Capitulo 48: "La Carta"

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Cómo Azeneth se había dormido Henutmire la había dejando sola... Solo le dio un último vistazo y se fue a sus aposentos donde se hallaba Disebeck...

Disebeck: ¿¿Dónde estabas...?? -le pregunto confundido-

Henutmire: Estaba con nuestra hija... Pobresita, está tan triste

Disebeck: ¿¿Qué le pasó...?? -pregunto confundido-

Henutmire: Hay Disebeck... Azeneth se metió en un problema -le cuenta toda la historia-... Y eso pasó

Disebeck: Que problema -dijo pensando- Bueno, ella se tiene que disculpar con los tres

Henutmire: Tiene miedo Disebeck... Lo que más me preocupo fue que ella conoció a una mujer

Disebeck: ¿¿Mujer...?? ¿¿Qué mujer??

Henutmire: Una mujer hebrea, dijo ella que le resultó muy conocida

Disebeck: Por los dioses... Espero que no sea quien pienso

Henutmire: Tengo miedo Disebeck, miedo de que Azeneth se entere de que su madre vive

Villa de los hebreos...

Miriam: ¿¿Encerio mamá...?? -dijo muy emocionada-

Jocabeth: Si hija... Vi a tú hermana, estaba tan hermosa -dijo tan alegre-

Miriam: Por Dios mamá, qué alegría ¿¿Pudiste hablar con ella?? -pregunto mucho más emocionada-

Jocabeth: No, iba muy apresurada, pero si escuché su hermosa voz hija... -dijo más emocionada-

Miriam: Por Dios... Qué alegría mamá -agarra sus dos manos-

Jocabeth: Lo sé hija... -fue cuando llegó Aarón acompañado de José- Aarón, José, sean bienvenidos

Aarón: Hola mamá -fue hasta ella y beso su frente- ¿¿Cómo están...?? -les pregunto, su madre intercambio sonrisas con su hija llenando de confusión e intriga a él y a José-

José: ¿¿Pasó algo...?? -pregunto confundido-

Jocabeth: Ocurrió algo hijo... -dijo viendo a Aarón-

Aarón: ¿¿Qué pasó...?? -pregunto mucho más confundido-

Miriam: Nuestra madre estuvo serva de Azeneth... -dijo saltando de la alegría-

J/A: ¡¿Qué...?!

Jocabeth: Si hijo, pude estar con tú hermana, bueno no fue muy largo ya que iba apresurada, pero si escuche su voz y puede sentir su aroma

José: Que alegría Jocabeth... -dijo tomando sus manos- Eso es algo bueno... Pudiste conocer a tú hija

Jocabeth: Gracias querido... -miro a su hijo- Y tú hijo ¿¿No estás feliz??

Aarón: ¿¿Feliz...?? Por favor mamá, chocaste con ella, ella no vino a buscarte, eres para ella solo una hebrea que debe ser castigada y arrojada al lodo -le respondió entristecido a su madre-

José: No digas eso Aarón, debería de estar alegre por tú madre... No deberías de estar de ese modo

Aarón: Pero es la verdad José... Esa niña mimada no sabe que es el amor y el cariño, la llenaron de riqueza, de oro, de vestidos, de telas, de ceremonias...

La Luna De Los AmantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora