~ Capítulo XXVI: "Un Día con Los Guardiánes." ~

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Te revolviste entre las suaves y cálidas sábanas blancas que te cubrían y al final abriste tus ojos lentamente y llevaste tu mirada al techo. Pensando. Imaginando. Soñando cosas y finales alternativos que te hubieran gustado que pasaran en vez de la triste y cruel realidad que tenías frente a tus ojos y que no te gustaba mirar.

En la habitación en la que te encontrabas ya estaba iluminada por los rayos del sol, mas eso no hacía que esta dejara de estar algo fría. Norte te había dado esa habitación para que descansaras mientras los días en los que te ibas a quedar en el Polo. El día anterior, después de que todos hubieran llegado a la guarida de Norte y hacer la despedida de Jack, los guardianes sabían que, aunque sonara muy cruel, no tenían tiempo para lamentarse por la perdida, pues tenían mucho trabajo que hacer. Así que con el corazón roto y triste, Conejo, Hada y Sadman regresaron a sus mundos y ocupaciones mientras tú te quedabas en la fábrica de Norte a su cuidado. A lo cual él te preparo la habitación en donde estabas para que pudieras descansar al fin de todo lo que había pasado mientras él trabajaba. Tu habitación tenía un armario, una mesita de noche con un espejo, una cama, y un pequeño sillón, todo de madera, no era tan grande y era modesta. No necesitabas demasiado.

Te sentaste en la cama y sobaste tus ojos con tus puños, pero estos estaban algo hinchados. Eso te extraño un poco, no recordabas nada de la noche anterior, seguramente estaban hinchados por haber llorado hasta que te quedaste dormida. Cuando supusiste que pudo haber sido eso, solo suspiraste cansada, bajaste tu cabeza y recargaste tu espalda en la cabecera de la cama.

—... Esto no es justo... —murmuraste. En eso, tocaron tu puerta. Llevaste tú mirada a ella algo extrañada—. Adelante...

La puerta se abrió dejando ver a Norte con una bandeja en sus manos sobre la cual había un vaso de leche, galletas y un pedazo de pie de queso. Norte te miro con una agradable sonrisa.

—Veo que ya despertaste... —te dijo entrando, mientras a lo lejos, afuera de tu cuarto se veían a los yetis de aquí para allá trabajando y haciendo ruido—. Puedo entrar, ¿verdad? —te pregunto.

—Oh, claro, claro adelante. —le dijiste enseguida. Norte cerró la puerta dejando el ruido afuera y tu cuarto en silencio. Se acercó a la mesita de noche y dejo la bandeja ahí, llevaste tu mirada a ella y sentiste tu estomago gruñir un poco. Y ahora que lo pensabas, no habías comido desde que habías llegado al Polo. Estabas hambrienta.

—¿Cómo amaneciste? —te pregunto Norte y llevaste la vista a él—. ¿Un poco... mejor? —supusiste que ya había notado el aspecto de tus ojos.

—Supongo.. —desviaste la mirada.

—... Entiendo.... —bajo por un momento su mirada y después te miro de nuevo—. Bueno, ¡te eh traído algo de comer! —te dijo cambiando su humor tomando la bandeja y poniéndola sobre tus piernas sobre las sabanas.

—Vaya, el desayuno en la cama... —murmuraste algo divertida—. Se lo agradezco, muchas gracias.

—Bueno, tienes que comer algo antes de que te vayas a explorar por ahí ¿no lo crees? —te dijo divertido y rió un poco.

—Eh, ¿explorar? —preguntaste con tu vaso de leche en mano—. ¿Qué quiere decir? —diste un sorbo.

—Oh, no pensabas quedarte en el cuarto lamentándote y eso ¿oh si? —te dijo algo asombrado.

—Ah-.. bueno... pues yo... —desviaste tu mirada algo incomoda.

—En vez de eso, ¡saldrás y conocerás los diferentes mundos! —siguió diciéndote.

—¿Los diferentes mundos? —dijiste confundida.

—¡Sí! —llevo su mano a la bolsa de sus pantalones, saco una bola de cristal y te la dio—. Esta bola de cristal será tuya durante los días que estés aquí. Supongo ya la conoces y sabes cómo funciona, ¿no?

"Un Amor Inigualable" (Jack Frost y Tú) [[#Wattys2020]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora