Amor Clandestino |j.b|

10.

Maraton 1/?

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Mi madre entro a mi habitación con una bandeja en sus manos, donde yace un plato en ella. Me mira con su encantadora sonrisa, y yo intento devolvérsela, pero se que no ha resultado como quiero y esperaba. Solo ha salido una mueca.

-¿Cómo te sientes, hija?-pregunto colocando la bandeja sobre mis piernas con cuidado, e instalándose en una orilla de mi cama.

-Un poco mejor-murmure con voz débil.

-Me alegro escuchar eso. He traído un plato de sopa de pollo para que te sientas mucho mejor. ¿Necesitas algo mas, cariño?-acaricio mi mano con una de las suyas.

-No, mamá. Esto ya es perfecto, muchas gracias.

-No tienes porque darme las gracias, hija-sonrió sin dejar de acariciar mi mano-soy tu madre y tu eres lo mas importante de mi vida. Y si te encuentras enferma procurare que estés completamente sana. Aunque ya tengas mayoría de edad hace mucho tiempo, para mi siempre serás mi pequeña hija.

-Esta bien-reí suave.

-Mas tarde vendré. Por el momento bebe tu sopa y descansa, si necesitas algo no dudes en llamarme por favor.

Le asentí sin quitarle la mirada.

Ella se acerco a mi y beso mi frente un segundo, al poco tiempo se marchó de mi habitación dejándome a solas.

Coloque mi mirada en la televisión que mi madre ha trasladado para que vea televisión y no me aburra. He decidido ver una maratón de películas animadas que pasaran, y en estos momentos esta Toy Story en curso. Algo que destaca en mi es que amo las películas de dibujos animados.

Tome una cuchara y saque un poco de sopa en ella para beberla, cerré mis ojos al sentir el delicioso sabor tocar mi paladar. Unas de las tantas características que tiene mi madre, es que sus manos para cocinar están echas por unos ángeles. Seria una perfecta chef para un restaurante.

Mi mente viajo hacia otro lado y me hizo pensar al instante, en Justin, el chico que ha estado presente en mis pensamientos desde la ultima vez que lo vi. Cuatro días aproximadamente, y ya que me encuentro en reposo por la enfermedad que tengo, no puedo trabajar y no se si ha aparecido por allá. Tampoco me gustaría saberlo, siento que no corresponde estar pensando en aquel hombre de ojos mieles que esta comprometido.

Las chicas han venido a visitarme, pero no lo han nombrado ni yo tampoco les he preguntado, solo dije que la cita había salido bien, sin ningún tipo de extravagancia mas. No quiero decirles a mis amigas la verdad, y no porque no confié en ellas, sino que para mi fue un gran balde de agua fría saber la verdad acerca de su vida amorosa. Realmente me siento una estúpida por haberme ilusionado una milésima de segundo en que podía ser la chica que ocupara sus pensamientos.

Nick no ha venido a visitarme debido a que se encuentra fuera de la ciudad; su abuelo paterno se encuentra muy enfermo del corazón. Y me apena muchísimo, se lo importante que es el para mi mejor amigo. Es por eso que Nathan, como un buen amigo, ha estado completamente alerta a todo lo que este sucediendo con su familia y el en Chicago.

He hablado por llamada con el y dice que esta bien, pero lo conozco tan bien que se que me esta mintiendo para que no me preocupe. Pero el que me mienta es peor, porque aun así quedo preocupada de como esta. No le he mencionado lo que se, y tampoco debo hacerlo porque les prometí a las chicas que no lo haría y porque no es el momento de decírselo.

Espero que cuando regrese a Atlanta conversemos lo sucedido y podamos aclarar todo lo que se acerca de sus sentimientos. Como nombre antes, no quiero perder la bella amistad que tengo con Nick por nada importante, el es muy importante para mi.