C A P Í T U L O . 17

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Noah:

2:11 am

Sentía una especie de desesperación al no saber cómo estaba Dylan. Aproximadamente hace 3 horas antes, Dylan había tenido una recaída, se había desmayado quedando inconsciente por lo que sus padres lo llevaron al hospital. Es duro ver a un amigo pasándolo tan mal. Y más sí no puedes hacer nada aparte de 《estar ahí》. Quieres hacer que deje de sufrir, pero no puedes. Así que no te queda de otra que quedarte ahí con él, acompañandolo en su peor momento.

En estos momentos desearía estar en casa durmiendo, pero no, la vida quiere hacerme sufrir de esta manera, quiere arrebatarme todo lo que tengo, dejándome a mí completamente sólo.

-Familiares de Dylan Cooper- dijo un médico que se acercaba a la sala de espera donde todos nos encontrábamos desesperados por escuchar alguna noticia sobre el chico.

-Nosotros- dijo la señora Cooper mientras se ponía de pie y caminaba hasta llegar unos centímetros cerca del doctor.

-Ya pueden ver a Dylan, él está mejor. Le colocamos tranquilizantes y medicamentos- dijo él mientras revisaba unos expedientes que tenía en sus manos.

-Noah, ve tú primero, estoy seguro que Dylan te quiere ver- dijo el señor Cooper mientras ponía su mano sobre mí hombro. Asentí y caminé hacía la habitación donde se encontraba Dylan.
Al llegar, abrí lentamente la puerta encontrandome con un chico pálido pero sonriente.

-Hola hermano, sabes, la comida del hospital no sabe nada bien- dijo haciendo una mueca. Estaba casi muriendo y él aún pensaba en comer.

- Eso dicen- dije riendo - ¿Cómo estás?- pregunté mirándolo detenidamente.

- Bien, sólo me siento cansado- dijo mientras tocaba sus brazos que poseían diferentes cables

-Lo sé- asentí - Pronto saldrás de aquí, tenemos que seguir haciendo tus locuras antes de morir- dije con una pequeña sonrisa

-Noah, el doctor dice que quedan pocos días- susurró -No creo que salga de este lugar- su mirada no transmitía ningún sentimiento, fue imposible no sentir lastima por él

- Es mejor que permanezcas aquí, los doctores te ayudarán- dije. No voy a negar que sentía un nudo en mi garganta y una gran presión en el pecho

- Sabes Noah, fuiste un gran amigo, tuve suerte de conocer un chico tan loco como tú- sonrió y por alguna rara razón sentía que se estaba despidiendo.

- Dylan descansa, creo que las medicinas y todo esto te está afectando- dije tocando suavemente su cabeza, él pareció hacerme caso porque pronto cayó en un profundo sueño -Tú también fuiste un gran amigo- susurre antes de marcharme de la habitación.

Salí del hospital con una mala sensación o presentimiento. Coloque el gorro de mi sudadera y caminé hacía casa. La lluvia empezaba a caer pero seguí caminando a pasó lento hasta que un gran golpe llegó a mí estómago.

-Noah, que gusto verte- dijo Jake -No sabes cuanto deseaba divertirme contigo- susurró en mi oído para después dejar un golpe en mi rostro -Quisiera acabar contigo pero quiero hacerte sufrir cada día que se me presenté la oportunidad- dejó otro golpe en mi estómago - Me gusta hacerte sufrir- dijo mientras tocaba con su dedo la poca sangre que salía de mi nariz -No te dejaré en paz tan fácil- dijo cerca de mi oído para luego marcharse.
Me sentía pésimo, me sentía miserable, me levanté con dificultad y seguí caminando hacía casa. Al llegar, pude ver a papá esperando en la sala, al verme en estas condiciones corrió hacia mí, preguntando sobre qué había pasado pero yo no podía responder, las palabras no salían de mi boca.

Pronto todo se puso negro, sentí como mi cuerpo caía mientras chocado contra el suelo, y desde ese momento no logró recordar nada, mi mente quedó en blanco viendo esa famosa luz que todos suelen ver cuando mueren.

N O A H © | Terminada ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora