>Capítulo 50

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El Sol empezaba a iluminar aquella matanza cuando parecía que ya había unos ganadores. Charly estaba herido, Betty le curaba el brazo con ayuda de Elliot. No es necesario decir que hubo muchas bajas, entre ellas, Eddy. Todo había sido mi culpa, cegada por la idea de llegar adónde quisiera que tuvieran a Tommy, me había separado de cualquier grupo y Eddy me había encontrado. Me ayudó por no dejarme ir sola, y como siempre, alguien a quien parecía importarle, había muerto. Nunca se me olvidaría su cara al ser consciente de que algo le había alcanzado en el vientre: una flecha. Cayó desplomado primero sobre sus rodillas, me dijo unas palabras que se me quedaron grabadas, y se desplomó. Hacía tiempo que no lloraba por alguien mientras cogía su cuerpo aún con vida. Hacía tiempo que no veía cómo la vida se escaba de unos ojos a los que todavía les quedaba mucho por vivir.

Y a pesar de todos los sacrificios, al llegar a las celdas, ahí no había nadie. Ni rastro de Tommy. Eddy se había ido por una idea precipitada de una chica que creía haber madurado. Joel había intentado consolarme con un silencioso abrazo, pero no podía callar los gritos de mi mente a pesar de poder amortiguar mis llantos. ¿Y si todos los que me rodeaban morían por mi culpa? ¿Y si esa era la verdadera razón de que fuera tan fácil quedarme sola, y no el hecho de que fuera inmune? Había perdido al único que era como yo, al que podría acompañarme como un amigo comprensivo, como el único al que le creería el "te entiendo, sé por lo que estás pasando". Tal vez la mejor solución era ir por libre.

-Te lo volveré a preguntar- era uno de los hombres de Charly, uno que me resultaba familiar-: ¿dónde está Tommy?

-La respuesta es la misma: no lo sé- evité volver a mirar aquel hombre-. ¿Nos conocemos, chica?

-No te dirijas a ella- se metió Joel, posicionándose frente a mí, apartándo su brazo protector que segundos antes me aguantaban como si me pudiera desmoronar en cualquier momento. Gregor se olvidó de mí tan rápido como había reparado en mi presencia observadora.

En ese momento se escuchó el nombre de Joel en la voz de aquél al que tanto buscábamos, casi como una ensoñación Tommy había salido de uno de los edificios, con la única arma que lanzó al suelo al acercarse a nosotros, un hacha. Ni el disparo que debió ir dirigido a Gregor frenó nuestra alegría al verlo. ¡Tommy estaba vivo! Estaba frente a nuestros ojos, dirigiéndose a nosotros en grandes zancadas. Sólo se disipó nuestra alegría al ver que a Tommy le faltaba un ojo.

The Last of Us   {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora