~ Capítulo XXIII: "Los Guardianes de la Niñez." ~

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Seguiste corriendo por el camino al cual habías llegado en busca de Conejo. Saltaste rocas, esquivaste picos que salían del techo de lo que parecía ser un túnel hasta que llegaste a un espacio del mismo túnel que estaba más amplio, el cual ahora parecía una cueva, pero cuando llegaste a el, no podías creer lo que encontraste; ahí estaba Conejo, arrodillado en el suelo, como si estuviera enfrente de algo, tenía su cabeza gacha y sus orejas hacia atrás.

Comenzaste a caminar lenta y cautelosamente y cuando estuviste a una distancia cerca viste frente a que estaba arrodillado; era el cuerpo de Jack lo que estaba ahí. Al verlo, no pudiste evitar que tus ojos se llenara de lágrimas al instante, ibas a llorar de nuevo, pero en eso recordaste cuando momentos atrás lo habías visto con tus propios ojos; lo habías visto bien, con una sonrisa, alegre, feliz, Jack hubiera querido que lo recordaras como lo habías visto antes, no como lo veías ahora, así que de tan solo recordarlo una sonrisa melancólica se formó en tu cara y secaste tus ojos.

—... ¿Cone..jo..? —lo llamaste suavemente. Él tardo un poco en contestar y seco sus ojos con su pata.

—Veo... que pudiste escapar de Pitch, ¿eh? —en su voz se notaba algo molesto—. ¿Qué es lo que quieres?

—Yo... necesito que me ayudes a que busquemos a los demás guardianes. Porfavor.

Conejo se levantó pesadamente y siguió sin mirarte.

—¿Por qué tendría que ayudar a una humana como tú? No sabes lo que has hecho.... ¡Dame una razón válida para que lo haga! —te grito girándose hacia ti con su ceño fruncido y sus ojos llorosos.

—Porque Jack me lo pidió. —dijiste y al instante su expresión se suavizo y te miro algo incrédulo.

—¿Jack...? Él...

—Lo vi, Conejo. Él fue quien me salvo de Pitch hace unos momentos atrás.. Vengo de ahí, sé que no me crees, ¡pero lo vi! —le dijiste mientras él te miraba, miraba hacia el lugar por el cual habías venido y caminaba hacia el, pero tú lo detuviste—. Conejo... se que quieres verlo y lo extrañas, no me puedo imaginar la gran amistad que tienen, incluso pienso que lo quieres como un hermano menor, pero, Conejo, —él bajo su cabeza y te miro—. Ya no está, desapareció...

—¿Qué? Pero, si tú dijiste que lo viste, ¿Cómo es que desapareció? —te pregunto ahora más calmado.

—Sucedieron varias cosas antes de que lo viera.. —bajaste un poco tu mirada, pero volviste a verlo—. Te lo contare, pero antes tenemos que encontrar a los demás, les contare todo a todos cuando hayamos terminado con Pitch y estemos en el Polo Norte de vuelta, pero ahora, tenemos que encontrarlos Conejo, necesitan nuestra ayuda, te prometo que te lo contare todo. —le sonreíste y pusiste tu mano en su pata.

Él te miro y sonrió muy triste y levemente.

—... Vale. Gracias.

Te acercaste a él y lo abrazaste.

—Tranquilo, Jack era y es especial para todos nosotros, sé que hubiera querido que lo recordáramos como era siempre; alegre, bromista y divertido, no como ahora. —lo soltaste y lo miraste—. ¿Sí?

—Tienes razón, eso habría querido ese cabeza hueca. —dijo algo divertido secando por última vez sus ojos. Tú reíste un poco.

—Jaja, lo sé. Ahora, hay que buscar a los demás.

Conejo asintió. Ambos, tú y él, miraron por última vez el cuerpo de Jack que yacía en el suelo en modo de despedida, y luego emprendieron camino en busca de los demás.


* * *    


—Hada, ¿te encuentras bien? —le pregunto Norte a la chica que yacía acostada en el fondo de la jaula donde ella y sus compañeros Norte y Sadman estaban cautivos.

"Un Amor Inigualable" (Jack Frost y Tú) [[#Wattys2020]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora