C A P Í T U L O . 16

936 55 3
                                    

Noah:

No puedo simplemente despertar un día sin temor a nada. Simplemente no puedo fingir que todo está bien cuando no es así.
En estos momentos me sentía como un niño indefenso, un niño con temor a todo lo que lo rodea, un niño que en cualquier momento su vida puede llegar al fin en un abrir y cerrar de ojos.

El día de hoy me quedaría en casa, quizás fumando un par de cigarrillos o jugando ajedrez con mi padre, claro está que no sería un día entretenido pero no podía salir a las calles sabiendo que en un abrir y cerrar de ojos podría toparme con Jake y su pandilla.

Con el cigarro entre mis dedos miraba por la ventana una chica que andaba en bicicleta sobre la cera, su cabello era castaño y largo, era precioso. La chica cayó torpemente contra el pavimento, sin pensármelo mucho corrí hacía ella. Abrí la puerta de casa y caminé hasta llegar a su lado. La miré algo desconcertado ya que reía como si no hubiese un mañana y sus rodillas estaban algo rotas.

-Me diste un susto terrible.- dije mientras tomaba su mano y le ayuda a colocarse de pie.

-Sólo fue una caída.- dijo riendo, su risa era tan contagiosa que incluso yo reí. Aunque seguía con el corazón latiendo fuerte por el susto.

-Bueno, chica de la bicicleta, me alegra que no te haya pasado nada.- sonreí -Anda con cuidado, no te vayas a matar- dije como si fuese su padre.

-Claro y perdón por preocuparte- tomó de nuevo su bicicleta, para enseguida desaparecer entre las calles.

Me quedé varios minutos ahí parado como un bobo hasta que la figura de Jake apareció al frente de mis ojos. Me sorprende como tiene la habilidad de aparecer tan rápido y romperme la cara cuando le plazca la gana.

-Pero miren a quien tenemos aquí.-dijo con esa sonrisa maliciosa -Noah, Noah, Noah, que gusto verte. Me enteré que Charlotte te puso los cuernos con uno de mis chicos. ¿Y sabes qué? Me hace demasiado feliz saber que tu vida no puede ser ya más que una gran desgracia. Deberías considerar morir, yo podría contribuir con eso.

-Yo quizás podría contribuir a romperte la boca ya que tu grupito de perras no están aquí para defender o cuidarte.- Estaba a punto de marcharme, pero él me detuvo.

-No deberías hablarme en ese tono, querido guerra. Te recomiendo tener cuidado, pronto jugaré un poco contigo.

(...)

Por un momento empezaba a olvidarme de todo mientras jugaba ajedrez y dominó con mi padre. Tenía que admitir que era bastante malo para los juegos de mesa, pero aquí seguía, jugando entre risas, pero en el fondo repitiendo la voz de Jake en mi cabeza.

Cuando el sueño empezó aparecer decidí ir a descansar, pero antes fume un cigarrillo y cuando este había terminado caí en brazos de Morfeo.

N O A H © | Terminada ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora