~ Capítulo XIV : "El Polo Norte." ~

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* * *

Abriste tus ojos, aun seguías dentro de la bolsa. Estaba oscuro, y no escuchabas ningún ruido. Después de cerciorarte de que estabas sola, decidiste salir.

—Ok... —bajaste del trineo y te arreglaste tu ropa—. Veamos... —abriste la mochila y sacaste la linterna alumbrando a tu alrededor—. Hmmm... tal vez, y este soñando otra vez... —te dijiste, luego te pellizcaste—. ¡Ay!... No es un sueño... —suspiraste, luego miraste que entraba una línea de luz, por lo que parecía una puerta cerrada en la oscuridad, así que alumbraste hacia ahí, y si, era una puerta—. No puedo creer aun... que yo; ______, una chica común y corriente, ¡haya visto a los guardianes! Quiero decir... si le cuento esto a mi familia me juzgaran demente... —abriste la puerta y te asomaste a lo que era el pasillo—. Hmm, creo que no hay nadie... —apagaste la linterna y saliste—. Bueno, será mejor que, este donde este, empiece a buscar a Jack y después una salida...

Era un pasillo largo y estrecho, hecho de madera, por el cual te encontrabas caminando, iluminado por unas lámparas de aceite. En eso escuchaste el ruido de un cascabel detrás de ti, volteaste, ¡Y no pudiste creer lo que veías! Detrás de ti, mirándote con cara de asustado y su boca abierta, te miraba un duendecito; estaba vestido con un tipo "conito" de color rojo que terminaba arriba con un cascabel, llevaba un pequeño cinturón café, no llevaba zapatos, y sus pies y brazos estaban cubiertos por una ropita azulita. Te hincaste e intentaste hablarle:

—Emm... ¡Hola! —lo saludaste y al hacerlo el se asustó un poco—. ¡N-no te asustes! —le dijiste enseguida—. No pienso hacerte daño... Me llamo ______, tú debes ser... —te pusiste a pensar—. Hmmm... ¿Dingel? ¿No? Jaja, o algo así... —dijiste algo divertida. Al momento en el que dijiste ese nombre el sonrió y comenzó a saltar—. ¡Ah! ¡Así que tu nombre es Dingel! Jaja ¡Un placer conocerte! —le extendiste tu mano y él te la estrecho con las suyas. Luego te levantaste—. Oye Dingel, ¿me podrías ayudar? Estoy buscando a alguien y también una salida...

Él te asintió con la cabeza, se acercó hacia ti, y comenzó a jalarte de tus jeans para que lo siguieras mientras comenzaba a caminar en la dirección en la que ibas en un principio.


***



Después de caminar por varios minutos por ese pasillo, tú y Dingel llegaron frente a una puerta de madera. Él la abrió dejando ver una habitación enorme, y cuando viste el lugar que estaba detrás de ella, lo reconociste al instante: era el taller de Norte en donde te encontrabas ahora; grande, todo de madera, con grandes ventanas, escaleras que llevaban a quien sabe dónde, el piso de mármol blanco, y en medio del lugar podías ver el enorme globo terráqueo, tal y como salía en la película, pero este, tenía pocas partes de la tierra iluminadas. Pasaste por la puerta mirando todo tu alrededor asombrada, luego bajaste tu mirada y pudiste notar una enorme mesa que estaba frente al globo; con palancas, botones y con letras que no lograbas reconocer.

—No me lo creo.... —murmuraste mientras delicadamente pasabas una de tus manos por todo eso—. Enserio que no me lo creo... —te diste la vuelta y detrás de ti estaba una enorme fogata, encima de ella estaba el tapiz donde mostraba a Norte haciendo un trato con los yetis, igual que como en la película. Debajo de el y sobre la repisa de la fogata estaba como un estuche en donde se suponía, iban dos enormes espadas, pero estas no se encontraban ahí. Bajaste tu mirada al suelo, frente a la chimenea estaba un enorme tapete, pero más arriba de tus pies, en el suelo, estaba un circulo grande de madera, dentro de el estaba un rombo, en medio de el había una 'G' y cada uno de sus picos se dividía en un triángulo que tenía la figura de todos los guardianes; El Conejo de Pascua, Norte, El Hada de los Dientes, y Sadman.

"Un Amor Inigualable" (Jack Frost y Tú) [[#Wattys2020]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora