C A P Í T U L O . 5

1.9K 121 5
                                    


NOAH

Mis párpados se sienten como si fuesen grandes rocas. A como puedo, abro mis ojos y sonrío al ver a Charlotte junto a mí e inconscientemente toco su mejilla con mi pulgar y un agradable sensación llega a mi tacto al sentir su suave piel. Empiezo a tocar sus labios despacio, son tan rojos como una manzana que apetecen darles una pequeña mordida.

Mi mano se aparta de su rostro rápidamente al notar como abre sus ojos y hace contacto con los míos, haciéndome sentir una especie de corriente eléctrica por todo mi cuerpo.

- ¡Buenos días!- dice con una pequeña sonrisa.

-Buenos días.- respondo mientras trato de ponerme de pie, pero un fuerte dolor en mi espalda me impide levantarme.

-Creo que dormimos en una mala posición.- dice Charlotte mientras hace una mueca de dolor al tratar de moverse, ella tenía razón, dormir en el suelo no era muy buena idea.

(...)

-Oye... ¿cuál era la razón por la que venías a buscarme ayer?- pregunto curioso.

-Ohh, cierto! mi hermano quería regalar su ropa. Jamás la ha usado y pensé que quizás a ti te gustaría usar esas prendas- rasca su cuello nerviosa. Sonreí, Charlotte es una chica tan dulce y aunque no la conozca desde hace mucho, sentía una rara sensación de que ella podría ayudarme, aunque sea un poco.

Nuestras miradas chocaron, ambos nos mirábamos con intensidad, poco a poco fuimos cortando la distancia entre nosotros y nuestros labios se rozaron pero ese maravilloso momento no duro mucho, su móvil empezó a sonar.

-Mierda- susurró, toma el móvil y pronto se pone de pie, yo repetí su acción, pero con dificultad. Charlotte camina hacia el piso de abajo, supongo que para tener más privacidad para hablar, mientras tanto yo me daría una ducha.

(...)

- Por favor Noah, él te quiere conocer- decía Charlotte por quinta vez

- Bien bien, iré- dije desesperado a lo cuál ella sonrió. Luego de la llamada que recibió Charlotte, ella había estado "rogando" por que fuéramos a conocer a su mejor amigo ¿Por qué?, ni idea, a lo que yo sé, su amigo me quería conocer sin razón alguna.

Salimos de casa y como costumbre, miré a ambos lados para ver si no había rastros de Jake y su pandilla, cuando confirme que no se encontraba cerca, empezamos a caminar. Charlotte poseía una sonrisa enorme en su rostro, estaba tan feliz porque yo conociera a su mejor amigo y claro está que no sabía la razón de ello.

Llegamos a una casa enorme, tenía un jardín precioso por lo que parecía que sus dueños lo cuidaban bastante. Charlotte tocó la puerta y luego de unos minutos una amable señora de al rededor de 40 años, abrió la puerta.

- Hola Lottie, cómo estas?- dijo la señora con una sonrisa.

-Muy bien señora Cooper, se encuentra Dylan? - preguntó Charlotte

- Claro, está en su habitación- dijo ella mientras hacia espacio para que pasaramos a su casa. Yo sólo sonreí tímido, caminamos por el pasillo donde Charlotte abrió una puerta sin antes tocar.

- Llegamos- dijo la chica mientras corría en dirección al tal Dylan

- Hola- dijo este mientras abrazaba a Charlotte

- Dylan él es Noah, Noah él es Dylan- dijo ella sonríendo

-Hola- dijimos ambos a lo cuál reímos. El chico parecía ser agradable. Cabello castaño, ojos color verdes los cuales cubría con unos lentes, piel blanca como la leche y de mí misma estatura.

(...)

Charlotte se había tenido que ir minutos antes, dejándome a mí sólo junto a Dylan, pero con el poco tiempo que llevábamos hablando la pasábamos entre risas contando cosas típicas de adolescentes.

-Creo que ya es tarde- dije mientras miraba por la ventana como el sol empezaba a esconderse, si fuese por mí me quedaría más tiempo pero saber que Jake y la pandilla rondan por estos lugares, me preocupa.

- Claro- dijo Dylan mientras se colocaba una chaqueta -Te acompaño, ya es muy tarde para andar por la calles solo- dijo con vos grabe

Me negaría pero en estos momentos ir sólo por las calles no es muy seguro.

Al salir de casa, pude sentir la fría brisa, pronto caerá la nieve y cubrirá todo, estas épocas del año son agradables incluso cuando no tengo a nadie con quién compartirlas.

- Llegamos- dije al sacar las llaves de mi bolsillo -Pasa- señalé con mi mano para que entrara.

Dylan sonrió y entró.

Pasamos varios minutos hablando hasta que unas voces provenientes del jardín hizo que nos quedaramos en silencio, apagué la luz para que no notarán que estábamos ahí, y al ver unas figuras muy familiares empecé a temblar.

La pandilla...

N O A H © | Terminada ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora