"Un Amor Inigualable" (Jack Frost y Tú) [[#Wattys2020]]

~ Capítulo XXVIII: "De nuevo los primeros meses... ¡¿Y años?!" ~

—Bien. Pues aquí estas de nuevo... —dijiste mientras cerrabas la puerta tras de ti y salías de nuevo a los pasillos de la fábrica de Norte—. Extrañabas este lugar ¿no es así? —le preguntaste al pequeño Jack mientras este miraba todo el lugar con una carita como si lo hubiera visto por primera vez—. Podríamos decir que esta es tu "casa". —comenzaste a caminar en busca de Norte—. Jaja, ya quiero ver la cara que pondrá tu "tío" Conejo cuando te vea. —reíste un poco y Jack te miro curioso—. Supongo que esta vez no te va a poder soportar.. Oh bueno, quien sabe, capaz y sea lo contrario, —llevaste tu mirada a él y le sonreíste tiernamente—. ¿Estuviste bien todo este tiempo? Jeje, realmente te extrañamos, aunque fue solo un poco de tiempo, lo hicimos realmente y mucho. —Jack llevo la vista al suelo y comenzó retorcerse entre tus brazos—. ¿Qué? ¿Quieres bajarte? Oh, bueno, ya voy... —respondiste, lo tomaste por debajo de sus bracitos, te inclinaste un poco y lo pusiste en el suelo—. Supongo que si no sabe caminar sabrá gatear o sino al revés.. —murmuraste mientras lo dejabas sentado y volvías a enderezarte buscando con la mirada a Norte—. ¿Dónde estará?... Hmm, tal vez debería de preguntarle de nuevo a alguien en donde esta... pero con este tipo de gentecitas aquí que o están muy concentradas o son tan tontos y no saben nada dudo poder hacerlo.. —dijiste algo burlona y molesta. Llevaste tu mirada al suelo para ver a Jack pero este ya no estaba—. ¿Eh?... —comenzaste a asustarte—. Jack, ¿Dónde esta? ¡Estaba aquí! —comenzaste a alterarte y miraste alrededor buscándolo con tu mirada—. Jack. ¡Jack! ¿Dónde estás? ¡Jack! Esto no es gracioso, ven aquí antes de que me empiece a enojar más. —lo llamaste—. Pero como es posible.... ¿A dónde se fue? ¡Es un bebé apenas! ¿Qué onda con este niño?!.... —caminaste nerviosa hacia la escalera de caracol hecha de madera por la que habías visto a Norte subir una vez a la planta alta. No sabias a donde llevaba, pero si él la había subido entonces tal vez lo encontrarías arriba.

Ya en la planta alta estuviste en un largo pasillo que, además de tener varias puertas, rodeaba todo el enorme globo terráqueo que estaba en medio, Caminaste a la primera y la que te quedaba cerca. Tenías la esperanza de que Norte estuviera en ella ya que necesitabas encontrar al pequeño Jack antes. Fuiste a ella, pero antes tocaste y preguntaste si podías pasar. Nadie contesto, así que abriste la puerta y te asomaste adentro al principio: había un pequeño taller dentro de la habitación; en una mesa de madera había enormes cubos de hielo transparente, y frente a esta mesa había una enorme ventana rectangular con vista a las montañas del Polo.

Al ver que sí, no había nadie, decidiste entrar de curiosa dejando la puerta abierta; al lado de la mesa y un poco alejada, estaba una chimenea y un sillón grande. Detrás de este y en las paredes había unos libreros con algunos juguetes que parecían de cristal, detrás de la puerta había un árbol de navidad. A la izquierda había una mesa más pequeña que tenía varias herramientas; como cierras, martillos y picos.

—Vaya... parece que eh encontrado otra cosa interesante... —dijiste mientras te acercabas al librero y mirabas lo juguetes de cristal—. Hmmm... interesante... y muy bonito...

—Oh, veo que has encontrado mi taller ______. —dijo una voz tras tu espalda mientras entraba a la habitación. Te diste la vuelta y viste a Norte que traía su enorme saco rojo, sus botas para la nieve y su gorro y traía en sus brazos un enorme cubo de hielo con un pico colgando de uno de sus brazos.

—Eso creo... —sonreíste un poco algo avergonzada—. ¿A dónde fue?

—Oh, salí por más hielo... —dejo caer lo nombrado al suelo—. Haaahhh... —respiro cansado—. Lo necesito para seguir haciendo esos juguetes... —dejo el pico en el suelo y estiro sus brazos haciendo que tronaran un poco y sonrió.

—Oh, ¿los juguetes son hechos de hielo?... ¡Vaya! No lo había pensado.

—Bueno, no exactamente... Los juguetes que entrego para los niños son hechos de madera, metal, tecnología, luz... Pero estos son míos, es como mi pasatiempo hacer juguetes de hielo. ¡Ya que los yetis hacen todo el trabajooo-! —dijo divertido mientras iba a otro librero que estaba del otro lado de la mesa cerca de la ventana.