C A P Í T U L O . 25

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Noah:

Sofía me miraba de manera penetrante y fue una de esas miradas capaces de intimidar y poner la piel de gallina. Trague fuertemente intentando calmar todo lo que sentía por dentro.

Era la hora de la cena y ella se encontraba justo al frente de mí, ¡Vaya suerte, Noah!, lo cierto era que no había probado ni un solo bocado de comida y ella lo había notado.

— Está muy bueno, ¿por qué no comes?—preguntó mientras bebía de su refresco, y yo me tense por completo.

—N-no tengo h-hambre.— mierda, ¿acaso estaba tartamudeando? ¿Qué demonios me pasaba?

-Pruébalo, de verdad está sabroso.— dijo con una sonrisa. Probé el pure de papa y era cierto, estaba sabroso. —Te lo dije.— dijo riendo. Ella tenía algo que la hacía diferente, pero no lograba saber que era. Sus ojos transmitían tranquilidad e incluso felicidad, algo difícil de ver en otras personas y sobre todo su sonrisa, ¡joder!, su sonrisa era la cosa más divina que había visto.

Al terminar la cena, Sofía se puso de pie y me señaló con su mano para que la siguiera, yo hice caso a su pedido y caminamos fuera de casa.

— Por las noches este lugar se vuelve mágico.—dice mientras se sienta sobre el césped. Hago lo mismo que ella y por un momento me quedo mirando el cielo el cual está repleto de estrellas.

—Lo empiezo a notar...— digo embobado contemplando las pequeñas luces que decoran el cielo. 

—Sé que a penas te conozco pero... ¿Por qué tienes tantos moretones en el rostro?—preguntó ella algo dudosa.

—Es difícil de explicar.— susurre —Fue una pandilla.

—Claro, la única pandilla que aún existe...- dice riendo, pero se notaba que es falsa —Estoy segura que fue el famoso Jake, ¿cierto?— su mirada me estaba matando. ¿Cómo conoce a Jake?

—Sí, como sabes de...—me interrumpió

—Es mi hermano, él solía golpearme y dejaba moretones iguales a los que tienes.— sus ojos veían un punto fijo en el suelo. —Nuestros padres nos abandonaron en un orfanato y Jake se volvió un chico diferente, ambos escapamos, pero cada uno por sus respectivos rumbos. Por suerte tu abuela, Marta, me ayudo y aquí estoy desde hace un año y medio.

Wow, wow y wow, ¿qué acabo de escuchar?
Asiento lentamente y me quedo analizando lo que acabo de oír, había quedado en shock.

¿Cómo un ángel podía ser hermana de un miserable monstruo?

N O A H © | Terminada ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora