C A P Í T U L O . 13

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Noah:

Días después:

Habían dado de alta a Dylan, ahora mismo me dirigía al hospital para ayudarlo con sus cosas.
Al llegar al hospital pude divisar a lo lejos la habitación "116" donde se encontraba Dylan, caminé hacía ella y toque dos veces, está se abrió dejando ver a un Dylan pálido pero sonriente.

- Hermano, muero del hambre- dijo él mientras tocaba su estómago -Iremos directamente a Subway a comernos un delicioso sándwich-.

- Como diga Diva Dylan- dije riendo

Salimos de la habitación y caminamos a una pequeña oficina donde le entregarían a Dylan unas cuantas pastillas y unos papeles sobre su salud y demás.
Al salir del hospital caminamos directamente hacían Subway, como anteriormente lo había pedido mi amigo.

- Y bien, ¿como va todo con Charlotte?-

- Creo que bien, ayer hablamos y arreglamos las cosas- dije sonriendo

- Eso me alegra hermano- dijo Dylan. Al doblar una esquina mis ojos quedaron impactados con la escena que tenía al frente, miré a Dylan quién también se encontraba de la misma manera que yo.
Charlotte estaba besándose con un tipo, pero no era cualquier chico, era un chico que pertenecía a la pandilla, lo reconocía por los tatuajes que tenía en su brazo.

- ¿Qué es esto?- grite furioso. Charlotte dirigió su mirada a mí y pronto su rostro se puso pálido, incluso peor que el rostro de Dylan.

- N-noah yo t-te lo puedo e-explicar- tartamudeo ella

- ¿Qué me vas a explicar? ¿Qué me pusiste los cuernos?- reí falsamente - Hacen linda pareja- dije sarcástico y caminé por su lado.

- Hermano, espera- dijo Dylan detrás de mi - No me esperaba que Charlotte hiciera algo como esto- en su rostro pude notar cierto asombró

- Dylan, por favor, Charlotte lleva distanciada aproximadamente una semana, que se podría esperar?- susurre mientras caminaba con ambas manos en los bolsillos

-¿Y te da igual?.

- Obviamente me duele, pero yo no voy a ponerme a llorar ni a demostrar cosas así, simplemente la vida sigue y ya.- Dylan me miró sorprendido e incluso yo me sorprendí por mis palabras.

(...)

Por un momento creí que no me afectaba en lo absoluto ver a Charlotte con otro tipo, pero en el momento en que Dylan y yo empezamos a beber de una botella de vodka, todo los recuerdos se acumularon en mi memoria, pero no me sentía triste, ni mucho menos feliz, sentía esa presión en el pecho.
Me sentía vacío... otra vez.

N O A H © | Terminada ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora