Amor Clandestino |j.b|

30.

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Samantha choco su frente con la palma de su mano al oír la historia de mi termino con Justin.

-Amiga, ¿eres tonta o que?-pregunto-¡no puedo creer lo que hiciste!

-Lo hice por el bien de ambos-dije trazando figuras imaginarias con mi dedo sobre el mesón-se que algún día va agradecerme lo que hice por nosotros. Tal vez en un futuro podamos volver a estar juntos, sin problemas de Stella ni nadie.

-Tal vez en ese futuro el ya haya conocido a alguien que lo quiera. Es un hombre guapo y además, es médico. Las mujeres van a comenzar a llover sobre el cuándo sepan que esta totalmente soltero.

-No me digas esas cosas. Ya bastante me sobra con mi madre y abuela recordándome a diario.

-Lo hago para que aterrices tu cabecita y pienses la estupidez que hiciste-bufe ante sus palabras-por favor hazlo amiga. Te va a doler mucho cuando sonría, y no sea por ti.

Paso por mi lado hacia una de las mesas que debe atender, dejándome sola y con mis pensamientos a flor de piel. ¿Por qué todo el mundo se encarga de decirme que fui una estúpida al terminar con Justin? ¿acaso enserio fue un error lo que hice? ¿tan mal actué?

Me duele tanto el corazón en pensar con que Justin este sufriendo como yo lo estoy haciendo o quizás me esté odiando con todas sus fuerzas por lo que le hice. Me duele que no haya entendido que lo hice para que lo nuestro funcione de verdad, sin problemas ni personas entrometidas.

Quiero tanto a ese hombre de ojos mieles que me encantaría tenerlo conmigo en este momento, pero lamentablemente cuando uno desea y anhela, la vida se encarga de hacer todo lo contrario y que sufras hasta el mas mínimo detalle.

-¿Cómo andas, pequeño saltamontes?-dijo Nathan apareciendo a mi lado, mirándome con total felicidad en su rostro. Como me encantaría estar de esa forma.

-Bien-mentí.

Quizás Nathan es mi amigo, pero por el momento no quiero que nadie mas sepa mi quiebre con Justin y me juzgue por lo que hice. Aunque pensándolo muy bien, el es hombre y podría saber lo que piensa colocándose en la posición de Justin.

-La verdad es que no estoy bien-volví a decir, interrumpiendo lo que estaba diciéndome-Nathan necesito tu ayuda. Tu eres hombre y puedes hacerlo.

-Claro-se encogió de hombros-¿en que puedo ayudarte?

-Termine con Justin-murmure, rogando por dentro que las lagrimas no salgan. Lo que menos quisiera es que los clientes o mis compañeros de trabajo me vean llorar.

-¿Enserio? ¿por qué?-ahora su tono de felicidad cambio a uno sorpresivo-lo de ustedes se veía tan bien y duradero.

-Si, pero ocurrieron muchas cosas que son largas de contar, pero que me dieron aliento para terminar con el. Te juro que lo hice por el bien de ambos, porque lamentablemente sufriríamos y no soportaría el hecho de ver a Justin sufrir por mi culpa.

-Esta bien, te entiendo. Pero, ¿en que quieres que te ayude? ¿necesitas un consejo o algo así?

-Así es. La verdad es que todos se encargan de decirme que hice mal en terminar con el y no luchar por lo nuestro. Y nadie entiende que lo hice por nuestro bien.

-¿Y porque te tiene que importar lo que piense el resto?, si tu sientes que es lo correcto quédate con eso. Las personas que te rodean deben entender tu decisión.

-¿Y si enserio me equivoque y estoy provocando que Justin sufra o me este odiando?, porque siento que el pueda estar odiándome mas que sufriendo. Y no podría soportar que lo hiciera.