Capítulo 104

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Azeneth se había sentado a lado de Hürrem y de Mihrima.
Lena estaba aún lado de ella junto con la dama de la Sultana.

Hürrem: Dime Azeneth... -ella la miro- ¿¿Cómo es Egipto...?? -Lena le tradujo al egipcio y Azeneth comprendió-

Azeneth: Egipto es muy bello Sultana... -Lena traduce al turco- No hay mucho verde pero... Se puede acostumbrar...

Mihrima: Estaba muy emocionada de conocerte... -azeneth la observa con una sonrisa y Lena le tradujo al egipcio- Quiero que seamos amigas...

Azeneth: Estaría muy feliz de serlo Sultana Mihrima -dijo feliz, Lena tradujo al turco-

La tarde paso rápida, la fiesta de bienvenida a Azeneth concluyó. Estaba caminando a sus aposentos junto con su dama de honor...

Lena: ¿¿Vio lo guapo que es el joven Bali Bey?? -le pregunto a su señora-

Azeneth: Si... Muy guapo de verdad -dijo riendo- Veo que te gusto mucho...

Lena: Bueno... Un poco, pero usted sabe que mi corazon siempre le pertenecerá a Baketmud...

Azeneth: Por los dioses amiga... Baketmud nunca te valoró. Hiciste tanto por él y no hizo nada por ti... Olvídalo, Bali Bey parece ser un buen partido...

Lena: Es otomano princesa... Nunca podría estar con él

Azeneth: Mírame a mí... En pocas lunas me casare con Mustafá y él es un otomano

Lena: Pero a usted la están obligando -dijo sin pensar, eso hizo entristecer a Azeneth- Y-yo Di-disculpeme soberana...

Azeneth: Tienes razón Lena... Me están obligando a casarme con él. -miro triste el techo- No lo amo, no siento nada por él, para mí es un completo extrañó... Nunca podré amarlo

Lena: Señora... Nada es imposible, tal vez sienta algo por él en el futuro...

Azeneth: Por Isis... Por Isis y por todos los dioses -larga una lágrima- Yo... Nunca podré olvidar a Ramsés... Yo, solo lo amo a él y a nadie más ¿¿Por qué me tiene que estar pasando esto a mí??

Lena: Señora... No quería hacerla llorara... Perdoneme en verdad...

Azeneth: Necesitaba llorara. Necesitaba sacar está está rabia, este dolor que me consumía... Yo... Yo necesito desahogarme

Lena: Tengo lo necesario señora... -ella la miró confundida- Escriba en un diario, exprese todo lo que siente...

Azeneth: ¿¿Crees que es una buena idea...?? -le pregunto-

Lena: Por supuesto...

Azeneth lo pensó, tal vez Lena tenga razón...

En sus aposentos, se hallaba ella sentada en el suelo delante de una mesita chica. De su equipaje saco su cuaderno de notas, en donde escribía todo sobre la arquitectura.
Pero tenía un mejor uso para este libro que solo se empolvaba en su mesa aterior.

Este cuaderno era bellísimo, era de color dorado con algunos jeroglíficos decorando en la tapa.
A su lado había una pluma y tinta, tomo un poco y comenzó a escribir en él...

~... Hoy llegue a Manisa, quedé impresionada por ver qué era un país grande y colorido.
Por el camino vi algunas rosas que otras, no estoy acostumbrada a verlas seguidamente, por qué, vamos, vivía en desierto, en un lugar donde solo hay arena y calor. Donde solo podía ver un oasis por milagro.
Aquí, todo era distinto, era bello, era único... No me quejo de mi nuevo hogar. En pocas Lunas, me tendré que casar, con un papanatas, como yo lo llamó.
No lo voy a negar, él es guapo, pero no se compara con Ramsés mi único gran amor...~

Seguía escribiendo en él. Después de terminar de relatar en su diario, lo cerro y guardo debajo del colchón de su cama.
Se alistó para poder descansar un poco y se durmió...

La Luna De Los AmantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora