño, del desvarío, de la extrañeza y que sólo podemos captar como iluminaciones. Lo cual nos permite pasar, sin alterar las normas de la verosimilitud narrativa, de lo inventado a lo real, porque "todavía se puede escribir con alto sentido del riesgo y de la belleza con estilo clásico, y porque decir es inventar.

Pero también copiar sueños, indagar en la excentricidad, hundirse en la confusión total del lenguaje, buscar, a través del fracaso, la independencia y la ruptura, romper con el padre, buscar la fuente de la escritura y la biblioteca imposible, saber embaucar para aplastar "a estos estafadores inferiores a los que tan acostumbrados estamos últimamente, buscar las zonas de sombras, las letras drogadas, el soplo de la destrucción. Frases que no son mías sino que recojo del libro, de estas notas escritas "buscando e inventando, prescindiendo de que existen unas reglas de juego en la literatura.

Bartleby y Compañía es un texto impregnado de literatura y dirigido a lectores impenitentes, capaces de sentir la fruición de la literatura; de una literatura sin fronteras, concebida como un inmenso campo de goce, exento de maleza académica y recorrido por un adicto apasionado, libre y desinhibido, cuya escala de valores no obedece forzosamente a cánones ajenos, lo que le permite ironizar sobre Wittgenstein con la misma desenvoltura con que puede elogiar a Joseph Joubert. Pero, más allá del hilván bien trazado de datos oportunos y curiosos que hacen de la obra un embrión de monografía sobre la "escritura del No", Bartleby y Compañía constituye la materialización metafórica en forma narrativa de algo que acaba imponiéndose con fuerza al lector.

En conclusión, Bartleby y compañía es una novela del tipo ensayo, donde Vila-Matas rastrea pues su llamado síndrome de Bartleby, la literatura del No, la pulsión negativa o la atracción por la nada que hace que ciertos creadores, aun teniendo una conciencia literaria muy fuerte y exigente, no lleguen a escribir nunca; o bien escriban uno o dos libros y luego renuncien a la escritura, por diversos motivos.

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